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Borja Jiménez

Borja Jiménez en la sede de El DebateThorun Piñeiro

Borja Jiménez: «No voy a defraudar»

Después de su gran éxito en Las Ventas, la nueva figura del toreo habla para El Debate, antes del comienzo de su temporada

El pasado 8 de octubre, en la Plaza de Toros de Las Ventas, durante la Feria de Otoño, vivimos una tarde de enorme emoción: los toros de Victorino Martín, muy encastados, sacaron complicaciones y los diestros tuvieron que hacer un gran esfuerzo. Por la cogida de un compañero, un joven sevillano al que no todo el público madrileño conocía tuvo que matar tres toros: les dio a cada uno de ellos la lidia adecuada, impresionó al público por su valor sereno y por su técnica, le cortó un trofeo a cada uno de los tres. (Algo que, hace años, no se daba en esta Plaza). No sólo salió en hombros sino que la afición madrileña, la más exigente, le reconoció como figura del toreo.

Ese joven se llama Borja Jiménez, tiene 31 años, uno menos que su hermano Javier, matador de toros, que también sabe lo que es abrir la Puerta Grande de Las Ventas. Al final de la temporada, Borja ha quedado como la nueva figura emergente, a la que los aficionados esperan: está ya anunciado en las primeras Ferias. Ha venido a Madrid a la gala de presentación de San Isidro, donde ha recibido el premio al Hito de la temporada, y, antes de pasarse por la sastrería para probarse sus nuevos vestidos de luces, visita El Debate. Como es un joven educado y sencillo, la charla con él es muy fácil.

–El toreo es uno de los pocos mundos donde una tarde feliz te cambia la vida. Eso te pasó a ti el 8 de octubre.

–Es verdad. Yo era un desconocido para el gran público: para mí, era una tarde decisiva. Ésa es la importancia que tiene Madrid. Pero, para lograrlo, hace falta mucha preparación, mucho trabajo.

–Los toros de Victorino le dieron más importancia a tus faenas.

–Era la primera vez que yo los mataba. Es un tipo de toro complicado, exigente, pero que tiene buen fondo. Cada uno de los tres que maté sacaron complicaciones diferentes.

Te exige ponerte de verdad, sacar toda tu técnica, tu oficio y entregarte

–Demostraste que, con este tipo de toro, también se puede y se debe torear con clasicismo, cargar la suerte.

–Te exige ponerte de verdad, sacar toda tu técnica, tu oficio. Y entregarte, ponerte delante del toro como si fuera bueno: si te entregas, el público también se entrega.

–Este invierno no has parado. Creo que no recuerdo a ningún torero que haya participado en tantos actos y homenajes. ¿Te quedaba tiempo para entrenar?

–Sí, eso no se puede dejar. Desde octubre, he estado en unos 45 actos: hay que agradecer su interés a los aficionados. Pero no por eso he dejado de entrenarme. Vivo ahora en Salamanca: he procurado ir y volver rápido, para no perder ningún día de preparación. Me entreno con Julián Guerra, mi apoderado, junto al río.

–Cerca del toro de piedra donde el ciego le pega a Lázaro de Tormes «una calabazada»… ¿Cómo es tu jornada?

–Por la mañana, suelo salir a correr o a hacer algún deporte. Luego, toreo de salón: tres o cuatro horas, por la mañana, y un par de horas más, por la tarde. Además de asistir a los tentaderos.

El toro es muy celoso: si no estás totalmente centrado en él, te lo hace pagar

–¿Tan importante es el toreo de salón?

–Muchísimo. Sólo si dominas la técnica puedes aspirar a expresarte como sueñas.

–Volvamos atrás. A tu hermano y a ti no os lleva al toreo el hambre sino el ambiente taurino de Espartinas, vuestro pueblo, en el Aljarafe.

