Fundado en 1910

Biblioteca alemana

Descubren por accidente la biblioteca privada más grande de Alemania, compuesta de 70.000 volúmenes

Tras su fallecimiento, las autoridades alemanas descubrieron esta biblioteca privada, un increíble tesoro que, ahora, busca dueño

El alemán Bruno Schörer era ingeniero de minas, un hombre solitario, sin amigos y sin descendencia. En su pueblo eran pocos los que le conocían y casi nadie sabía del tesoro que guardaba entre sus paredes. Tenía 88 años cuando falleció en su casa de Mettingen, en la región de Renania del Norte-Westfalia. Cuando las autoridades entraron en su casa, hallaron el secreto de Schörer: un tesoro nacional compuesto por más de 70.000 libros.

La mayor biblioteca privada del país, una cantidad ingesta de volúmenes que ocupaban cada resquicio de su vivienda, totalmente ordenados y perfectamente clasificados. Solamente su viuda conocía la existencia de esta colección que estaba integrada principalmente de poesía, novelas y libros de historia.

Un hombre ermitaño que no tenía relación con sus paisanos, a excepción de su librero. «Fue nuestro mejor cliente habitual durante muchos años. Sus libros eran muy importantes para él. Los guardaba como un tesoro», ha afirmado el propietario de la librería, Silke Meyer. Durante décadas estuvo encargando 20 o 30 libros por semana.

Impresiona ver las fotos de la vivienda, mires a donde mires, siempre aparece un tomo. Su colección se extendía, incluso, hasta el techo de la buhardilla. El propio Bruno fue el artífice de los estantes que sostenían los volúmenes y que construyó el mismo en un pequeño taller que tenía en el sótano. «Era muy hábil con las manos», explica la nueva propietaria del legado, Renate Abeln (a petición de su viuda).

La buhardilla de la casa de BrunoDer Spiegel

En búsqueda de un nuevo propietario

Abeln se pregunta ahora, ¿dónde o quién se hará cargo de esta biblioteca? Renate ya está buscando interesados, aunque su objetivo va a ser difícil de conseguir porque el mercado de segunda mano esta muy saturado. La única esperanza es que una institución cultural se haga cargo de ello.

«Nos encantaría regalar toda la colección. Tal vez, también sea adecuada para un propósito social o cultural», esto es lo más importante para Renate, esto y «mantener el legado de Bruno para quien los libros eran sagrados», a pesar de que no era un gran lector, sino un acumulador de libros.