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El escritor Fernando AramburuEFE

Fernando Aramburu presenta 'El niño', un 'A sangre fría' en Ortuella en vez de en Holcomb

Se trata de una nueva entrega de la serie Gentes Vascas, en este caso la narración de la tragedia por la explosión de gas de 1980 en un colegio de la localidad vizcaína

Truman Capote estaba leyendo el periódico en su casa y reparó en una pequeña noticia, no por pequeña poco terrible, del asesinato de una familia entera en su casa en un tranquilo pueblo de Kansas llamado Holcomb. Capote inauguró con su obra sobre aquellos hechos, luego de un proceso de investigación in situ, de entrevistas con los asesinos, los vecinos y amigos de las víctimas y la policía que duró años, la llamada novela de no ficción que le causó graves problemas psicológicos de los que nunca se recuperó.

50 niños muertos

Del mismo modo, aunque quizá no de un modo tan destructivo, Fernando Aramburu no volvió a ser el mismo después de la tragedia de Ortuella, sucedida en un colegio de la localidad vizcaína. Una explosión de gas que acabó con la vida de 50 alumnos de 5 y 6 años, además de con la de dos profesores y una cocinera. Aquella noticia tuvo un impacto mucho mayor en los medios españoles que el de la matanza de Holcomb en los estadounidenses, pero Aramburu se lanzó a contar aquella desgracia de un modo similar al de Capote.

No fueron asesinos esta vez, para un escritor acostumbrado a escribir sobre asesinatos (los de ETA), sino un accidente, un desastre imprevisible. Todo el mundo pensó que había sido la banda terrorista otra vez. Una explosión que se oyó y sintió a kilómetros de distancia. Aquel desastre sacudió a España entera. Espantosos los momentos posteriores. Niños y profesores bajo los escombros. Padres corriendo al colegio dejando sus zapatos por el camino debido a la desesperación... Para Aramburu aquel suceso ha sido una «cicatriz» durante toda su vida.

El niño (Tusquets, 2024) de Fernando Aramburu

«Nicasio, ya jubilado, acostumbra a subir los jueves al cementerio de Ortuella a visitar la tumba de su nieto. Es uno de los muchos niños fallecidos tras una explosión de gas en un colegio de aquella localidad, un accidente que sacudió al País Vasco y a toda España en 1980. Por las andanzas del abuelo, una figura que se agranda hasta hacerse inolvidable, por el testimonio de la madre muchos años después, por la crónica objetiva de lo que le ocurrió a la familia, descubriremos cómo aquella tragedia lacerante y devastadora les alteró, cómo sacó a relucir aspectos inesperados, cómo trastocó sus vidas...».

Diálogos

Así reza la sinopsis de El niño, la historia con la luz puesta en una de esas familias destrozadas. María José y Miguel son los padres. El abuelo se llama Nicasio. El niño muerto es Nuco. Y El niño es la exploración de la muerte en sus efectos humanos, capa por capa, desde que aquel fontanero encendió su soplete para arreglar una avería. Hay una especie de diálogo con la madre para desentrañar la madeja y otro del abuelo, que se agarra a su nieto para no perder el rumbo, con el niño. Un episodio de las Gentes vascas para seguir retratándolas a través de sus extremos. Sobriedad y también literatura. Un equilibrio entre los hechos y la narración novelada. Una suerte de novela de no ficción, una introspección en sí mismo y en el lector de la noticia y sus consecuencias terribles.