–Allí, ha sido decisiva la influencia de los dos Espartacos, padre e hijo. Hemos crecido con ellos, con su familia. Los dos hermanos estudiamos en la escuela taurina de Espartaco padre. Si el maestro es grande, delante del toro, todavía lo supera, como persona. Y el padre quizá sea el mejor maestro que haya tenido la Tauromaquia. A sus 82 años, sigue entrenando, nunca se cansa, tiene una afición enorme.

–¿Qué es lo más importante que os enseñó?

–Más allá de la técnica, del oficio, lo fundamental es la ética del torero. Él tiene fama de exigente, de duro. Cuando yo me planteé dedicarme al toreo, él me habló muy en serio de lo que esto supone, del sacrificio que exige. El toro es muy celoso: si no estás totalmente centrado en él, te lo hace pagar. Hay que saber estar en tu sitio, respetar a todos los profesionales. Esa educación taurina que él nos dio es fundamental. Para ser torero, hay que saber escuchar.

–Y para aprender cualquier cosa. Me decía Marcial Lalanda que «hay que ser orejero».

–Todos los grandes toreros han aprendido escuchando a otro matador, a la cuadrilla, al apoderado… Tienes que ser modesto, querer aprender. También, de los que no son profesionales: hay aficionados que saben mucho; desde fuera, se ven mejor algunas cosas.

–Yo conozco la Plaza de Espartinas, hablé allí en una Bienal taurina: es moderna, preciosa, pero ahora no se utiliza.

–Desde que entró el equipo de gobierno de Izquierda Unida con el PSOE, no quieren saber nada de los toros. Ni hay festejos taurinos ni no nos dejan usarla para entrenarnos. Por dentro, está destrozada. Es un verdadero desastre.

–Tu hermano y tú habéis tenido la misma educación taurina pero, luego, tenéis estilos algo diferentes.

–El concepto básico es el mismo pero cada uno lo expresa de una forma distinta.

–¿Cuál de los dos es mejor torero?

–Los dos hemos logrado ya abrir la Puerta Grande de Las Ventas. De momento, estamos empatados: uno a uno.

–Tú toreaste mucho sin caballos, unas 90 novilladas.

–Es muy necesario, para adquirir la base técnica, coger el oficio. Y eso necesita tiempo. Cada uno ha de madurar a su ritmo, no se pueden saltar escalones. Hasta que no me consideré preparado, no pasé a torear con caballos.

–Tú lo hiciste nada menos que en la Monumental de México, en 2012.

–Me vieron por televisión, en las novilladas que organizan las Escuelas Taurinas de Andalucía. Fue un privilegio: toreé allí, con éxito, dos domingos seguidos. En ese enorme «embudo», los olés suenan muy fuertes. Me llamaban «güerito (rubito) de rancho».

–Lamentas los intentos actuales de cerrar esa Plaza.

–¡Muchísimo! Es un error querer politizar el toreo, usarlo como arma para intentar coger unos votos. Entre otras cosas, la Fiesta genera muchísima economía.

–De México pasaste a Francia. Viviste un tiempo en casa del ganadero Pierre Marie Maynadieu, triunfaste en Arles y Nimes. ¿Qué diferencia separa a esos dos públicos?

–En México son muy pasionales. El público francés parece al comienzo más frío pero, si rompe, al final, es muy agradecido. Me gusta mucho la afición francesa: es exigente pero muy respetuosa. Ahora voy a debutar allí como matador.

El diestro Borja Jiménez durante la corrida de la Feria de Otoño, este domingo en la Monumental de Las Ventas

El diestro Borja Jiménez durante la corrida de la Feria de Otoño, este domingo en la Monumental de Las VentasEFE

–Entonces tuviste tu bautismo de sangre. ¿Te afectó mucho?

–Fueron dos cornadas graves, seguidas. La primera, en Francia, al entrar a matar, pero cortó las orejas al novillo; la segunda, en Villar del Prado. Aunque te duelan, las cornadas me hicieron sentirme más torero; casi podemos decir que hasta te hacen algo de ilusión…

–Te dio la alterbativa el maestro Espartaco en la Feria de Abril de 2015 pero no la confirmaste en Las Ventas hasta ocho años después, en 2023. Debieron de ser años duros.

