Tras 20 años descatalogadas, se publican las memorias de Asimov, el ideólogo de la inteligencia artificial

La tercera autobiografía de Isaac Asimov, unos de los grandes maestros de la ciencia ficción, llega a las librerías bajo el nombre Yo, Asimov (editorial Arpa), después de más de 20 años descatalogada. Este volumen llegó de manera póstuma, dos años después del fallecimiento del científico en 1992. La obra recorre los momentos de mayor éxito de su vida, tanto pública como privada, y en ella narra anécdotas y plasma el origen de su carácter solitario, que tiene su raíz en la biblioteca a la que acudía asiduamente durante su niñez y adolescencia.

Inmigrante ruso y judío, su familia se trasladó a Estados Unidos cuando él tenía 3 años. Sin embargo, de su pasado ruso sólo queda su nombre, nunca aprendió el idioma, ni celebró las festividades ortodoxas y nunca quiso salir de su país: solamente lo hizo dos veces.

En la obra se reconoce a sí mismo como un escritor incómodo: se vanagloriaba de ir contra lo políticamente correcto. Los nuevos lectores que tendrán acceso a sus memorias podrán conocer a fondo al escritor y al científico, un sujeto con una memoria prodigiosa y una capacidad de inventiva digna de admiración, además de su marcada faceta como incansable trabajador, a la que dedicaba casi todos los días del año.

Adelantado a su tiempo

Asimov fue un escritor adelantado a su tiempo, un escritor nostradámico que llegó a formular principios inquebrantables para la ciencia y de cuyo lenguaje propio se sacaron numerosos neologismos. Entre sus predicciones se encuentran los vehículos sin conductores, los robots de cocina, los asistentes de voz o los programas de geolocalización, y por tanto, también es considerado uno de los grandes ideólogos de la inteligencia artificial. Así mismo, adelantó algunos de los problemas mundiales con los que lidiamos en la actualidad, como la superpoblación, y predijo la evolución de muchos movimientos sociales.

Temas trascendentales como la xenofobia, la religión o el divorcio son tratados de forma racional en esta obra autobiográfica. Las memorias se construyen con un lenguaje grácil y ligero repleto de anécdotas personales, como su pánico a volar (a pesar de ser el gran imaginador de los viajes espaciales), que se rompen con ciertas elipsis totalmente justificadas por el autor: los 57 primeros años de su vida ya están contados en los volúmenes que preceden esta biografía.

Con casi 500 obras bajo su firma, entre las que se encuentran Yo, Robot, Fundación o El hombre bicentenario, el autor sigue vivo 20 años después de su muerte. Asimov se encuentra presente en la literatura y en las obras audiovisuales de hoy en día. Sus predicciones se han cumplido, su legado sigue vigente y sus ideas todavía nos siguen relatando lo que nos deparará el futuro.