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La banda británica Pet Shop Boys durante el concierto en el Civitas MetropolitanoEFE

Eternos Pet Shop Boys: la música ochentera es intergeneracional

La mítica banda de pop británico ha dado la bienvenida a Madrid como nueva sede del Primavera Sound con éxitos que han agrupado a un público de varias generaciones en la jornada inaugural, de acceso gratuito

«When I look back upon my life / It's always with a sense of shame», reza una de las canciones más famosas de Pet Shop Boys, It's a sin. Echar la vista atrás no debe de ser nada fácil para este dúo de synthpop británico: son más de cuatro décadas recorriendo el mundo con «sus pecados» a cuestas. Sin embargo, esta noche han demostrado una vez más dos cosas: que tienen fuerza y actitud para seguir moviendo al público y que su música, como casi toda la música, es intergeneracional.

Los alrededores del Estadio Metropolitano estaban repletos de gente de todas las edades, estilos y condiciones. Después de todo, se trataba de un concierto gratuito: ha sido la Comunidad de Madrid la que ha hecho posible esta jornada inaugural del Primavera Sound, que tendrá su plato fuerte los próximos tres días en Arganda del Rey. A pesar de la intensa lluvia, se han sucedido los conciertos, empezando por los madrileños La Paloma y continuando con el jovencísimo Jake Bugg, que logró animar a un público que se refugiaba en chubasqueros y paraguas.

El dúo británico Pet Shop Boys, con Neil Tenant (delante) y Cris Lowe (detrás)EFE

Por eso esta fiesta no se llenó, pero no importó: llegaron los australianos Confidence Man, con su look de cuero y sus bailes histriónicos, para calentar el el terreno para lo más esperado de la noche: una gigante bandera de Ucrania anticipaba la salida al escenario del cantante y compositor Neil Tennant y el tecladista y compositor Chris Lowe. Acompañados de unas farolas y unos visuales cuidados al milímetro, los Pet Shop Boys ambientaron en sus famosos Suburbia el inicio de su concierto. Público enloquecido, bajos reverberantes y ellos con máscaras que imitaban a gladiadores del futuro.

Los suburbios de la ciudad distópica han dado paso a Can You Forgive Her?, con los que los Pet Shop Boys suelen arrancar en su gira «Dreamworld - The Greatest Hits Live», actualmente en su etapa europea. Vestido de negro con una larga gabardina blanca, Neil Tennant, poco expresivo, se ha agarrado a las farolas del atrezzo en uno de los momentos más divertidos de la noche. Tras Opportunities, el dúo ha hecho alarde definitivo de su vitalidad, intacta tras más de cuarenta años de trayectoria, con temas como la fusión del Where the streets have no name de U2 con Can't take my eyes de Frankie Valli, o Don't know what you want, acompañado por los aplausos a compás de la multitud, que vociferaba el famoso «I love you, baby».

La banda británica Pet Shop Boys durante el conciertoEFE

«Este es un mundo de sueños. Este es nuestro mundo, un mundo donde la música suena para siempre en las calles», ha exclamado Tennant antes de interpretar Rent, So Hard y Left to My Own Devices. Las enormes pantallas han pasado de los juegos geométricos en blanco y negro a imágenes de películas antiguas superpuestas y el vestuario del vocalista ha cambiado repentinamente: ha aparecido con un traje negro y un curioso sombrero blanco para interpretar Domino Dancing en un alarde de coquetería que se repetirá dos veces más: una increíble gabardina plateada dará paso a un traje negro en el encore del concierto.

Lo importante es que ni titubeó ni perdió fuelle ni un solo segundo: tanto Tennant como Lowe se mantuvieron en su línea, y uno podría haber dicho, si no fuera por el vestuario y la cantidad de medios desplegados, que estaba viendo un concierto suyo de finales de los 80. De hecho, el cancionero tradicional de la banda ha alcanzado su máximo brillo con la versión del Always on my Mind de Elvis Presley, donde Tennant ha ofrecido el micrófono para que el público continuase la letra. Jealousy, Love comes quickly y Paninaro son otros de los grandes éxitos que han sonado, aunque muchos de los asistentes se limitaban a moverse despacio al unísono, sin conocer las letras de una de las bandas más importantes de la música británica.

La banda británica Pet Shop Boys durante el conciertoEFE

«Es una maravilla estar de vuelta en Madrid y veros a todos aquí. Pero ahora quiero escucharos cantar». Pet Shop Boys se han lanzado entonces con Dreamland, con el que han regresado a su acostumbrado «país de los sueños», y Heart, uno de los himnos generacionales: «Siempre que te veo, mi corazón empieza a saltarse un latido...». Ese «beat, beat, beat» ha cerrado una canción que se ha vuelto inicio de trance gracias a las notas electrónicas, que han alcanzado su auge con la maravillosa Vocal: «I like the people, I like the song / This is my kind of music». El baile a ritmo de tecno ha preparado el ambiente para la recta final de una jornada que el vocalista ha definido como «de ensueño», calificando de «gente maravillosa» al público madrileño con el que la banda también compartió un pequeño recital la pasada noche.

It’s a Sin parecía cerrar el periplo español del dueto cuando el clamor del público los ha hecho regresar para entonar como broche final West End Girl y Being Boring y dirigirse a Oporto, donde tocarán el próximo viernes como parte de la edición portuguesa del festival. El tiempo pasa, pero los Pet Shop Boys permanecen, con el mismo sonido, la misma capacidad de transmitir su particular visión de la vida, el amor, el sexo, el dinero y la ciudad. Por algo han vendido más de cincuenta millones de discos en todo el mundo desde los años 80. Mientras existan, nunca más nos aburriremos.