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Calixto Bieito y Pablo Heras-Casado (en el centro)Teatro Real / Javier del Real

París confía a Calixto Bieito y Pablo Heras-Casado su nuevo «Anillo» y apuesta por las óperas más populares

La capital francesa recupera la Tetralogía de Wagner que se canceló por la pandemia, reivindica el repertorio más tradicional y «moviliza» a los artistas franceses

No corren buenos tiempos para la cultura, en Francia. El ejemplo más reciente lo hemos tenido estos días, cuando se hizo público el mensaje con el que la titular del ramo, Rashida Dati (ministra recuperada de los tiempos de Sarkozy), amenazó al primer ministro, Gabriel Attal. Le dijo que convertiría a su perro en un «kebab» si llegaba a cumplir sus amenazas de llevar a cabo una drástica disminución de los fondos destinados para su departamento.

En plena crisis de público, un mal que se extiende por toda Europa, la Ópera de París parece haber captado el mensaje de que la época de bonanza quizá haya pasado y por eso comienza a aplicar sus propias recetas para remediarlo. Durante la próxima temporada 24/25 que acaba de anunciarse, los títulos del llamado repertorio, los de toda la vida, ocupan el mayor espacio. Y las grandes estrellas internacionales dejarán un hueco mayor ahora a los artistas franceses. Aunque habrá excepciones. Dos españoles aparecen en lugar destacado: el director de escena Calixto Bieito y el director de orquesta Pablo Heras Casado serán los protagonistas de una nueva producción del Anillo del nibelungo wagneriano.

Palais Garnier

Destacados cantantes franceses para Wagner

El prólogo de la Tetralogía, El oro del Rin, se representará en el Palais Garnier, que cumple siglo y medio, a partir de enero del año próximo. La principal apuesta del próximo curso galo muestra claramente por donde van a ir los tiros en esta institución. En dos de los papeles principales de esta obra maestra recurre a sendos de los más aclamados cantantes de ese país, que además harán sus respectivos debuts en el título wagneriano: el barítono Ludovic Tézier será Wotan y la mezzo Marie-Nicole Lemieux (que también inaugurará la temporada con Falstaff), Erda. Poco importa si «a priori» ninguno de los dos parece el más apropiado para su parte. Aquí la consigna es clara: hay que proteger a los de casa.

En casi todas las óperas propuestas figuran artistas franceses en roles destacados, y allí donde no los hay, los repartos suelen completarse con «comprimarios» (los cantantes en roles secundarios) de la propia tierra. De ese modo, la soprano Julie Fuchs protagonizará el regreso de la conocida producción de La fille de règiment de Laurent Pelly que ya se ha visto en medio mundo; Sabine Devieilhe será por primera vez Mélisande en un montaje de Wajdi Mouaward; los tenores Benjamin Bernheim y Roberto Alagna se alternarán en Manon, mientras la mezzo Stéphanie d’Oustrac figura en el Castor en Pollux de Rameau con puesta en escena de Peter Sellars y dirección musical de Teodor Currentzis.

Amina Edris y Pene Pati en una escena de «Manon» en el Liceu de Barcelona (2023)David Ruano / Teatre del Liceu

Los directores de orquesta Dominique Pitoiset, Emmanuel Villaume y Pierre Dumpussaud se harán cargo respectivamente de Falstaff, Fausto y Manon. Mientras los de escena, Oliver Py, Vincent Huguet y Laurent Pelly se responsabilizan de las producciones de La carrera del libertino (Stravinski), Manon, Los puritanos y La hija del regimiento. La música contemporánea no faltará, gracias a la incorporación de uno de los principales compositores franceses, Pascal Dusapin, del que se propone su reciente Il Viaggio, Dante, ya estrenada en el Festival de Aix-en-Provence. Pero la abundante presencia de autores galos se extiende sobre todo al gran repertorio, con títulos como Fausto, Manon, Pelléas y Mélisande, Castor y Pollux (Rameau) y Les Brigands (Offenbach).

Las obras más conocidas dominan la programación

Las obras más populares, las de mayor gancho, sobre todo italianas, dominan el cartel. Y en ellas pueden encontrarse algunos de esos nombres que buscan afirmarse en los primeros lugares del escalafón lírico, como la mezzo Aigul Akhsmetshina (El barbero de Sevilla), la soprano Eleonora Buratto y el tenor Stefan Pop (Madama Butterfly), el tenor Pene Pati (Fausto y Manon), las sopranos Lisette Oropesa (Los Puritanos) y Rosa Feola (Rigoletto) o el tenor Charles Castronovo (Don Carlos); junto a otros ya más asentados, la veterana Karina Mattilla (Suor Angelica), la extraordinarias Asmik Grigorian (Tabarro) y Nadine Sierra (Manon) y el simpático barítono Ambrogio Maestri (Falstaff). Tampoco faltará un clásico como La flauta mágica mozartiana, confiada a uno de los directores más respetados de hoy, Robert Carsen.

En el capítulo de conciertos y recitales, donde actuarán dos conocidas divas, la soprano norteamericana Renée Fleming y la mezzo letona Elina Garanca, hay también espacio destacado para las estrellas locales, el tenor Benjamin Bernheim y la soprano Natalie Dessay. A la vez que se anuncian varios monográficos específicos dedicados a grandes compositores franceses: Homenaje a Gabriel Fauré, Bizet y sus contemporáneos, Esplendores barrocos (Marais, Rameau…).

Malos tiempos para los cantantes españoles

Con este nuevo anuncio de la esperada temporada francesa, y más allá de la presencia de Calixto Bieito (que estaba prevista para 2020) y Pablo Heras-Casado en El oro del Rin, se confirma un mal augurio: la escasez de artistas españoles en las más relevantes citas internacionales. En esta ocasión, su presencia en la capital francesa prácticamente se limita al barítono madrileño Manel Esteve y el bajo gallego Alejandro Baliñas, en papeles secundarios del Trittico pucciniano. Desde luego, el nuevo curso no pinta que vaya a resultar bueno para intentar consolidar carreras emergentes en el exterior. Mientras teatros como el Met de Nueva York, o ahora la Ópera de París, miran dentro de sus propias fronteras en busca del talento más próximo, habrá que ver cómo reaccionan los teatros españoles.