Cinco libros de Irène Némirovsky, la elegante escritora que escapó de los bolcheviques, pero no de los nazis
Se cumplen 20 años de la publicación de Suite francesa, el libro póstumo de la autora kievita, francesa de educación, aunque no de nacionalidad, que sus hijas custodiaron desde su muerte en 1942
Lo que parecía de cuna una futura vida plena y elevada, se convirtió en la existencia de Irène Némirovsky en una huida constante que terminó en tragedia a los 39 años. En el ínterin compuso una abundante y elegante obra literaria que tuvo su colofón de reconocimiento universal con la publicación póstuma de Suite francesa, el proyecto inacabado de novelas que guardaron sus hijas y que no vio la luz hasta 2004, tras más de 60 años oculto.
Huida de los comunistas
Mucho antes de esto, al principio de todo, a Irène se le presumía una vida acomodada en la noble San Petersburgo por ser hija de un rico banquero judío de Kiev. La alegría, la cultura y la formación de una institutriz francesa, con la que aprendió, además del francés y del ruso paterno, el inglés, el polaco y hasta el vascuence, apenas duró lo que le alcanzó la adolescencia. tenía 15 años, en medio de la revolución rusa, cuando ella y su familia tuvieron que huir perseguidos por los bolcheviques.
'David Golder' (1929)
La primera novela que escribió la envió a la Editorial Grasset sin nombre ni dirección por temor al rechazo. Esta circunstancia obligó al editor a publicar un anuncio en la prensa para contactar con ella.
Establecidos en Francia, se licenció en Letras en La Sorbona. Fueron los años centrales y felices en la azarosa y finalmente trágica vida de Nemirovsky. Casada en 1926, en 1930 publicó El Baile, su segunda novela. Para entonces ya era una celebridad literaria en los círculos parisinos, autora de cuentos y novelas best sellers. Uno no puede imaginar nunca dos veces la persecución, pero el período histórico y las raíces de Irène la hicieron un blanco del destino.
'El Baile' (1930)
Primero fueron los comunistas, de los que escapó indemne hacia una vida mejor, y luego llegaron los nazis en la cumbre de su gloria artística y de su establecimiento personal. Declarada la II Guerra Mundial, la escritora intentó borrar sus peligrosos ancestros judíos debido a la cercanísima amenaza del atroz antisemitismo difundido por Hitler. Bautizó en el catolicismo a sus hijas para protegerlas, pero sus amigos franceses no cumplieron su parte del plan y fue señalada por judía.
'Jezabel' (1936)
Durante dos años permaneció en el pueblo de Issy-l'Eveque junto a su familia, desprovista de su derecho a trabajar. Allí construyó la parte de su Suite francesa que conservaron sus hijas y que dejó allí cuando fue arrestada e internada en el campo de Pithiviers. Su marido trató de liberarla acudiendo a su antiguo círculo bajo el yugo del régimen colaboracionista de Vichy, pero a cambio obtuvo la deportación a Auschwitz, donde le asesinaron al poco de llegar en la cámara de gas.
'Los fuegos de otoño' (1957)
Dicen que sus dos hijas sobrevivieron gracias a que el gendarme que vino a arrestar a Nemirovsky les dijo que huyeran. Ellas cogieron lo que pudieron (incluidos los manuscritos de su madre) y consiguieron seguir adelante ocultándose en aldeas y conventos durante años sin saber que sus dos padres habían muerto. Irène murió de tifus también en Auschwitz no mucho después de llegar, el mismo año que mataron a su marido.
'Suite francesa' (2004)
En 1992 la hija menor, Elisabeth Gille , publicó una biografía imaginaria de su madre titulada El Mirador, basada en las cartas encontradas entre las pertenencias con las que escaparon ella y su hermana. Elisabeth murió en 1996 sin terminar de leer todos los manuscritos que habían salvado por el dolor que le producía. Fue en 2004 cuando su hermana , Denise, abordó la tarea y se dio cuenta de que allí había algo más que el simple diario personal que siempre creyeron que poseían.
Allí estaba la Suite francesa, el relato de aquellos años terribles de horror, incertidumbre y miedo contados antes de la tragedia por la gran escritora con la elegancia y la sensibilidad que lograron vencer a la barbarie, elevándose sobre ella con toda la belleza del alma humana.