Dichos y expresiones
¿Quién es la mujer de «el cuento de la lechera»?
Extraído de una fábula de Esopo, este dicho popular hace referencia a imaginar o soñar algo imposible: su significado es similar al de la expresión «hacer castillos en el aire»
Dice Ramiro de Maeztu en Don Quijote, Don Juan y la Celestina: «Todo lo que se ha escrito en estos años respecto de los sueños, vale también para las cuentas de la lechera y para los entretenimientos de los niños cuando juegan a suponer que son el rey, justicias o ladrones». Pero ¿quién esta lechera a la que hacen referencia los dichos?
Esta expresión se emplea cuando alguien sueña o imagina cosas imposibles; en definitiva, cuando hace castillos en el aire: «Tal es el cuento de la lechera», suele decirse. Se documenta ya en la segunda mitad del siglo XIX, pero no se recoge en el diccionario académico, probablemente porque con frecuencia se ha empleado como comparación y no con valor metafórico pleno. Su origen, claro, hay que buscarlo en una conocida fábula de Esopo, reinterpretada después por otros muchos autores, como don Juan Manuel o Félix María de Samaniego.
En ella, una lechera camina ufana con un valioso regalo de sus amos: un gran cántaro de leche recién ordeñada. Dejando volar su imaginación, imagina su brillante porvenir: obtendrá de la leche un buen dinero que invertirá en huevos, de los que nacerán pollitos que venderá cuando crezcan; comprará entonces un bonito vestido y una sortija, y así vestida recuperará en la feria el amor de Pedro...
Y en estas estaba la muchacha cuando un asno tropezó con ella, haciendo caer el cántaro. De modo que se quedó sin nada: adiós huevos, pollos, vestido y sortija; adiós boda.
Samaniego lo remata así: «No seas ambiciosa / de mejor o más prospera fortuna, / que vivirás ansiosa/ sin que pueda saciarte cosa alguna. / No anheles impaciente el bien futuro, / mira que ni el presente está seguro».
Desde antiguo se extendió otra versión del modismo: «las cuentas de la lechera», puede que porque en esto de imaginar imposibles, las cuentas (las perras, en definitiva) ocupan un lugar prioritario.