Una exposición en el Reino Unido descubre el vínculo entre Catalina y Ana, las esposas rivales de Enrique VIII
Ambas reinas británicas tenían el mismo libro de oraciones, según han descubierto curadores del castillo de Hever en Inglaterra
Por primera vez en 500 años, dos libros de oraciones que pertenecieron a dos de las esposas de Enrique VIII han sido rescatados y se muestran juntos en el castillo de Hever (Kent, Reino Unido) en una exposición titulada Catalina y Ana: reinas, rivales y madres en la que se revela una nueva cara de ambas mujeres a las que unía su profundas creencias cristianas, aunque permaneció fiel al catolicismo y la otra fue decisiva en la ruptura de Enrique VIII con el Vaticano la creación de la Iglesia anglicana, según ha explicado la historiadora y comisaria adjunta de la exposición Kate McCaffrey.
Durante siglos se ha enfrentado a estas dos mujeres como rivales amorosas; sin embargo, «reunirlas y examinarlas desde una nueva óptica, para ver lo que compartieron y lo que les vinculó no solo como rivales es muy importante», señala McCaffrey.
Un matrimonio de tres
Hija de los Reyes Católicos, Catalina tenía tan solo tres años cuando fue prometida en matrimonio al príncipe Arturo de la joven dinastía Tudor y heredero del trono inglés. El matrimonio se celebraría en 1501; sin embargo, Arturo fallecía cinco meses después. Tiempo más tarde, el nuevo heredero al trono, Enrique VIII, decidió casarse con la viuda de su hermano en 1509 para continuar con la alianza española, además de aferrarse a la dote recibida.
Catalina de Aragón fue la primera esposa de Enrique VIII; ella tenía 23 años y él 17 cuando se casaron. Catalina había recibido una educación muy buena, hablaba diversas lenguas y no solo era culta, sino también inteligente para los asuntos de la corte. Durante años fueron un matrimonio feliz, devota y un poderoso equipo político. La pareja tuvo seis hijos, pero solo María, nacida en 1516, sobrevivió. La urgencia y desesperación por un heredero varón así como la atracción que sentía el Rey inglés por Ana Bolena, dama de compañía de la Reina, hicieron calar la idea de «deshacerse» de su esposa en la mente y corazón de Enrique VIII.
Tal fue la obsesión del monarca inglés de dar continuidad a su dinastía, que llegó a pedir al Papa Clemente VII la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón, petición que el Pontífice se negó a conceder. Enrique buscó la manera de anular su matrimonio y puso en marcha una cadena de acontecimientos que condujeron a la ruptura de Inglaterra con la Iglesia Católica asumiendo él mismo la supremacía sobre los asuntos religiosos. En 1533 declaró su matrimonio con Catalina inválido acusando a la que una vez amó de adulterio y conspiración. Poco tiempo después se casaría con Ana Bolena y relegaría a su primera esposa al estatus de «princesa viuda de Gales» por su anterior matrimonio con el príncipe Arturo.
Reinas, rivales y madres
500 años después, ambas mujeres se vuelven a encontrar gracias a los dos ejemplares idénticos de un Libro de Horas, un libro de oraciones populares editados en París en 1527 y que ayudaron tanto a Catalina como a Ana a orar y meditar: «El hecho de que las dos primeras esposas de Enrique poseyeran un ejemplar de la misma edición tiene implicaciones muy interesantes para su relación mutua», explica la comisaria de la exposición.
Catalina y Ana fueron conocidas por ser mujeres muy cultas gracias a su acceso a múltiples libros, por lo que no es de extrañar que tuviesen un ejemplar de los Libros de Horas; sin embargo, «su relación con una edición concreta es diferente», subraya McCaffrey.
En un momento crucial en la corte inglesa en el que el prestigio de Catalina estaba menguando mientras que la de Ana iba en ascenso; que ambas tuviesen el mismo ejemplar indica –según la historiadora– que a pesar de vivir un momento difícil que las dividía «también estaban unidas por medio de la oración». Y este es el vínculo que la exposición trata de mostrar: «Se celebrarán las similitudes y diferencias entre los dos libros y entre las dos reinas que un día los poseyeron», comenta McCaffrey.
La exposición se podrá disfrutar hasta el 4 de junio de 2023 en el castillo de Hever los dos ejemplares del Libro de Horas, inéditos hasta la fecha, además de réplicas de los hábitos de coronación, las coronas de Isabel I y María I, que se piensa que pudieron ser utilizados por Ana y Catalina respectivamente en sus coronaciones.
También se incluye un panel del siglo XVI, procedente de la iglesia del priorato en Dunstable, con el emblema combinado de la rosa Tudor del Rey Enrique VIII, fusionado con el emblema de la granada de la Reina Catalina de Aragón.