Lecciones tras las manifestaciones en Ferraz

Hace relativamente poco, se nos planteó la pregunta: ¿Qué debemos hacer después de las protestas de Ferraz? Para contestarla, para tener perspectiva de futuro, es necesario comprender las protestas de Ferraz, sus errores y sus aciertos:

Ferraz es el despertar de la derecha española ante una amnistía que es mala en cuanto a inconstitucional (al constituir a las Cortes como titulares de la soberanía nacional y violar los artículos 62 y 117.3 del texto constitucional), en cuanto a sus causas (el mero intercambio de votos), y en cuanto a su relato (que existen dos bandos: España y Cataluña). La amnistía es, por tanto, un ataque directo a nuestras leyes y a nuestra identidad, al privarnos de una parte de nuestra nación como es Cataluña (si bien no se le concede la independencia se la considera un cuerpo ajeno a nuestra nación).

El gran acierto de Ferraz es que, por primera vez, la sociedad civil española ha asumido sus deberes y obligaciones respecto a su país, adoptando un papel activo e independiente a la partitocracia. Entendimos que significaba ese acuerdo entre Junts y el PSOE y que la única manera de cambiar la situación era, por fuerza, adoptar un compromiso serio y enérgico, sin esperar instrucciones.

También, en Ferraz, se ha comprobado que la derecha puede salir a la calle y organizarse, lo que perjudica a la izquierda. Este punto ha sido determinante para que la derecha se haya espoleado el yugo moral e ideológico de la izquierda y pueda desarrollar su propio discurso, sin esperar a obtener la aprobación de nadie; lo que nos ha puesto en el mapa: Las grandes esferas del poder tanto de EEUU como de la Unión, se interesaron por la amnistía por lo que estaba ocurreindo en Ferraz (y no es común que en Washington se interesen por España).

Analizados los aciertos, ¡hagamos lo mismo con los errores! El principal ha sido intentar imponer un pensamiento único y expulsar otros movimientos que defendían otras causas que no relacionadas la nación española. Es un error pensar que solo pueden protestar los que defienden la nación: ¿No atenta la amnistía igualmente contra la democracia, las leyes o la economía? ¿No son todos estos motivos nobles para manifestarse? ¿Por qué limitar las causas para protestar contra la Ley de Amnistía? ¿Por qué no pueden manifestarse banderas de Europa? Es inviable querer parar la tramitación de la Ley de Amnistía sin contar con un amplio apoyo de la población española, y para ello, deben existir sensibilidades distintas. No olvidemos que aquello que es malo, lo es desde todas las perspectivas (nacional, moral, económica, legal, etc..). En Ferraz: contra la amnistía, por la nación española: Nadie sobra, todos cabemos.

Ello no implica que no pueda haber un liderazgo dentro de las protestas: somos los que defendemos los principios del Humanismo Cristiano quienes debemos guiar y liderar este movimiento. Y lo creo firmemente, pues esta situación se ha producido no tanto por una crisis de valores, sino por una profunda crisis de virtudes.

Analizada la situación, ya podemos contestar al «¿y ahora qué?»

Debemos ser prudentes a la hora de articular nuestras acciones: somos menos y tenemos menos recursos que el Gobierno, lo que nos obliga a una mejor gestión: debemos agruparnos en organizaciones independientes con finalidades concretas. Es decir, crear pequeños grupos que tengan una función clara y determinada y muy especializadas en su ámbito de actuación. De esta manera dificultamos su fiscalización y permitimos un mayor alcance en sus acciones. El pequeño puede ganar al grande si acota el espacio de la pelea. Todo ello sin perjuicio de que entre estas asociaciones o grupos haya un contacto y comunicación rápida y fluida a efectos de coordinarse y apoyarse.

Al actuar, estas organizaciones deberán repasar la historia para encontrar su camino. Debemos apoyarnos en ejemplos, tanto en España como fuera de ella, que nos ayuden a entender cómo defender nuestra nación y cómo quieren atacarla. Así, por ejemplo, debemos aprender cómo funciona Ómnium Cultural, cómo pararon los rumanos su ley de amnistía, cómo Irlanda consiguió su independencia, etc…

Finalmente, la gente necesita ideas concretas, símbolos e imágenes que le motiven a pelear. Las ideas abstractas son interesantes, pero no nos mueven y debemos que movilizar a la mayoría de españoles. Y, en este punto, debemos ser prácticos: Atendamos, no solo a nuestra ideología, sino a qué mensaje es el mejor para defender a la Nación y evitar el cambio de régimen. Evitemos pues aquellos mensajes excesivamente complejos o que causen rechazo a la mayoría de la población.

Ferraz ha sido el inicio, la chispa. Ahora tenemos que trabajar sobre esa base y la legislatura nos dará oportunidades para hacerlo. Cada movimiento que Sánchez lleve al Congreso, dada su fragilidad, supondrá una nueva oportunidad para hacerle retroceder. Esto sólo acaba de empezar y debemos pelear pulgada a pulgada, siendo prácticos, realistas y valientes: la victoria pasa por convencer al ciudadano medio de que protestamos en Ferraz porque la amnistía nos afecta directamente a todos.