¿Son de derechas los actores que no se manifiestan políticamente?
Más allá de Jesús Bonilla y, sobre todo de Marta Etura, el silencio en el lado derecho del río del cine español ha sido la costumbre. No así en la orilla izquierda, donde el bullicio es constante
Cuando Marta Etura dijo en 2016 que Mariano Rajoy debía gobernar porque había sido el más votado hubo un silencio selvático, un silencio en el que solo se escuchaban susurros y gorjeos imprecisos de invisibles cuerpos entre la maleza y los árboles del cine español. Después de aquello, la jungla volvió a la normalidad, pero no por mucho tiempo. A ella había llegado una actriz que pedía tolerancia y respeto de verdad y no de boquilla.
Con Otegi no hay debate político posible: no puede presentarse a cargo público alguno al haber pertenecido a ETA
Resultó que Etura tenía una opinión sobre Cataluña y el País Vasco: «Son diferentes porque en Cataluña no hay ningún grupo terrorista, pero sí encuentro algo muy negativo en común: en el momento en que la independencia parte a la ciudadanía en conmigo o contra mí, es un conflicto sin solución asegurado y una faena para la sociedad de Cataluña y para todos los españoles». Aquello fue como un estruendo en el discurrir de los bosques titiriteros y se escuchó, esta vez sí, el gruñido de los mandriles.
Abundando en esto, precisó que con Otegi no había debate político posible pues no podía presentarse a cargo público alguno al haber pertenecido a ETA, o que no había que olvidar que «había crecido rodeada de muertos de ETA, de secuestros, de extorsiones. Vivíamos bajo el terror». Entonces hubo como un eclipse, porque muchos de los actores de la selva no podía negar la sinceridad natural de su colega, esa sinceridad natural que no da trabajo o lo dificulta.
El socialismo en Portugal es lo que debería ser, un partido socialdemócrata que no gobierna con chusma
Por no dejarse casi nada, tampoco se dejó que los ERE de Andalucía fueron «una vergüenza», o que creía que la Sanidad, la Educación y los Transportes debían de ser públicos, pero podían estar gestionados por empresas privadas. Etura trabajaba y sigue trabajando en el cine y la televisión y el teatro. Ningún otro actor en la historia de la democracia se ha manifestado en términos similares, si exceptuamos a Jesús Bonilla, cuyas declaraciones contundentes salieron de un profesional ya retirado.
El mayormente conocido por su papel en la exitosa serie Los Serrano, dijo sin tapujos, por ejemplo, antes de formarse el actual Gobierno, que en el caso de que se diera «un nuevo gobierno Frankenstein» se plantearía marcharse a Portugal, donde «el socialismo es lo que debería ser, un partido socialdemócrata que no gobierna con chusma». Más allá de Bonilla y, sobre todo de Etura, el silencio en este lado del río del cine español ha sido la tónica. No así en la orilla izquierda, donde el bullicio es constante.
A mí me da exactamente igual. Me parece muy bien. Creo que todo el mundo debe estar, los de Vox, del PP, los del PCE, los de todos lados
En la última gala de los Premios Goya, José Coronado respondió a la pregunta de qué le parecía la presencia de Vox: «A mí me da exactamente igual. Me parece muy bien. Creo que todo el mundo debe estar, los de Vox, del PP, los del PCE, los de todos lados». «¿Va con retranca la pregunta o qué?», quiso saber el actor. «Nada, era simplemente que qué opinabas», dijo la periodista. «¿De que esté Vox? ¿Por qué no va a estar?», se preguntó Coronado. «Porque no ha estado hasta ahora», dijo la periodista, ante lo que el actor concluyó: «No lo sé. Es que yo soy cómico. Yo de estas cosas no me entero. Veo telediarios y esas cosas pero ya los que vienen aquí o no... me da exactamente igual».
No fue la contundencia de Etura o la de Bonilla (tampoco la situación invitaba a ello), pero desde luego sus declaraciones fueron algo bien diferente a las palabras que empleó por ejemplo Almodóvar para referirse a la misma formación política: «Les niego la existencia». De aquellos graznidos totalitarios está llena la gran margen izquierda del cine español, cuya ideología mayoritaria está conformada por este tipo de alaridos. Esa orilla es como Fuenteovejuna, todos a una, pero sin injusticia, ni crimen, que justifique el arrejuntamiento, sino la «sacrolaica» (que dirían los de Más Madrid) subvención.
Vete a tratarte tu ambición desmedida
Solo unos pocos con armas, solera, ascendencia, personalidad, redaños o nada que perder como «El Cid» Jaime Lorente, quien llegó a escribirle al presidente Sánchez: «Vete a tratarte tu ambición desmedida», hablan desde el recoleto lado derecho del cine español, que contrasta con todos aquellos que no es que hablen, sino que gritan, como Almodóvar y tantos otros, para que nadie se desmande en el rebaño o la manada. Como suele suceder entre el ruido, quizá aquellos que actúan y callan, sean o no de izquierdas o de derechas, son los que no pueden hablar para poder seguir actuando en el sistema «soviético» donde campea la censura ideológica del cine español. Lo dijo Macarena Gómez en El Debate: «Hay un discurso único y no te puedes salir de ese discurso».