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El encuentro 'Bajo 35' tiene lugar estos días en Punta Umbría, en HuelvaMaría Clauss

Los jóvenes poetas toman el relevo: «El espíritu juanramoniano tiene vocación transatlántica»

Con motivo de Bajo 35. Encuentro de poetas, El Debate ha conversado con Violeta Dávila, parte de Cooltural Plans y coordinadora del encuentro, celebrado en el marco del 43º Premio Iberoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez

Si Juan Ramón Jiménez pasease estos días de mayo por Punta Umbría (Huelva), se habría encontrado un panorama esperanzador. Por sus calles y playas, decenas de poetas, editores y divulgadores haciendo un alto en sus caminos creativos para encontrar espacios comunes en su visión del mundo, experiencias y muy diversos temas latentes en la poesía y en la sociedad actual.

Jiménez hubiese podido sentarse a charlar o escuchar las preocupaciones como la resignificación de conceptos que ya no responden a lo que la sociedad demanda, la poesía como espacio ‘pre-político’, la importancia del cuidado de la salud mental, de la profesionalización literaria, del escaparate de las redes sociales o el compromiso de la poesía con diferentes causas. Están siendo días intensos de puesta en común de preocupaciones e ilusiones de una generación mucho más que prometedora de la poesía española e iberoamericana.

‘Bajo 35: los jóvenes poetas toman el relevo’ es el primer Encuentro Iberoamericano de poetas que se celebra en Punta Umbría y Moguer (Huelva), del 16 al 18 de mayo. Una suerte de convivencia literaria entre más de 30 jóvenes poetas menores de 35 años, acompañados y moderados por poetas de la talla de Raquel Lanseros, Ignacio Vleming, Ángelo Néstore, Alejandro Simón Partal y María Eloy García, entre otros.

Cabe destacar cómo, además de una cantidad notable de autores de diferentes procedencias, este encuentro ha congregado a talentos de los más reconocidos de esta generación como los Premio Nacional de Poesía Joven 2022 y 2019 Ismael Ramos y Xaime Martínez; los Premio El Ojo Crítico RNE 2022 y 2019 Munir Hachemi y Rosa Berbel, y otros muchos reconocidos con en colecciones como el Premio Hiperión de Poesía, el Premio Adonáis o el Premio Valparaíso de Poesía.

Violeta Dávila, parte de Cooltural Plans y coordinadora de Bajo 35Luis Gaspar

Esta celebración, que culminará el jueves en Moguer con la entrega del 43º Premio Iberoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez a Romina Berenice Canet, también cuenta con un taller de Poesía en vivo impartido por Miguel Sánchez Santamaría, I Premio Nacional de Poesía Viva, y un encuentro con la poeta Ana Rosetti.

Con motivo del encuentro organizado por la Diputación de Huelva y coordinado por Cooltural Plans, El Debate ha conversado con Violeta Dávila, parte de Cooltural Plans y coordinadora de Bajo 35.

–¿Qué os lleva en esta 43ª edición del Premio a organizar Bajo 35?

–En primer lugar, conquistar el espíritu juanramoniano en cuanto a su vocación transatlántica, reforzando el compromiso iberoamericano con el premio y dar voz a los jóvenes. Esto, además, es algo que ya hizo Juan Ramón Jiménez, especialmente con la Generación del 27. Él apoyó como editor y como autor consagrado a voces que emergían entonces, queremos retomar esta apuesta que él hacía.

–El programa aborda aristas muy diferentes entre sí: la profesionalización poética, la digitalización, las nuevas lecturas sobre el amor, la identidad… ¿Por qué estas temáticas?

–Al plantear traer aquí a jóvenes menores de 35 años teníamos dos cosas claras. Primero queríamos que saliesen los temas que les preocupan y que les laten, que les unen como generación. Para coordinar un encuentro como este, nos hemos puesto a estudiar y a leer y ni siquiera yo era tan consciente de la generación poética que hay, y este es el segundo punto: queríamos que hubiera un encuentro intergeneracional por el que dar voz a todo este talento emergente, que es brutal. Hemos visto la cantidad de buena poesía que se hace, tanta por parte de gente joven que es inabarcable.

Están siendo encuentros sobre temas que han existido siempre y que siguen teniendo una gran relevancia, pero también está siendo extraordinario cómo surgen diálogos sobre el amor en la actualidad, la importancia de la semántica y cómo nombramos las cosas. Sin olvidar la incidencia de las tecnologías que van surgiendo y que, evidentemente, van cambiando todo, al igual que la posibilidad de llegar a mucha más gente que antes y la responsabilidad que eso significa, porque si algo está quedando claro es el compromiso de la literatura.

Queríamos que saliesen los temas que les preocupan y que les laten, que les unen como generaciónVioleta Dávila

–Sobre este estudio que mencionabas para seleccionar los temas, ¿pensáis también que este encuentro puede ser un punto de inflexión para sus obras y manera de ver la realidad?

–Desde luego, ese era el objetivo y creo que está siendo muy fecundo el encuentro con la gente que tiene una mirada del mundo similar y que vive de una forma parecida porque, al final, la edad también determina las cosas que te preocupan y vives. Sin entrar al detalle en los lugares comunes, al echar la vista atrás, vemos que las generaciones más fecundas de la literatura y las que han dado mayores obras han sido las que han tenido mucho contacto.

–Sobre los espacios comunes, están surgiendo en muchas mesas términos como ‘pre política’, ‘resiginficación’… inquietudes de toda una generación de poetas frente a un marco conceptual cambiante.

–A mí me parece que, aunque cambien las palabras y sigamos evolucionando, eso ha debido ser una pulsión que todos los jóvenes han tenido: querer cambiar lo que ha venido antes y volver a darle un nuevo significado, tomar el relevo y ser protagonistas. Es una cosa que siempre va a pasar, independientemente de que hay unas nuevas formas de relacionarse, nuevas identidades y de que somos mejores en el sentido de que hay mucha más visibilidad de todas las minorías y mucha más libertad. Creo que siempre ha existido esa pulsión de coger el micrófono y decir «oye, lo que se hizo antes ya no me vale, yo quiero hacer algo nuevo».

La poeta Rocío Acebal, ganadora del Premio Hiperión de Poesía 2020 con su poemario 'Hijos de la bonanza'María Clauss

–El cartel de poetas de estos encuentros suma numerosísimos premios nacionales e internacionales, pero destaca un alto en los coloquios para realizar un taller de declamación. ¿Qué necesidad detectáis en la poesía actual para llegar al público de esta manera?

–Bueno, una apreciación personal y también compartida con gente de los ámbitos en los que me muevo es que no todo el mundo que escribe poesía luego sabe defenderla ni declamar. Es muy difícil porque tiene parte de dramaturgia y hasta para ciertos actores es complicada. Esto es muy importante porque al final es bueno dar vida con la voz al poema escrito, son dos cosas, dos formas de llegar distinta. Tú puedes leer un libro y hacer tuyo el poema, pero desde luego, para llegar a nuevos públicos y disfrutar de la poesía, que nació como lírica, es súper importante expresarla bien. Por eso hemos añadido este taller, para que un Premio Nacional en esta disciplina también pueda compartirla y si ojalá sirva.