El Juli y otros cinco niños prodigio del toreo

Joselito el Gallo, Luis Miguel Dominguín, Emilio Muñoz, Michelito o el aún prometedor novillero Marco Pérez fueron y son fenómenos de precocidad como el maestro madrileño, matador de toros a los 15 años

Joselito «el Gallo» y Juan Belmonte en 1920

José Gómez Ortega, Joselito el Gallo o Gallito, «el Rey de los Toreros», nació en 1895 en Gelves (Sevilla). Debutó como novillero en 1908 en Jerez de la Frontera a la edad de 12 años, aunque el niño prodigio ya toreaba desde mucho antes. Tomó la alternativa a los 17 años. En la foto, con su amigo y gran rival, Juan Belmonte, protagonistas de la llamada Edad de Oro del toreo. Joselito murió en la plaza de Talavera de la Reina en 1920.

Luis Miguel Dominguín (en el centro), flanqueado por sus hermanos Domingo y Pepe Dominguín en la plaza de Tenerife en la década de los 50. Luis Miguel estaba en la terna de matadores el día de la cogida mortal a Manolete en Linares. Tomó la alternativa en Bogotá a los 14 años, pero dicha ceremonia no tuvo validez en España. Finalmente se hizo matador de toros cuatro años después, a los 18 años, en la Plaza de Toros de La Coruña.

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A Emilio Muñoz Vázquez (Sevilla, 1962) le llamaron «el Mozart del toreo». Debutó como novillero sin picadores a los doce años y con caballos a los 14. De gran novillero tomó la alternativa en Valencia a los 16 años. Tuvo dos exitosas etapas como matador, con grandes triunfos en su tierra y en Pamplona, separadas por una retirada que duró tres años, incluido un ingreso en prisión por una supuesta estafa en la venta de una finca.

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Michelito Lagravere es hijo del matador Michel Lagravere y nació en Mérida (Yucatán). Con seis años mató su primer animal. Con diez ya era novillero y tomó la alternativa con 14 años en la Plaza de Toros de su ciudad, donde ha obtenido sus mayores triunfos. El pasado febrero Michelito, que tiene en la actualidad 25 años, fue noticia al ser detenido por la policía por saltar de espontáneo a la misma plaza de Mérida para pedir una oportunidad a los empresarios.

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Marco Pérez es la última sensación juvenil. El mundo taurino le tiene en cuenta desde los 7 años cuando empezó a despuntar como torero. Como novillero ya ha abierto la Puerta del Príncipe de Sevilla en un festival benéfico con cuya actuación encendió todos los avisos de la llegada de una próxima figura.