Por ser su primera comedia cabe destacar esta 'El atolondrado o los contratiempos' (se ha llamado de una u otra forma), estrenada en 1655 en Lyon. En verso y en cinco actos, el propio Molière interpretó uno de los papeles, el del criado Mascarilla, quien inventa una sucesión de estratagemas sucesivamente fracasadas por razón de su amo Lelio, el atolondrado, para que este consiga el dinero para comprar a su amada Celia a Truffaldino. Una adaptación libre de El Inadvertido de Nicoló Barbieri, precursora de los temas posteriores de Molière y cuya fantasía admiró Víctor Hugo.
(Extracto)
«LELIO: Y, sí, tanto peor; esto es lo que me aflige. No obstante, haría mal en desesperarme, puesto que cuento con tu ayuda, estoy seguro de ello. Sé que tu mente, fértil en intrigas, nunca ha hallado nada que le fuera imposible; que se te puede llamar el rey de los criados; Y que en toda la faz del planeta…
MASCARILLA: ¡Eh, basta de palabras dulces halagüeñas! ¡Cuando hacemos falta, nosotros los miserables sirvientes, somos los queridos y los incomparables sálvalo todo; y cuando el problema ya pasó, a la menor falta, somos los bajos pícaros, que por su inferioridad hay que moler a bastonazos!».