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El diestro francés Sebastián Castella, a hombros en la novena de San Isidro

El diestro francés Sebastián Castella, a hombros en la novena de San IsidroEFE

Novena de San Isidro

Castella abre la Puerta Grande con la llave de la excelencia

Mal lote para Pablo Aguado y entrega de un sector de la plaza con Manzanares, que cuajó buenos muletazos en su primero y no logró acomodarse con su segundo

Las rayas del ruedo le habían salido como la forma de La Maestranza al pintor, señal distinta, ¿de algún triunfo, en general, para variar? a la de los ocho festejos anteriores. Había que ver. No salió muy Histérico el primero de la tarde, casi como un gato al final de un tubo, para un deslumbrante Sebastián Castella, de blanco y plata.

Perdió las manos como de de plastilina y se escuchó como un conato de rebelión en los tendidos sin sentido y sensibilidad, porque el toro servía para un rato. Banderillas de color lila, los tres pares. Genuflexo lo cogió el francés con la muleta. Repetía, pero cabeceando. Había que bajarle ese tic, pero el Jandilla se caía, ya sin fuerzas.

El diestro francés Sebastián Castella durante la faena a su segundo toro

El diestro francés Sebastián Castella durante la faena a su segundo toroEFE

Después de la izquierda fea volvió a la derecha y por allí lo metió bien, agujero negro demasiado tarde para los ánimos que no pasaron de ahí pues lo mató rápido, caída la estocada, pero vistosa y fulminante. Estuvo digno Castella con toro de faena corta que alargó para agradar sin suerte. Derrotaba el de Manzanares, también flojillo, pero cabía con maña por el embudo.

La encontró un poco José María sin maestría, pero con el favor de buena parte del público. En la penúltima tanda se halló lo mejor. Más compuesto, más despacio, menos forzado. Más de media plaza entregada a ese momento y alguna más del apuesto Manzanares que recibió una ovación tras la estocada caída. Buena de ejecución, no de colocación.

Por seguir con la tónica el tercero también perdió las manos después del caballo. ¡Fuera el palco! Gritaba el 7 tras la continuación de la lidia. Era más intensa la flojera en este, al que había recibido con arte Aguado, pero la invalidez era manifiesta. Había que torearle a media altura, cosa que no da alas al lucimiento, pero ni por esas. Se venía abajo hasta al volver, a pesar de lo cual Pablo porfió y terminó matando de media sentenciosa. Actuación que no premió el público como la anterior con injusticia nada torera.

José María Manzanares, en al novena de San Isidro 2023

José María Manzanares, en al novena de San Isidro 2023EFE

El morrillo de Rociero parecía el Kilimanjaro. Se aplaudió un buen par y la brega última, el capote a una mano para que brindara Castella en los medios. Se quedó quieto el francés, solo girando los talones como en un chotis de vértigo, inicio que remató por bajo, y por dos veces, con torería. La tercera tanda levantó la faena, sobre todo en el cambio de mano, de derecha a izquierda.

Le mimó a Rociero Sebastián con tiempo y distancia y recibió su premio en los naturales largos y lentos que fueron lo mejor de la tarde. Estaba con el toro para casarse, lleno de ideas, de repertorio Castella. Manoletinas para terminar tras el valor verdadero en las casi añoradas pasadas por detrás y estoconazo tras el silencio previo a la muerte que dio paso al estallido por dos orejas de postín para el enorme regreso de Castella.

El diestro francés Sebastián Castella da la vuelta al ruedo tras cortar las dos orejas

El diestro francés Sebastián Castella da la vuelta al ruedo tras cortar las dos orejasEFE

Bonito era Relojero y bonitos fueron los lances de recibo de Manzanares. Tenía trazas el toro del anterior. Casi noqueó al caballo del primer topetazo. Buen toro que quería las tablas en la lidia algo destartalada. Empapado de capote inició su camino Relojero en la muleta de José María y ya no parecía querer más tela, pero al arrancarse volvía. Había que empezar las tandas con el trapo en la cara y lo entendió el de Alicante, pero incómodo. Lo mató a la segunda de estocada en el sitio.

No tuvo suerte Aguado en el sexto. Mal lote en general para el sevillano, que estuvo meritorio toda la tarde, aunque lastimosamente penoso con la espada en el preámbulo de la sexta y rutilante salida a hombros de un gran Sebastián Castella.

ficha del festejo

  • Plaza de toros de Las Ventas. Novena de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. Lleno. Toros de Jandilla y uno de Vegahermosa
  • Sebastián Castella (blanco y plata), silencio y dos orejas.
  • José María Manzanares (azul marino y oro), ovación y silencio.
  • Pablo Aguado (corinto y oro), silencio y silencio.

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