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La exposición de Meisel ocupa una nave rehabilitada situada en el muelle de Batería coruñésMathieu Ridelle

Exposición de moda

El demiurgo de las supermodelos expone por primera vez en solitario de la mano de la mecenas Marta Ortega

La muestra Steven Meisel 1993 A Year in Photographs se abre este sábado al público en un muelle coruñés

A finales de los 80, solo los muy puestos en la materia podrían decir el nombre de más de tres modelos. La única en España que entonces trascendía las páginas de las revistas de moda –algo, no demasiado– era Elle Macpherson, a la que se presentaba como «el cuerpo» o «la modelo mejor pagada del mundo». Todo cambió en los años 90. Y fue gracias al fotógrafo al que, hace año y pico, Marta Ortega, presidenta no ejecutiva de Inditex, le planteó la posibilidad de hacer una exposición. Él, Steven Meisel, la admira mucho. Puso un par de condiciones. Una, que no fuese una retrospectiva: «Yo no he muerto», apostilló. Dos, que no se dejaría ver allá donde se organizase, que su trabajo hablaría por él, pues es la fotografía lo que Greta Garbo al cine, o sea, un cultivador del misterio en lo relativo a su figura pública. Ambas condiciones se han cumplido. Esa muestra se puede ver desde este sábado en el muelle de Batería coruñés, en una nave en la que la Fundación Marta Ortega invirtió el año pasado una millonada –es literal– para convertirla en un recinto expositivo. A fe que lo ha conseguido: se cuentan con los dedos de la mano los espacios destinados en España a este uso que estén a este nivel. Se ha intervenido de nuevo para adaptarla a esta nueva muestra, actuación que incluye la creación de una lámina de agua en el exterior.

Todo lo arriba contado lo sabemos de boca del que ha sido su agente desde hace 40 años, Jimmy Moffat, que ayer hizo una visita guiada para los medios de comunicación. Es bonito escuchar a este hombre de 70 años, toda una leyenda de su profesión, hablar de Meisel. Lo hace con una encendida pasión, con un entusiasmo y una energía que suenen a verdad. Es lo que tiene haber hecho el camino juntos.

Meisel creció en Nueva York y siempre pensó que se ganaría la vida como ilustrador. Pero siendo adolescente «se obsesionó con las modelos», en palabras de Moffat. Una obsesión sana. Empezó a ir a las puertas de las agencias de modelos y, cuando éstas salían, les pedía si le dejaban que las fotografiase. Varias de las muchas que dijeron que sí lucen en la primera sala de la muestra: «Son como pequeñas instagramers», analizó su agente.

Fueron sus inicios. Después llegaron los años 80. Contactó antes de la mayoría de edad con Naomi Campbell, Christy Turlington y Linda Evangelista. Ya tenía formada su particular «trinidad». La semilla de las supermodelos. Después se unirían muchas más a la lista, como Claudia Schiffer. O, la fallecida Stella Tennant, a quien descubrió la primera vez que fue a Londres. «Es el creador del concepto de las supermodelos», sentenció su agente.

Varias de las salas de la exposición, que estará abierta hasta mayo del próximo añoMathieu Ridelle

Como Meisel no quería una retrospectiva, hubo que buscar otro enfoque. Y se encontró en el tiempo, en un tiempo determinado. En 1992, el protagonista de la exposición fue el fotógrafo elegido por Madonna para su libro Sex, que –por su contenido pornográfico– se vendía con un envoltorio de tono metálico que recuerda al revestimiento de la nave del puerto coruñés que alberga la exposición. «Sex se hizo con un espíritu libre. Con ese trabajo aprendió a ser libre, y de ahí 1993». 1993 es el año enfocado en esta exposición. El solomillo de la muestra son imágenes realizadas por el fotógrafo a lo largo de doce meses de explosión creativa, los doce meses de ese año, decisivo en su carrera, que despunta por su estrecha colaboración con Vogue, revista en la que llegó a firmar 28 portadas y más de 100 editoriales. «Es como si un músico hace 40 álbumes en un año», exageró Moffat, quien también empleó una comparativa musical para señalar a Meisel como un Prince de la fotografía, «un hombre orquesta que lo hace todo», puesto que no solo se limita a tomar imágenes, sino que se involucra en todo el proceso, y propone peinados y maquillajes. «Todas las modelos le pedían ayuda. Es una enciclopedia andante de las modelos», exaltó su agente.

Una imagen exterior de la exposiciónJustin Paquay

La exposición presenta más de cien retratos clásicos de hombres y mujeres del mundo de la moda y del cine como Linda Evangelista (el rostro más repetido en la muestra), Carla Bruni, Hamish Bowles, Kyle MacLachlan, Claudia Schiffer, Jaye Davidson, Barbra Streisand, Marlon Richards, Isabella Blow, Amanda Harlech, Naomi Campbell o Twiggy. Sí, Twiggy, la mítica modelo de los años 60. En su mágico 1993, Meisel la convenció para que posase para la edición italiana de Vogue. Algunas de estas modelos estuvieron en la fiesta privada que precedió a la inauguración.

Que el demiurgo de las supermodelos se haya prestado a desempolvar sus viejos negativos ha sido posible gracias a Marta Ortega. «Meisel nunca ha tenido una monográfica grande, pero él tiene una relación muy buena con Marta. Confía en ella, la admira y la respeta. Cuando le hizo la propuesta, él sabía que estaba en buenas manos, las de Marta», explicó Moffat.

La exposición cerrará sus puertas –en principio– el próximo 1 de mayo. Se puede visitar de forma gratuita en los siguientes horarios: 10 a 21 horas (lunes a miércoles), 10 a 20 (jueves), 10 a 22 (viernes) y 11 a 21 (sábados y domingos).