Este edificio fue el centro de poder del Imperio Otomano durante cuatro siglos. Fue mandado construir por el conquistador de Constantinopla, Mehmed II, en 1459 en un emplazamiento idóneo, en la colina del Sarayburnu, en el Cuerno de Oro, entre el Bósforo y el Mar de Mármara. Su aspecto final fue llevado a cabo a finales del siglo XVI, tras los daños ocasionados por un terremoto que dejó al edificio anterior en unas condiciones deplorables.