–Muy duros: toreaba sólo un par de corridas, cada temporada. La tentación era venirse abajo. Logré vencerla porque tenía muy claro que quería ser torero; también, gracias a la ayuda de algunos ganaderos. Sin dejar de entrenarme, estudié Ingeniero Agrónomo y comencé a trabajar.

–Todo cambió en el 2023 con Julián Guerra, tu nuevo apoderado.

–Recuerdo muy bien cómo fue: estaba tentando en Aldeanueva, unas vacas fuertes, un día de lluvia, yo solo. Intenté concentrarme, como si estuviera en la Plaza. Él me vió y confió en mis posibilidades. Hemos compaginado muy bien, he llegado a vivir en su casa, como si fuera de la familia.

–Estuviste ya muy bien en Pamplona, con los toros de Escolar.

–Ése fue el punto de inflexión de mi carrera. Me encantó el ambiente, aunque sea tan diferente del de Sevilla. Esa tarde, los taurinos pensaron: «Éste puede ser».

–Después de la tarde de Madrid, has logrado entrar en las Ferias: estás anunciado en Castellón, en las Fallas y en San Isidro, supongo que estarás en la Feria de Abril. Seguirás matando 'victorinos' pero también entras en carteles de figuras.

–Me está costando pero lo voy logrando. No le hago ascos a los toros de Victorino: son los que me han puesto donde estoy., pero no quiero que me encasillen, quiero matar todo tipo de toros. Eso es lo que han hecho siempre las figuras. Empiezo en Castellón, el 3 de marzo: Paco Ramos y yo matamos victorinos. El 18, en Fallas, en cambio, toros de Juan Pedro y El Puerto. En San Isidro, tres tardes, 31 de mayo, 5 y 7 de junio: reses de Santiago Domecq, Victorino y Victoriano del Río, en carteles muy del gusto de Madrid.

No me gustan las etiquetas. Intento dar a cada toro la faena que pide

–En Las Ventas, vas a competir con primeras figuras como Talavante y Roca Rey. ¿Se lo vas a poner difícil?

–El toreo es eso, me gusta competir con todos. En una corrida, siempre hay competencia, aunque vaya por dentro y el público no lo advierta.

–Este año te esperan: para muchos, eres la novedad, pero también te van a exigir más.

–Ya lo sé: todos quieren ver al de la Feria de Otoño, se han creado muchas expectativas. Para eso estamos, eso es lo que yo quería. Si me exigen, es porque creen que puedo ser alguien.

–La espada no siempre ha funcionado. Supongo que has entrenado mucho, con el carretón.

–Muchísimo: no sabría decir cuánto. He sido irregular. Algunos toros los he matado bien pero otros, no. Hay toros que, cuando vas a entrar a matar, se tapan, te hacen que no lo veas claro; otros, en cambio, te ayudan a verlo.

El diestro Borja Jiménez sale a hombros de Las Ventas

El diestro Borja Jiménez sale a hombros de Las VentasEFE

–Para los que no te conozcan: ¿te definirías como un diestro de dominio, de valor o de arte?

–No me gustan las etiquetas. Intento dar a cada toro la faena que pide.

–Ya no trabajas en otra cosa. ¿Tienes pareja? ¿Qué aficiones tienes?

–Ya no: estoy concentrado en el toro. Me gusta todo lo que tiene que ver con el campo: la caza, los caballos. Y los deportes. Soy muy activo.

–¿Te gusta leer, ver vídeos? ¿Qué libro te ha gustado?

–No leo todo lo que debiera. Me ha gustado mucho el de Chaves Nogales sobre Juan Belmonte. Veo muchísimos vídeos de maestros históricos: Ordóñez y Luis Miguel, Paco Camino, Antoñete, Capea, Julio Robles…

–Es tu momento, te lo has ganado, los públicos te esperan: eso es muy bueno pero también tiene riesgos.

–Me voy a entregar, ya lo verán: no voy a defraudar.

–Mucha suerte, torero.

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