Fundado en 1910

Así es la capilla de san Juan Pablo II de la catedral de la Almudena: «Dios está presente en la materia»

El Debate visita la nueva capilla junto al deán catedralicio, Jorge Ávila, y el arquitecto de la misma, Benjamín Cano: «Queremos hablar de una Iglesia en camino»

San Juan Pablo II vino a Madrid en tres ocasiones. Enamorado de la ciudad y de España, a la que llamaba «tierra de María» en referencia a la Virgen, el Papa polaco se presentó en la capital como «un joven de 83 años». La primera fue en 1982, en su primer viaje apostólico a España. Once años después volvió para dedicar la catedral de Santa María la Real de la Almudena y canonizar a Enrique Ossó. La última visita fue en 2003. Se encontró con los jóvenes en Cuatro Vientos –por quienes pidió para que fueran «apóstoles humildes y valientes del tercer milenio»– y canonizó a Pedro Poveda, José María Rubio, sor Ángela de la Cruz, madre Maravillas de Jesús y Genoveva Torres.

Por ello, el idilio entre Madrid y Karol Wojtyla fue no sólo amplio, sino también fecundo. «Las capillas de esta catedral están hechas para santos o movimientos que están implicados con la vida de Madrid, y fue san Juan Pablo II quién consagró la Almudena en 1993», explica el deán de la catedral, Jorge Ávila, a El Debate.

Según el canónigo que preside el cabildo de la catedral, esta capilla, realizada con 1.115 metros lineales de madera de cedro, que recuerda el compromiso de la Iglesia con la creación y la pasión de Karol Wojtyla por los bosques y las montañas, está concebida para la oración, la petición y la intercesión, así como para la celebración de la penitencia: «El arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha dicho que este es su confesionario en la catedral», relata el deán.

Se trata del espacio que hay junto a la sacristía mayor, al final de la nave central. El diseño fue encargado al estudio de arquitectura Cano y Escario, que presentó dos proyectos al Cabildo. El elegido tiene como elemento configurador la madera, que recubre las paredes y la cúpula con una sucesión de pórticos.

El primado de Pedro

Explican tanto el deán como el arquitecto responsable de concebir el espacio, Benjamín Cano, que la capilla es «una alusión al primado de Pedro, a la Iglesia y a la santidad». «Hay muchas maneras de mirar la capilla, y el estilo es algo difícil de definir: es decididamente actual pero tiene ecos góticos y románicos. Y eso son las catedrales: una sucesión de estilos porque la Iglesia siempre ha sido punta de lanza del arte», detalla Cano, que explica cómo la estructura de madera deja transparentar la estructura de piedra existente.

Imagen de la capilla de san Juan Pablo II en la catedral de la Almudena, vista desde su entrada

En la entrada, una roca de tres toneladas de mármol negro marquina remite al primado de Pedro y a la continuidad apostólica con el mensaje que Karol Wojtyla dio cuando se convirtió en Papa: «¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo!». «La roca simboliza la sucesión apostólica y es una llamad a que la gente entre en la capilla», explica Cano. El banco central, de 400 kilos de peso, nace de la piedra natural y, ya pulido y en forma de barca, es signo de la Iglesia. En la proa se sitúa un cirio: es el cirio pascual, que representa a Cristo resucitado. «Encima del cirio, en la 'proa' de esta barca, se encuentra un Cristo, que es el original de la capilla, dialogando así modernidad y tradición», añade el arquitecto.

Tres lámparas suspendidas del techo iluminan la capilla, aludiendo a la Santísima Trinidad. Los pórticos de madera, separados entre sí, transparentan la capilla originaria: es la Iglesia en marcha, en tradición y vibrantemente actual. Como recalca el deán, «la capilla se entiende de la misma manera que los retablos barrocos se entendieron dentro de las iglesias góticas: las catedrales siempre han albergado las artes modernas». Además, la capilla cuenta con una reliquia: una gota de sangre de san Juan Pablo II que se regaló a la diócesis de Madrid en su beatificación.

Las imágenes del Papa Juan Pablo II se insertan en la madera como si fueran nudos en el tronco de un árbol. En una de las aberturas se encuentra la reliquia del santoArzobispado de Madrid

«La Gracia opera en lo material, tenemos que descubrirla en el día a día. Dios está presente en la materia, porque Él mismo se hizo carne», recuerda el arquitecto, quien encuentra cumplida doblemente su vocación al ponerla al servicio de Dios. «La Iglesia tiene que reivindicar y vivir más de sus santos, de sus mártires. Por eso para mí, hacer esta capilla es un un verdadero regalo», termina Benjamín Cano.

De los cuadros a las fotografías

Antiguamente, eran los cuadros y pinturas, o los frescos y mosaicos, los que ayudaban a los fieles a rezar contemplando y meditando sobre diferentes pasajes bíblicos y de la vida de Jesús y la Iglesia. Pero ahora ha llegado la fotografía para quedarse, también en los espacios sagrados: así, la nueva capilla cuenta con diez imágenes retroiluminadas del Papa en los laterales de la capilla, además de la foto oficial que la preside. Asimismo, hay un código QR para escuchar su voz: «Se podrá rezar con san Juan Pablo II en diferentes idiomas».

Las imágenes recogen momentos cruciales en la vida de san Juan Pablo II y, en especial, evocan al Papa viajero y a la vida cristiana como camino. En ellas se ve su encuentro con Santa Teresa de Calcuta o la famosa imagen de Wojtyla rezando el rosario, pero también, en la pared opuesta, sus imágenes en Madrid, consagrando el altar de la catedral, entrando en la misma o encontrándose con el pueblo madrileño.