Cancelación en la universidad americana: los alumnos de Harvard se niegan a debatir sobre el aborto
Varios estudiantes mostraron su oposición a una mesa redonda con dos grandes provida, un profesor de Derecho y una jurista, que analizaron las consecuencias de la derogación de la sentencia Roe vs Wade por el Tribunal Supremo de Estados Unidos
Antiguamente consideradas cunas de la libertad de pensamiento, las universidades e instituciones de educación superior más importantes de Estados Unidos han mutado en espacios censores, donde el catecismo de la ideología woke campa a sus anchas y todo lo que se desvía, aunque sea mínimamente, de la dictadura de lo políticamente correcto es señalado, perseguido o directamente cancelado.
En una última escalada de esta tiranía, que promueve la ley del silencio entre aquellos que se atreven a disentir, ya no es posible hablar ni siquiera de una sentencia histórica como fue Roe vs Wade y las consecuencias que su derogación está teniendo en el mundo entero. De hecho, en la prestigiosa Universidad de Harvard decenas de estudiantes han decidido abandonar una mesa redonda debido a la postura provida de los ponentes.
El medio The Harvard Crimson informa de que unos 75 estudiantes abandonaron el debate, organizado por Harvard Law Students for Life, de la Facultad de Derecho, para debatir el futuro del aborto en un país que ha anulado la sentencia Roe vs Wade. En el evento intervinieron el profesor de procedimiento civil Stephen E. Sachs y la jurista Erika Bachiochi, ambos provida. En cuanto Sachs empezó a hablar, los estudiantes se levantaron y salieron de la sala.
«¡Estaba desconcertado!», relata Sachs en sus declaraciones a The Harvard Crimson. «¡Me pregunté si había dicho algo ofensivo sin querer! Pero rápidamente me di cuenta de que debía haber sido planeado de antemano».
«No me sorprende que haya habido desacuerdo», añade Sachs. «Pero me decepciona que haya tomado la forma de un abandono mientras un orador estaba hablando. Preferiría que los estudiantes se hubieran quedado, escuchado y formulado preguntas puntuales, o que se hubieran marchado antes de que comenzara la charla en lugar de interrumpirla, aunque fuera brevemente», añadió.
La jurista Bachiochi explicó lo sucedido en su perfil de Twitter, aludiendo a que se trató de algo orquestado, una acción en la que «varios alumnos simularon una protesta» pero que el director lo declaró que «la libertad de expresión es un principio fundamental de la educación» y de la enseñanza del Derecho.
Bachiochi también señaló que lo entendía, ya que en sus días de estudiante, en los 90, estuvo a favor del aborto, pero que le hubiera gustado que los que no estaban de acuerdo con ella se hubieran quedado para dialogar. «Me alegro de que algunos de 'los míos' se quedaran y formularan excelentes preguntas. Me siento mejor por ello. Espero que ellos también lo sean», tuiteó.
La imposibilidad del debate
The Crimson ha entrevistado a varios de los estudiantes que participaron en la protesta. «Estamos experimentando una especie de rabia colectiva, y queríamos que las personas que se alegran de la anulación de Roe vs Wade y la pérdida de la libertad reproductiva tuvieran que enfrentarse a ella», recogen en la revista universitaria, aludiendo a que «no es un debate teórico que se pueda tener en las aulas».
En Estados Unidos se ha promovido la campaña «No puedo permanecer en silencio» de Live Action, donde se dan a conocer las cifras desde que se aprobó la sentencia Roe vs Wade: más de 63 millones de niños han perdido la vida. Sachs analizó el razonamiento legal de la Corte Suprema en el caso Dobbs v. Jackson Women's Health Organization, que puso fin a las protecciones constitucionales para el aborto, y ofreció información sobre las implicaciones futuras del fallo. A pesar de que se trataba de un debate sobre Derecho, muchos alumnos decidieron no escucharlo porque quería contrarrestar la «minoría realmente poderosa de estudiantes que tienen puntos de vista extremadamente conservadores», según otra alumna de Harvard.