Don Marcelo, el arzobispo de Toledo que negó a un ministro de Justicia la asistencia al Corpus de 1981
Se presenta en la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria la biografía extensa del cardenal González Martín, quien recelaba de la inclusión de la bomba de relojería que suponen las «nacionalidades» del artículo 2 de la Constitución, además del poco peso que tienen en la Carta Magna la educación y la familia
Muchos han oído hablar del cardenal Vicente Enrique y Tarancón, cuyo nombre deja en la sombra a otros bastantes otros prelados que protagonizaron los cambios y vericuetos que vivió España entre la década de 1960 y la de 1990. Sin embargo, hubo más protagonistas, con otras voces y otros tonos. Es el caso, por ejemplo, de Marcelo González Martín (1918-2004), que ejerció de cardenal y obispo primado de España durante un cuarto de siglo.
A su biografía, pensamiento y obra dedica un extenso volumen –traslado de su tesis doctoral– Gonzalo Pérez-Boccherini, sacerdote en la diócesis de Getafe, con el título El alma católica de España (Homo Legens). A modo de presentación de este libro, la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria ha celebrado una mesa redonda con el propio autor, con Francisco Serrano Oceja, catedrático de Periodismo en la Universidad CEU San Pablo, y Pablo Martín, profesor en la Universidad Camilo José Cela. Como anfitrión, Fernando Lostao, director de la Fundación, ha dado voz a los intervinientes y ha añadido algunos comentarios al concluir el acto, en especial, el hecho de que «un alto porcentaje de católicos españoles no vota a ningún partido».
El profesor Martín ha destacado del autor su «honestidad» y su carácter «meticuloso, exigente con su trabajo», lo que le ha permitido profundizar en su investigación. En su opinión, el cardenal don Marcelo fue «el último arzobispo con influencia» y un «icono histórico del alma católica de España». Asegura que este prelado, en los días previos a la aprobación de la ley del divorcio (1981) padeció de la tensión arterial, igual que «hoy media España ante los acuerdos con Junts»; de hecho, denegó al ministro responsable de esa ley, Francisco Fernández Ordóñez (UCD), la asistencia al Corpus de Toledo ese año.
La actitud «unilateral» de Ordóñez en la redacción de la ley del divorcio le valió la posterior «recompensa del PSOE», que lo acogió en sus filas y que en 1985 le concedió la cartera de Exteriores. Según Martín, don Marcelo advertía en los años 60 de que el pluralismo religioso podría conducir a una «pérdida de la identidad nacional».
El cardenal don Marcelo fue el último arzobispo con influenciaProfesor en la Universidad Camilo José Cela
Para Pablo Martín, el cardenal Marcelo González Martín es «reflejo de toda una época», puesto que participó en Cuadernos para el Diálogo en los años 60 y 70, en donde se iba anunciando cuál sería el futuro del catolicismo español tras la muerte de Franco. Las discrepancias que encarnaba con respecto al modelo de Tarancón –y la diferente relación de ambos con el gobierno– pueden explicar que, tras el fallecimiento de Casimiro Morcillo (arzobispo de Madrid), se optara por aquel y no por don Marcelo para ocupar la sede matritense.
En este punto, Martín y Pérez-Boccherini manejan datos e interpretaciones divergentes. Por eso, Martín añade que la verdad acerca de esa cuestión se la llevó a la tumba el arzobispo de Florencia cardenal Benelli, «hombre clave» de toda aquella operación. En cualquier caso, don Marcelo se postuló para primer presidente, vicepresidente y secretario de la Conferencia Episcopal, pero perdió cada una de las votaciones para designar sendos cargos.
Por su parte, el profesor Serrano Oceja ha comentado que esta es la tercera biografía sobre el cardenal González Martín: la primera se editó en los años 80, la segunda en 2005, y, tras esta, que es la tercera, hay una cuarta en preparación. En su opinión, don Marcelo fue una referencia en el nuevo modelo de seminarios y era «lo que el Concilio Vaticano II dijo que debía ser un obispo: un padre espiritual y un pastor».
Don Marcelo era lo que el Concilio Vaticano II dijo que debía ser un obispo: un padre espiritual y un pastorCatedrático de Periodismo en la Universidad CEU San Pablo
Serrano Oceja —que ha dicho claramente: «No creo en la hermenéutica de la ruptura»— ha destacado varios aspectos: por un lado, las advertencias de don Marcelo acerca de los cambios que se barruntaban con la Transición y cuyos efectos se están viendo estos días. El cardenal inspeccionaba con detalle y ojo crítico la propuesta de texto constitucional, sin hacer campaña a favor o en contra de cara al referéndum de diciembre de 1978. Por tanto, este libro es un «antídoto contra las imágenes mentales distorsionadas» que pululan sobre el prelado González Martín.
Según Serrano Oceja, don Marcelo es relevante por haber contribuido al modo como se entiende la configuración de la libertad pastoral y colectiva del catolicismo español, pues invitaba a la iniciativa, algo «hoy urgente». Casi veinte años tras su muerte, se observa una «profunda crisis» en estos y otros aspectos. Como ejemplo, ha señalado que en su reciente viaje a Tierra de Campos –paisaje anejo a la cuna y sepultura de don Marcelo– ya no se celebra allá ni la misa dominical.
Gonzalo Pérez-Boccherini ha aportado algunos datos sobre la labor del cardenal González Martín: 414 sacerdotes ordenados, de los cuales han salido 22 obispos. Para el autor del libro, don Marcelo pronosticó con acierto lo que ha venido sucediendo en España y en la Iglesia –por lo que recelaba de la omisión de Dios en la redacción del texto constitucional, o la inclusión de la bomba de relojería que suponen las «nacionalidades» del artículo 2, además del poco peso que tienen en la Carta Magna la educación y la familia–, frente a lo cual su receta era «mantenerse firme en la identidad». En este sentido, alude a la conmemoración de los catorce siglos del III Concilio de Toledo (año 589), como confirmación de esta identidad que, asimismo, ha tenido una fuerte vocación proselitista, pues hoy «más de la mitad de los católicos rezan en lengua española».
Don Marcelo era un impulsor de las minorías creativas y de la audacia del católicoSacerdote y autor del libro 'El alma católica de España'
Aludiendo a Benedicto XVI, Pérez-Boccherini entiende que don Marcelo era un impulsor de las «minorías creativas» y de la audacia del católico, pues al cardenal González Martín «le preocupaba mucho que la sal se volviera sosa» por la inacción, ambigüedad o confusión de los católicos en la vida pública y en la elaboración de leyes. Don Marcelo previó la actual deriva de secularización y de aburguesamiento del católico español, que hoy no lleva la iniciativa, y es que «si tú no metes goles, te los meten a ti».