El informe pericial concluye que Pablo Neruda murió envenenado «por agentes del Estado chileno», según la familia
Continúa abierta la pregunta de cómo y quién introdujo la toxina botulínica en el cuerpo del autor de Veinte poemas de amor y una canción desesperada
La familia del poeta y político chileno Pablo Neruda, que murió en el año 1973 como consecuencia supuestamente de un cáncer de próstata avanzado, ha afirmado que el poeta fue en realidad envenenado por «agentes del Estado» de Chile. Según ha explicado Rodolfo Reyes, abogado y sobrino del escritor, se encontró en el año 2017 en la osamenta de Neruda una «gran cantidad de clostridium botulinum», una bacteria patógena capaz de provocar el botulismo, una enfermedad causada por una toxina que ataca los nervios del cuerpo.
Según adelantó su familia a EFE en exclusiva, peritos internacionales revelarán este miércoles que la bacteria encontrada en los restos del Nobel chileno «estaba en su cuerpo en el momento de la muerte», lo que puede demostrar que fue «envenenado» doce días después del golpe militar de 1973 que derrocó al presidente socialista Salvador Allende y en el que se impuso el régimen de Pinochet (1973-1990).
«Eso nunca debió de haber estado en la osamenta, en el cuerpo de Neruda, y eso fue inyectado. Entonces, como abogado, me hace decir que a Neruda lo eliminaron en Chile. ¿Quién? No lo sabemos todavía. Eso se va a saber, y por supuesto que tuvo que ser agentes del Estado», ha asegurado Reyes en declaraciones a la Cadena Ser, en las que ha recordado que el poeta era un líder de opinión en 1973 y «era un peligro público para» el dictador Pinochet.
La bacteria, responsable del botulismo, fue encontrada en 2017 en una muela de Neruda por otro panel de expertos, que desestimó la versión de la dictadura y rechazó que la causa de muerte fuera el cáncer de próstata avanzado que le aquejaba desde 1969.
El clostridium botulinum es un bacilo que se encuentra por lo general en la tierra, pero los expertos de la Universidad de McMaster (Canadá) y la Universidad de Copenhague (Dinamarca) concluyeron en el informe que se presentará esta semana que «no se filtró al cadáver de Neruda desde dentro o alrededor de su ataúd», sino que ya lo tenía antes de morir.
La incógnita sigue siendo cómo y quién introdujo la toxina botulínica en el cuerpo del autor de Veinte poemas de amor y una canción desesperada. «Se encontró la bala mortal de Neruda, que la tenía en su cuerpo. ¿Quién la disparó? Eso se verá próximamente, pero no cabe duda de que a Neruda lo mataron. Intervención directamente de terceros», enfatizó Reyes.
El chófer, clave en la investigación
El escritor chileno, que entonces formaba parte del Comité Central del Partido Comunista, murió el 23 de septiembre de 1973, dos semanas después del golpe de Estado. Manuel Araya, el chófer y asistente personal de Pablo Neruda, ha desmentido en reiteradas ocasiones la versión de que el motivo de su fallecimiento se debió a un cáncer y ha asegurado que fue «asesinado» y envenenado por el régimen de Pinochet mediante una inyección en el abdomen por un agente secreto del régimen que se hizo pasar por médico en la Clínica Santa María, en Santiago. Gran parte de la familia apoya esta versión.
«Neruda no estaba gravemente enfermo, sólo tenía cáncer. Caminaba con dificultad, tenía dolores, pero no estaba para morir», indicó a EFE Elizabeth Flores, abogada de la familia, que actúa como querellante en la causa iniciada en 2011 junto al Partido Comunista, en el que militaba Neruda. Reyes recordó por su parte que el escritor, cuyos restos fueron exhumados en 2013 de su jardín en Isla Negra, en el litoral central chileno, había planeado viajar a México pocos días antes de morir, a los 69 años, y que en el exilio se habría convertido en el «gran opositor» del general Augusto Pinochet.
Las conclusiones de este nuevo informe pericial se iban a conocer el pasado 3 de febrero, pero la audiencia fue cancelada en dos ocasiones (primero por fallos técnicas y después por supuestos desacuerdos entre los peritos) y reprogramada para el próximo 15 de febrero. «Los abogados vamos a pedir otro tipo de diligencias que podrán o no ser científicas», añadió Flores.