Rafael Cadenas: «Einstein dijo que el nacionalismo es el sarampión de la humanidad»

Dio la salutación al poeta Rafael Cadenas, Premio Cervantes 2022, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, quien hizo un breve recorrido vital del autor venezolano. Se procedió a leer el acta del jurado a continuación, y acto seguido el galardonado recibió de manos del Rey la medalla y el premio ante el aplauso del acogedor auditorio del paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.

Saludó el poeta en su discurso a las autoridades, incluida la que no estaba presente. el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. «El honor que me sobrepasa», dijo Cadenas, de 93 años, antes de decir que estaba «lleno de España». Recordó sus orígenes canarios, la diáspora que «llenó» las escuelas suramericanas de «cultura». Habló del adoctrinamiento como el mayor enemigo de la Universidad. De los amigos españoles y de todo lo que ha recibido de España.

El adoctrinamiento es el mayor enemigo de la UniversidadRafael Cadenas

Cervantes y la novela de aventuras que fue su propia vida. La normalidad y la locura de El Quijote, la subestimación de Sancho, que «representa lo real que probablemente nuestro tiempo realce». «La realidad es más extraña que la ficción», decía Walt Whitman. Como los «nacionalismos, que dividen el mundo». El nacionalismo que, «según Einstein es el sarampión de la humanidad». Habló de que Séneca era cosmopolita, como Göethe. «Cosmopolitas del mundo, uníos», dijo recordando a Derrida, en oposición al nacionalismo.

«Trocar la ilusión por lo real». Habló de Santa Teresa y de los místicos. De Wittgenstein y no de «cómo el mundo es» sino de que «es». La distinción entre religión y religiosidad a propósito de Schiller. Dijo Cadenas que es urgente defender la democracia de todo lo que la acecha, y que para ello hay que recrearla, tarea que corresponde a la educación «que la ha descuidado». «Es necesario una pedagogía que la robustezca». «Los demócratas han de pedir a gritos su renovación, apoyar la cultura, no es un sueño sino un trabajo de todos, con plena libertad», dijo.

Su saludo especial fue para Sergio Ramírez, el escritor nicaragüense desposeído de su nacionalidad por el dictador Ortega. Habló Cadenas de que Cervantes fue un gran defensor de la libertad: «Palabras que deberían difundirse más, colocarlas en los escudos de los países, por ejemplo», y citó al Quijote: «La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres».

Después intervino el Rey Felipe. Recordó el monarca que desde 1976 se celebra el libro y las letras españolas con el premio que lleva el nombre del autor que se celebra 500 años después. Afirmó distinguir a «un hombre que respira por los poros del lenguaje», según el acta del jurado. La incorporación al legado cervantino de Rafael Cadenas, nacido en Barquisimeto, llamada Nueva Segovia en 1552, «la ciudad de los crepúsculos», donde Cadenas prefería las plazas para leer a Machado y a Juan Ramón y más atrás, como el Cantar de los Cantares o San Juan de la Cruz.

La obra de Cadenas es la de un gran poeta moderno, que no quiere estilo sino honradezEl Rey Felipe VI

En los 50 estudió Filosofía y Letras en Caracas, dijo el Rey, y luego sufrió el encarcelamiento y la expulsión a Trinidad, donde convirtió «la pérdida en ganancia», estudió Lengua inglesa, se convirtió en súbdito de la Corona británica y escribió sus dos primeros libros: La isla (1958) y Los Cuadernos del Destierro (1960). Ya en los 60 regresó la democracia a Venezuela y obtuvo la cátedra en Lengua Española en la Universidad Central y comenzó a recibir reconocimiento, como el Premio Nacional de Literatura o el premio FIL... «la poesía del despojamiento», citó el Rey:« El yo que se apaga y el ser que se ilumina».

Reconoció para concluir Felipe VI al «colectivo admirable de los escritores suramericanos», donde «la obra de Cadenas es la de un gran poeta moderno, que no quiere estilo sino honradez, una valiosísima actitud, un propósito magnífico, admirable», por el que el poeta venezolano ya es «de la estirpe» de don Miguel de Cervantes Saavedra.