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Fernando Bonete Vizcaino

Rowling terfa y cancelada

La creadora de una de las franquicias más exitosas de la historia de la cultura contemporánea fue insultada y censurada por defender que el único sexo real es el biológico

J.K. Rowling, la autora de la saga de libros de Harry PotterGTRES

Todos aquellos lectores millennials que una vez fueron adolescentes y que pudieron aspirar en algún momento a leer las grandes obras universales porque primero siguieron la genealogía de lecturas preparatorias de su generación –los cómics de Mortadelo y Filemón y/o de Astérix y Obélix, los tomos naranjas de El Barco de Vapor, las novelas de Harry Potter y la trilogía de El Señor de los Anillos– recordarán a J. K. Rowling por haberles regalado un mundo imaginario en el que instalarse por unas horas y habitar toda una vida –y por las colas que hacían en las librerías para comprar cada nueva entrega de Hogwarts–.

Todos aquellos que no conocieron a Harry Potter a través de sus páginas, pero sí a través de sus películas o videojuegos –está bien, aunque no es lo mismo– recordarán a J. K. Rowling por darles unas cuantas y agradables tardes en casa con la Play o en el cine con sus amigos.

El sexo no puede cambiarse

Y todos aquellos que, directamente, no leen ni van al cine, recordarán a J. K. Rowling no por ser la creadora de una de las franquicias más exitosas de la historia de la cultura contemporánea, ni por haber conseguido que toda una generación de jóvenes de todo el mundo lea, sino por haber sido excluida del documental conmemorativo del XX aniversario de Harry Potter, su propia creación –sale apenas veinte segundos en unas imágenes cutres de archivo–, porque J. K. Rowling es una «terfa».

Una mayoría de los que le aplican a Rowling esta etiqueta, TERF –del inglés «Trans-exclusionary Radical Feminist»–, no saben explicar muy bien por qué –«pero, ¿algo haría, no?»–. Estos fueron los hechos: Maya Forstater, analista británica de un think tank internacional contra la pobreza y la desigualdad fue cesada, primero como consultora y después como colaboradora de la firma por publicar tuits en los que manifestaba la evidencia científica de que el sexo no puede cambiarse, que los hombres, por mucho que digan ser mujeres y quieran cambiar su sexo, siguen siendo hombres.

Ante su despido, la escritora J. K. Rowling se posicionó a favor de Forstater. Este fue el tuit que desencadenó su cancelación. «Vístete como gustes. Llámate como quieras. Acuéstate con cualquier adulto que te acepte. Vive tu vida en paz y seguridad. ¿Pero obligar a las mujeres a dejar su trabajo por afirmar que el sexo es real? #IStandWithMaya #ThisIsNotADrill».

El tiempo dirá y los que vengan juzgarán si lo que aquí se cuenta era lo que es, una anécdota más, o un acontecimiento con el poder de borrar la obra de una escritora extraordinaria.