Meloni propone multar a quien use extranjerismos: estos son los más utilizados en España (y sus equivalentes)
La presidenta de Italia quiere salvaguardar el idioma de Dante prohibiendo los extranjerismos, muy extendidos en España en palabras como marketing, deadline, première o spoiler
Cuando en la comunicación oral o escrita utilizamos una palabra tal y como se pronuncia y se escribe en su lengua originaria, estamos hablando de extranjerismos. El diccionario académico lo define como «préstamo, especialmente el no adaptado» (DLE, 2014).
Ahora, el partido de la presidenta italiana Giorgia Meloni, Fratelli d'Italia, propone multas de hasta 100.000 euros para las administraciones públicas y empresas privadas que no adapten a la lengua italiana los extranjerismos.
Según el partido y su máxima dirigente, la lengua de Dante cuenta con suficientes palabras para cubrir el total de las necesidades de lenguaje de los italianos, por lo que pretende prohibir la adopción de extranjerismos que «degradan y mortifican» el italiano.
Préstamos en español
¿Qué sucede en España? El uso de extranjerismos es cada vez más frecuente, especialmente de anglicismos (provenientes del inglés) y galicismos (del francés), pero también latinismos (del latín), arabismos, italianismos... Normalmente, una palabra o frase para incorporarse totalmente al idioma pasa por un proceso de adaptación, que puede ser más o menos largo: unos se castellanizan más rápido que otros debido al uso frecuente.
En español hay ejemplos claros, como el galicismo croissant, ahora, cruasán; el anglicismo whatsapp, adaptado como watsap; el italianismo spagguetti, cuya escritura correcta es espagueti, o whisky y su versión españolizada, güisqui. Estas palabras provenientes de otras lenguas, que se usan en la comunicación diaria y que se han incorporado totalmente al vocabulario del castellano y adaptado su pronunciación y ortografía, son los verdaderos préstamos.
Los préstamos son necesarios en la evolución y desarrollo de una lengua, especialmente para nombrar nuevas realidades. En cambio, los extranjerismos crudos o no adaptados son «aquellas voces de otros idiomas que se usan en textos escritos en español sin que hayan sufrido adaptación formal para adecuarse a los patrones gráfico-fonológicos de nuestra lengua, de forma que conservan su grafía y su pronunciación originarias» (Ortografía básica de la lengua española, 2012: 159). Estos son los que quiere prohibir Meloni.
Los extranjerismos más empleados en español
- Marketing: mercadotecnia, o su adaptación márquetin.
- Deadline: fecha límite, fin de plazo.
- Know-how: conocimiento o experiencia acumulada.
- Première: estreno.
- Match: empleado en el ámbito de las aplicaciones de ligar. Se propone emparejar.
- Followers: seguidores.
- Cliché: expresión o idea repetida.
- Look: estilismo, conjunto de ropa.
- Networking: red de contactos.
- Ranking: clasificación, escalafón.
- Gourmet: de gustos exquisito.
- Catering: servicio de comida.
- Ad hoc: a propósito.
- Manager: gerente, director.
- Packaging: embalaje.
- Complot: conspiración.
- Ballet: balé.
- Bon vivan: de buen vivir.
- Show-business: negocio del espectáculo.
- Light: ligero.
- Femme fatale: mujer fatal.
- Hall: vestíbulo.
- Stand: punto de venta.
- Casting: prueba de interpretación, audición.
- Tour: vuelta o gira (de música).
- Chef: cocinero.
- Amateur: aficionado.
- Boutique: tienda de ropa o de productos selectos.
Affaire (asunto), argot (jerga, lenguaje especial) - Report: informe.
- Souvenir: recuerdo de un viaje.
- Parking: aparcamiento.
- Spoiler: revelación (anticipada), usado especialmente en películas y series.
- Déjà vu: sensación de algo ya vivido.
- Baguette: barra de pan.
De acuerdo con estas normas, los extranjerismos y latinismos crudos o no adaptados –aquellos que se utilizan con su grafía y pronunciación originarias y presentan rasgos gráfico-fonológicos ajenos a la ortografía del español– deben escribirse en los textos españoles con algún tipo de marca gráfica que indique su carácter foráneo, preferentemente en letra cursiva, o bien entre comillas.
Sin embargo, si Pedro Sánchez sigue el ejemplo de Giorgia Meloni, algo dudoso, es posible que tanto empresas privadas como instituciones públicas reciban una carta con la respectiva multa si emplean palabras como manager, networking o ranking.