Fundado en 1910

Edipo en un representación de Sófocles y Darth Vader

El recurso dramático que une a Edipo con Darth Vader

Uno de los problemas de las películas contagiadas por lo woke es el olvido del camino heroico

Dice el tópico que «está todo inventado». En el caso de la Literatura es habitual encontrar recursos que se repiten una y otra vez a lo largo de los siglos. Lejos de considerarse ser un mero plagio, los autores actualizan esos elementos que se constituyen en pilares de una buena narración.

El valor de estos recursos es innegable y las artes más modernas, como el cine o, incluso, los videojuegos, también han sabido aprovecharlos. Hablamos de conceptos como el viaje del héroe, la elipsis o la anagnórisis, cuyo origen se mezcla con el de la propia Literatura y que todavía funcionan a la hora de contar una historia.

Buenos y malos usos

Uno de los problemas de las películas contagiadas por lo woke es el olvido de ese camino heroico. La protagonista, porque suele ser más común en las cintas encabezadas por mujeres, son perfectas desde el principio. No hay caída, no hay mentor y no hay dudas, por lo tanto, no puede producirse ese paso adelante que consigue hacer de lo ordinario algo extraordinario. La elfa Galadriel de la serie Los anillos de poder, basada en el mundo de Tolkien, es un buen ejemplo de lo anterior.

En el lado opuesto tenemos al gigante John Ford. Una de sus obras maestras, Centauros del desierto, recurre en varias ocasiones a la elipsis para avanzar en la historia. La omisión de escenas adquiere en este caso tintes dramáticos y ayuda a construir este duro wéstern. Quizá el más evidente sea el momento en el que Ethan Edwards (John Wayne) descubre el cadáver ultrajado de una de sus sobrinas, algo que no vemos en pantalla, pero que deducimos por la colérica conversación posterior.

Cuestión de padres

La idea de anagnórisis, también conocida como agnición, se la debemos a Aristóteles. El estagirita estudió la estética de la tragedia teatral en su Poética. En esta obra explica el fondo de alguno de esos elementos que la convierten en un modelo repetido a lo largo de los siglos. Para este recurso se vale del ejemplo más evidente, el de Edipo.

Explica el filósofo que la anagnórisis se produce cuando se da el paso de la ignorancia al conocimiento «para amistad o para odio, de los destinados a la dicha o al infortunio». Por lo general, este instante debería ir acompañado de una «peripecia», es decir, «el cambió de la acción en sentido contrario». En el caso del desafortunado rey de Tebas, el momento culminante de la obra de Sófocles llega cuando el monarca descubre que él asesinó a su padre, Layo, y se casó con su madre, Yocasta.

Dice Aristóteles que ese instante trágico en el que el protagonista conoce la verdad mueven a la «compasión y el temor». De nuevo, la imagen de Edipo devastado tras reconocerse como autor de unos hechos que trató de evitar desde su juventud dan buena fe de ello. Con el paso de los siglos, otras obras han despertado sentimientos similares en un viaje que nos lleva hasta una galaxia muy muy lejana.

Es precisamente en el universo Star Wars donde podemos encontrar uno de los mejores ejemplos modernos de lo que supone la anagnórisis. George Lucas optó por un recurso clásico para dar un giro total a la trama en El Imperio contraataca y crear una de las frases más famosas del cine: el villano Darth Vader anunciaba a Luke Skywalker que él era su padre. Si se revisa la escena se observan la agnición y la peripecia en toda la amplitud de su definición aristotélica, la reacción del espectador ante el grito del joven jedi también encaja con la señalada por el discípulo de Platón.

Para todos los públicos

El ejemplo de Star Wars evidencia como la cultura popular es capaz de adaptar los grandes recursos de la Literatura. En los mejores casos, es posible llevarlo, incluso, a un público infantil. Así, el clásico de Pixar Toy Story también construye buena parte de su trama sobre una de estas revelaciones dramáticas.

El protagonista de esa anagnórisis es el muñeco Buzz Lightyear y, pese a ser una cinta familiar, el momento culminante de su desvelo también mueve a la «compasión». Tan solo después de verse en un anuncio de televisión confirma el 'guardián espacial' que es un juguete y el shock que le produce lo lleva a arrojarse por las escalares.

Son pocas las comparaciones que se pueden hacer entre Toy Story y la tragedia de Sófocles. Sin embargo, entre la caída de Lightyear y la ceguera de Edipo se puede trazar una línea marcada por los recursos literarios y su buen uso a la hora de embellecer la manera en la que se transmiten las historias.