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Markus Gabriel, máximo exponente del Nuevo Realismo filosófico

¿Qué es el Nuevo Realismo, la filosofía que crea «nuevas» verdades y hasta dice que el mundo no existe?

Lo que se presenta como una demolición del posmodernismo, encierra la teoría a la que se adhieren la mayoría de los ismos «woke»

Lo posmoderno ya es antiguo en el XXI. Parecía que no podía haber nada tras la posmodernidad, como casi etimológicamente su nombre indica, una época donde todo se había superado, donde no había asideros (en principio). Pero lo que la posmodernidad hizo no fue superarlo todo, sino deconstruirlo (o demolerlo) para empezar con un Nuevo Realismo.

Y, si el Realismo es real, ¿por qué hay un Nuevo Realismo? ¿Es que no era real el Realismo que hay que hacerlo nuevo? La filosofía no se detiene. Las ideas son infinitas. Si en la posmodernidad todo era cuestionable (los textos, la cultura, los conceptos como la verdad o la realidad), el Nuevo Realismo araña esa pared como arañaba la pared el Andy Dufresne de Stephen King en la prisión de Shawshank, por donde encontró la libertad.

Detrás de ese imaginario póster de Raquel Welch está el rechazo del dualismo característico del Realismo. Hay muchos mundos más que los antagónicos del Realismo, esa especie de realidad compensada que lleva al joven filósofo Markus Gabriel, máximo representante actual de esta corriente, a afirmar que el mundo no existe porque existen muchos.

Parece muy posmoderno, casi como si fuera un argot, un posmodernismo cheli, pero Gabriel, por ejemplo, dice que hay muchas realidades independientes que pueden ser ideas u objetos materiales: un ejército de mundos contra el relativismo de la posmodernidad, a la que aplastan para crear un «mundo» formado por «provincias ontológicas», como pueden ser el personaje de una película, que existe en la provincia abstracta, pero no en la «figurativa».

El retruécano teórico de Gabriel culmina en que, como no existe un todo donde agrupar tantas realidades independientes, el todo, el mundo, no existe. Unas realidades que el catedrático nombra como «campos de sentido». Por qué el mundo no existe (2013) y No soy mi cerebro (2015) fueron obras filosóficas de éxito en Alemania.

Para el Nuevo Realismo la verdad no está solo en la ciencia porque también hay verdad en la religión o en el arte y, como dice Maurizio Ferraris, exponente anterior (y cofundador de la corriente) a Markus Gabriel, en realidades «consensuadas» como que existe el cambio climático. La ideología y lo social que alcanzan o con las que comienza este Nuevo Realismo. ¿Es una filosofía o una doctrina? ¿Un antirrelativismo que busca nuevas verdades absolutas?

Aquí es donde aparecen los matices, la construcción teórica donde el filósofo dice que «Tenemos que vacunarnos (¡vacunarnos!) contra el veneno mental que nos divide en culturas nacionales, razas, grupos de edad y clases sociales en mutua competencia», una sentencia que es como la llamada de Batman, no a Batman, sino a todos los ismos «woke» del presente.

Frases tan aterradoramente relativas como «La tecnología y la ciencia deben trabajar mano a mano con los grupos sociales y políticos que conforman la comunidad para desarrollar un progreso moral común», dan una medida de aquellos «matices» del poco misterioso, después de todo, «Nuevo Realismo».