Francina Armengol y las mascarillas: entre Mari Trini y la Pantoja

Dice Francina Armengol que se ha dejado la piel por los ciudadanos durante la pandemia. No dice, sin embargo, que también su dinero, o el de los fondos de la UE. Concretamente 3,7 millones por unas mascarillas defectuosas porque «no filtraban como FFP2», como aseguraba el vendedor. Aún así se compraron, las compró. Armengol se dejó la piel y el dinero de (o para) los contribuyentes comprando mascarillas sin verificar su calidad, solo a posteriori.

Apelación al honor

La expresidenta de Baleares alteró el pliego para pagar los mascarillas con los fondos europeos a sabiendas de que eran defectuosas. La negación de la actual presidenta del Congreso es, sin embargo, como suele ocurrir en estos casos, general. No ha hecho ninguna aclaración, pero su cargo bien vale la habitual apelación al honor, sin necesidad de dar muchos detalles, que es lo difícil.

Armengol ha dicho que jamás en su vida he dado instrucciones durante sus gobiernos «para que contraten a una empresa u otra». «Jamás en la vida, porque yo no soy de esas, porque yo tengo claro por qué estoy en política y por eso salgo aquí a defenderlo con toda claridad». También ha dicho que «entró en política para luchar contra la corrupción». Francina dice que «no es de esas» como Mari Trini, pero cabe la posibilidad de que sí lo sea, «de esas», o incluso «esa» misma, como la Pantoja.

«Esa no soy yo»

Ya se la ve en su altísima mesa del Congreso tarareando aquello de «Esa niña si, no/ Esa no soy yo». En realidad ha venido a decir eso en su defensa. Armengol no es esa «señorita tranquila y sencilla/ Que un día abandonas y siempre perdona». Francina le dice al pueblo español: «Yo no soy esa que tú te creías/ La paloma blanca que te baila el agua/ Que ríe por nada diciendo sí a todo». En absoluto. Francina dice no a todo porque ya no es esa «Que se acobarda frente a una borrasca/ Luchando entre olas encuentra la playa».

Francina Armengol va en busca de la playa que la salve de la dimisión clamando por su honor como Mari Trini clamaba por su identidad. «Yo no soy de esas», ha cantado como para bingo, mientras a muchos en realidad les ha parecido escuchar lo contrario: «Yo soy esa», como la Pantoja: «Y yo, que mintiendo me gano la vida (...) Soy la que no tiene nombre/ La que a nadie le interesa/ La perdición de los hombres/ La que miente cuando besa/ Ya lo saben, yo soy esa...».