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'Cortes de Cádiz', cuadro de Salvador Viniegra

La asociación Héroes de Cavite lanza un manifiesto: «Aprender de nuestra historia y evitar los errores del pasado»

«Frente a la división, demostramos unidad», explican desde la asociación, que advierte de la desintegración de la Nación y el deterioro de sus instituciones, así como «el incumplimiento de la ley y la insumisión a los tribunales»

«Hoy, más que nunca, enfrentamos tiempos críticos en la historia de nuestra nación». Así comienza la declaración de intenciones de la asociación Héroes de Cavite, que nace con la voluntad de fomentar la cultura y la historia entre los ciudadanos de la Comunidad Hispana y tiene entre sus principales objetivos realizar actividades culturales y fomentar el hispanismo y la historia compartida.

Con motivo del centenario del monumento a los Héroes de Cavite y Santiago de Cuba, la asociación ha lanzado el manifiesto Aprender de Nuestra Historia y Evitar los Errores del Pasado, con el que buscan hacer reflexionar sobre «nuestro rico pasado», pero que también aborda los desafíos que enfrenta la España actual.

«Este documento es un poderoso recordatorio de que, a lo largo de nuestra historia, hemos superado momentos de crisis y desintegración, desde el 'Desastre del 98' hasta los desafíos actuales que amenazan con desgarrar el tejido de nuestra sociedad y valores nacionales. El manifiesto destaca cómo en la actualidad se está acelerando un proceso de cambio y destrucción, desviándonos de las lecciones aprendidas en nuestra historia», explican desde la asociación.

'Aprender de Nuestra Historia y Evitar los Errores del Pasado'

Con motivo del centenario de la inauguración del monumento a los Héroes de Cavite
y Santiago de Cuba.


​«El 9 de noviembre se conmemoró el centenario del monumento que nos recuerda el sacrificio de nuestros compatriotas durante lo que vino a denominarse el «Desastre del 98». Este evento sumió al país en una auténtica crisis de autoestima colectiva. Se perdió la fe en la propia capacidad: no se perdía solo el último retazo de una monarquía que abrazaba varios continentes, sino que se separaban unas provincias que se percibían tan españolas como cualquier otra del territorio nacional. Además, el 98 significó la culminación de un proceso desintegrador que, claramente, no llevó a las repúblicas independientes a un mayor progreso económico y social.

De los momentos críticos de nuestra historia compartida hay que extraer lecciones: Covadonga, la culminación de la Reconquista, el nacimiento a partir de 1492 de la gesta mestiza llamada Hispanidad, las Leyes de Burgos de 1512, precursoras de los derechos humanos, la labor de la Escuela de Salamanca como corriente de pensamiento de carácter económico, moral y jurídico, la resistencia contra el invasor en 1808, la proclamación de derechos individuales con la Constitución de 1812 de «todos los españoles de ambos hemisferios» o lo acontecido en 1898, nos recuerdan aciertos y errores y que hemos sabido salir adelante a pesar de dificultades que parecían insalvables.

​Frente a la división, demostramos unidad.

Frente a la renuncia de la defensa de la Nación, actividad incansable en todos los ámbitos del Estado de Derecho para fortalecerla.

Frente a mandatarios egoístas, líderes firmes y patriotas de todo signo que antepusieron España a cualquier otro interés.

En la actualidad, las democracias modernas no mueren a manos de hombres armados, sino por el deterioro de sus instituciones, el incumplimiento de la ley y la insumisión a los tribunales. Basta para ello con colonizar algunas de las legítimas instituciones e impedir, por la vía de los hechos, el normal funcionamiento de las demás.

Los simples españoles de a pie siempre supieron cumplir con su deber afrontando todo tipo de desafíos y sería de esperar que, atendiendo al interés superior de España, los dirigentes de nuestro país lo hicieran siempre.
Los que nos precedieron, con su voluntad y sacrificio, forjaron durante siglos de devenir histórico lo que somos hoy día: una única nación de ciudadanos libres en la que debe primar el imperio de la ley, la separación de poderes y la igualdad entre españoles.

​Somos España. Somos Hispanidad».

Según los miembros firmantes del manifiesto, ahora, más que nunca, «es esencial recordar y adherirnos a los principios que nos han mantenido fuertes. Desde la resistencia contra invasores hasta la defensa inquebrantable de nuestra soberanía nacional, nuestra historia es un testimonio de resiliencia y unidad», concluyen.