Cultura da marcha atrás: vuelven a cerrarse salas de museos estatales ante la falta de personal
El Museo Arqueológico Nacional, el Museo Sorolla y el Museo Cerralbo son los que experimentan los cierres más graves debido al traslado de vigilantes
Parecía haber un atisbo de recuperación cuando la Biblioteca Nacional anunció la incorporación de nuevos funcionarios a sus salas, mejorando los servicios y eliminando la lista de espera que se había instalado desde la pandemia. Sin embargo, una nueva circular anuncia varios cierres en las salas de los principales museos estatales.
Hasta una veintena de vigilantes de los museos estatales, dependientes del Ministerio de Cultura, abandonarán esta semana sus puestos de trabajo, en un momento crucial debido a los continuos actos vandálicos ecologistas que amenazan el patrimonio artístico español.
Desde que se produjo un cambio en el convenio, como adelantó El Debate, los dieciséis museos estatales se han visto obligados a cerrar, ya sea total o parcialmente, o incluso a no cobrar entrada por la falta de personal. Entre ellos, el Museo Arqueológico y el Museo Sorolla se llevan la peor parte.
Un cartel avisa en las inmediaciones del MAN, situado en la calle Serrano de Madrid, de los próximos cierres: la réplica de Altamira, situada en los jardines exteriores; la planta E, «La moneda. Algo más que dinero», y la totalidad de la planta 2, que incluye los Reinos Cristianos, la Edad Moderna, Oriente Próximo, Egipto y Nubia (una de las más demandadas por el público en general y por el infantil en particular), Grecia e Historia del Museo.
Las salas del MAN están cerradas desde hoy, mientras desde el ministerio se busca una solución a la falta de personal, que se alarga en realidad desde la pandemia; es decir, casi tres años. Aunque de menor tamaño e importancia, el peor parado es el Museo Sorolla, el segundo más visitado de todos (con casi 200.000 visitantes en 2021): de las 212 quejas recibidas por la entidad, solo dos no están relacionadas con el cierre de salas por falta de personal. En su web se lee que «por motivos de organización interna, algunas salas permanecerán cerradas». De igual forma, el Museo Cerralbo es uno de los más afectados por los cierres.
El problema: un convenio deficiente
El colectivo de los vigilantes ha menguado en una cantidad peligrosa a lo largo de los últimos años, por la falta de empleo público y por las disfunciones del IV Convenio Colectivo Único, que los degradó de categoría, impidiéndoles cubrir las bajas de los taquilleros o los porteros mayores cuando se necesitaba. Un convenio que, por otro lado, firmó UGT, uno de los principales sindicatos en quejarse ahora de sus consecuencias.
«El personal de vigilancia y atención en sala de museos estatales está sufriendo las consecuencias de los numerosos incumplimientos del anterior convenio y perdiendo los derechos adquiridos a la carrera profesional», denuncian desde estos colectivos. Uno de los vigilantes «degradado y enfadado» confirma los cierres y la problemática de la falta de personal: «El personal de vigilancia en sala degradado y sin posibilidad de carrera profesional escapa a otros Ministerios donde valoran más su trabajo».
Otra de las trabajadoras explica: «Personalmente me siento utilizada, desechada, vendida por los sindicatos que han firmado nuestra degradación y, lo peor de todo, sin que el propio Ministerio de Cultura valore nuestra profesión, sin futuro ni posibilidad de promoción».
Los pasos que han desencadenado esta situación
En mayo de 2019, Administración y sindicatos firmaban un convenio en el que quedaba pendiente el encuadramiento de numerosos puestos, entre ellos los de personal de los dieciséis museos estatales. Sin el encuadramiento no se puede contratar al personal interino para que cubran las deficiencias de personal, y para necesidades estructurales, de normal funcionamiento de los museos, no se puede contratar personal de forma temporal.
Uno de los grupos que queda sin encuadrar es el de vigilancia en sala, que dos años después accedió al convenio. Pero las salas que se cerraron por la pandemia continúan cerradas y las personas que esperaban acceder a su puesto de trabajo, continúan sin hacerlo. Tras años de suplir la falta de personal en el resto de puestos de los y realizando todo tipo de funciones (taquilla, información, jefatura), los vigilantes fueron los únicos de su categoría profesional que quedaron encuadrado a la baja en un grupo inferior.
Los museos han tenido que abrir de forma gratuita por falta de personal de taquilla o cerrar por falta de responsables que pudieran asumir la apertura y cierre de los mismos, porque los vigilantes ya no podían acceder a esos puestos. Además, se le ha asignado un título específico de Formación Profesional a cada uno de los puestos, sin el que no se puede acceder al puesto ni, por tanto, suplir las carencias temporales que pudieran darse en otros puestos, como venían haciendo hasta la fecha.
Por exigencias del nuevo convenio, antes de sacar los puestos vacantes a oposición por turno libre deben ser ofrecidos primeramente a concurso de traslados o promoción interna. Los puestos vacantes no se están cubriendo debido a la falta de personal con esa titulación concreta: no admiten equivalentes ni titulaciones superiores. «Se han cargado nuestra carrera profesional y el normal funcionamiento de los museos estatales», sentencian desde el colectivo de vigilantes afectados.