El escultor Jaume Plensa inaugura una exposición por las calles de Mons
El artista catalán, que residió algunos años en Bélgica, abre una muestra con motivo de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea
Las esculturas de Jaume Plensa, casi siempre monumentales y humanistas, dejan su paso por los cinco continentes. Es uno de los artistas españoles más internacionales, por la forma en la que utiliza el urbanismo de las ciudades y deja su impronta en la gente. No es casualidad que se haya elegido su obra para una muestra en la ciudad belga de Mons con motivo de recién estrenada presidencia española del Consejo de la Unión Europea.
La muestra Algo sagrado –en francés, La part du Sacré– realiza un recorrido por la obra del artista español a lo largo de 20 piezas emblemáticas. Se trata de un viaje a través de los lugares más importantes de la ciudad, que comienza en la Grand-Place y termina en la colegiata de Santa Valdetrudis, donde siempre han convivido el poder civil y religioso.
En la Grand-Place se han instalado tres rostros de siete metros de altura y en la nave de la iglesia, dos rostros inacabados conformados por mallas de acero y suspendidos en el aire, que hacen con el dedo índice sobre los labios el gesto de silencio. Una invitación a meditar.
A estos dos puntos tan señalados de la ciudad belga, se unen las obras instaladas en la Salle Saint-Georges, el Jardín de Mayeur y, frente al Museo de Doudou, un grupo de siete esculturas de gran simbolismo que vinculan a las personas con la naturaleza.
La muestra se puede ver desde el sábado y estará instalada hasta el 8 de octubre, que será cuando, para el escultor, en realidad comience. «Es posible que esta exposición empiece cuando acabe, porque creo que la gente va a sentir este vacío enorme cuando retiren las obras, después de haberse acostumbrado a verlas dulcemente durante todo el verano», aseguró Plensa en una entrevista con la agencia EFE.
Para el artista catalán es una muestra especial, ya que residió en Bélgica durante un año en los años 80. Allí empezó a trabajar con técnicas de hierro y hierro fundido que luego exportó al resto de su obra, y que ahora cobran fuerza en la ciudad de Mons, marcada por el pasado industrial y minero de la región de Valonia, al sur del país.