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Paul Lafargue y Laura Marx estuvieron casados por más de 40 añosDominio público

El Debate de las Ideas

Páginas inspiradas | Carta de Karl Marx a su futuro yerno Paul Lafargue

En esta carta de 1863, Marx expresa su resistencia a la relación de su hija con Paul Lafargue, aunque pidió expresamente que la cosa quedara entre los dos.

Por muy fundador del marxismo, por muy genio de la lucha dialéctica que sea uno, si el yerno se presenta como autor de un libro titulado El derecho a la pereza, lo más normal es preocuparse. En uno de sus Abecedarios filosóficos, Gregorio Luri nos puso sobre la pista de las resistencias que tenía Karl Marx a la relación de su hija con Paul Lafargue. En esta carta de 1863 lo expresa claramente, aunque pidió expresamente que la cosa quedara entre los dos.

Querido Lafargue:

Permítame que le haga algunas consideraciones:

Si desea continuar sus relaciones con mi hija, tendrá que renunciar a su «curiosa» forma de cortejo. Sabe muy bien que no se ha formalizado ningún compromiso, y hasta el momento todo está por decidir. Y aunque estuviera formalmente comprometida con usted, no debe olvidar que esto es una carrera de fondo. Una intimidad excesiva es inapropiada para dos amantes que vivan en el mismo lugar durante un período largo de tiempo, y necesariamente estará lleno de duras pruebas. He observado con preocupación cómo cambia de conducta de un día para otro en el período geológico de una sola semana. En mi opinión, el verdadero amor se expresa en la reticencia, la modestia e incluso la timidez del amante hacia el objeto de su veneración, y desde luego no en dar rienda suelta a la pasión de uno y en demostraciones prematuras de familiaridad. Si usted alude en su descargo a su temperamento criollo, es mi deber interponer mi razón entre ese temperamento y mi hija. Si en su presencia es incapaz de amar de una manera acorde con la latitud londinense, tendrá que resignarse a amarla desde la distancia. Estoy seguro de que entenderá la indirecta.

Antes de que se resuelva definitivamente su relación con mi hija Laura, debería tener la debida información sobre su situación financiera. Mi hija cree que estoy al tanto de sus asuntos. Pero no es así. Si no he planteado antes esta cuestión, es porque creo que era algo cuya iniciativa le correspondía a usted. Sé que usted es consciente de que he sacrificado toda mi fortuna a la lucha revolucionaria. No me arrepiento. Todo lo contrario. Si tuviera que empezar mi vida de nuevo, haría lo mismo. Sin embargo, no me casaría. Por lo que esté en mi mano, querría salvar a mi hija de los arrecifes en los que encalló la vida de su madre. Si no hubiera sido por mi empeño (una debilidad por mi parte) y la influencia que nuestra amistad ejerció sobre la conducta de mi hija, este asunto nunca habría progresado hasta el punto en el que estamos; por esta razón tengo una gran responsabilidad. Por lo que se refiere a su situación, la información que me ha llegado sin buscarla, no es en absoluto tranquilizadora. Pero dejemos eso para otro momento. Con respecto a su posición en general, sé que todavía es estudiante, que su carrera en Francia ha sido medio arruinada por los acontecimientos en Lieja, que todavía carece de una herramienta indispensable para su aclimatación en Inglaterra, el idioma, y que sus perspectivas son en el mejor de los casos totalmente problemáticas. La mera observación me ha convencido de que usted no es muy trabajador por naturaleza, a pesar de la actividad febril y espasmódica y las buenas intenciones que muestra. En estas circunstancias, necesitará apoyo externo si quiere salir a la vida con mi hija.

Tampoco sé nada de su familia. Aunque puedan disfrutar de una vida cómoda, eso no significa que estén dispuestos a hacer sacrificios por usted. Ni siquiera sé con qué favor consideran su propuesta de matrimonio. Repito que debo tener una aclaración positiva sobre todas estas cuestiones. Además, como realista declarado, no puede, por supuesto, esperar que me comporte como idealista. Una persona tan positiva como usted, que incluso aboliría la poesía, imagino que no deseará hacer poesía en contra de mi descendencia.

Para evitar cualquier interpretación errónea de esta carta, me gustaría señalar que, si usted estuviera en condiciones de contraer matrimonio hoy, este no se produciría. Mi hija se negaría. Yo mismo debería objetar. Antes de pensar en el matrimonio, usted tiene que haber logrado algo en la vida, y además, usted y Laura aún tienen que cumplir un largo periodo de prueba.

El contenido de esta carta es confidencial.

Espero su respuesta.

Atentamente

Karl Marx

Karl Marx and Frederick Engels. Collected works. Vol. 42. Lawrence & Wishart, 2010. Páginas 307-309.