Enorme ambiente en el comienzo de la Feria
Urdiales roza el triunfo en la primera de San Isidro; Morante, en horas bajas
Decía el director Cecil B. de Mille que una película debe comenzar con un terremoto; y, de ahí, ir siempre para arriba. Desde luego, no le faltaba sentido del espectáculo. Al confeccionar los carteles de San Isidro, Plaza Uno ha seguido ese criterio: comenzar con un zambombazo, nada menos que con Morante, el más esperado. Pero no ha habido terremoto, ni trofeos: sí un enorme ambiente, que confirma la vitalidad de la Fiesta.
Los toros de Alcurrucén, de encaste Núñez, pueden salir abantos pero son encastados, suelen ir para arriba. (En la Feria de Abril, la corrida no salió buena y vivimos el bochorno de ver a una parte del público pidiendo que devolvieran un toro sólo por ser manso). Los de esta tarde han salido todos sueltos, manseando; luego, casi todos han ido a más, han dado un juego de cierto interés. Solamente Diego Urdiales roza el triunfo, con petición y vuelta al ruedo. Confirma la alternativa con dignidad el toledano García Pulido. Y confirma Morante que está en horas bajas.
Ya ha mostrado en Las Ventas su estilo García Pulido. Creo que ésta es su primera corrida, después de la alternativa, y que, de momento, no tiene firmada ninguna más. Se juega mucho, esta tarde. ¿Estará suficientemente preparado, logrará imponerse a la responsabilidad? Le toca el mejor lote pero no llega a triunfar.
El primero sale abanto, como todos sus hermanos, va a su aire. Lo pican y banderillean sin acierto. En la muleta, es pronto y noble, mete bien la cabeza. El joven toledano traza algunos derechazos estimables; por la izquierda, se acopla menos. No redondea la faena, con un toro que se lo permitía. No añaden nada las bernadinas ni el sacárselo por la espalda: son tributos a la moda actual. Entra a matar recto; aunque la espada queda desprendida, ha sido lo mejor de su actuación. La petición es insuficiente: saluda.
Vencida ya la tarde, la sosería del último no le permite mejorar su resultado. Da algunos muletazos voluntariosos y mata a la segunda.
A la entrada, me dice el querido José María Álvarez del Manzano que hay que fijarse en Urdiales: apunta bien nuestro perpetuo alcalde. Diego lleva con clasicismo al caballo al tercero, al que Chocolate sujeta bien; traza limpias verónicas. El toro acude a la muleta antes de que lo llame: liga Urdiales muletazos con gusto y naturalidad por los dos lados. La faena tiene buen aire pero le falta algo para explotar, no sé si por el toro o por el torero. Mata fácil, entrando rápido: la petición es insuficiente; me parece bien que dé la vuelta al ruedo, algo que no debe perderse.
El quinto es el más manso, sale coceando del caballo varias veces hasta que Burgos le tapa la salida. En la muleta, se queda muy corto, pega tornillazos al final de cada pase. Desiste Urdiales y mata con habilidad, a la segunda.
En el caso de Morante, la única incógnita es su estado de ánimo. Cuando tomó conciencia de primera figura, siguiendo el ejemplo de su admirado Gallito, toreó cien corridas y demostró su categoría. Este año, suspendió algún festejo y no ha estado a gusto en la Feria de Abril. Temen algunos que vuelva a las andadas de conformarse con los detalles estéticos, como tantos toreros con la etiqueta de «artistas».
El segundo desmonta al picador Aurelio Cruz, que pasa a la enfermería. El toro es mal picado y mal banderilleado. Morante se inhibe, con el capote. Al comienzo del trasteo, un precioso trincherazo ilusiona al público. Muestra José Antonio su buen estilo pero… la cosa no cuaja. El toro responde cuando el diestro se entrega de verdad; sólo en pocos momentos. Levantan olés algún natural majestuoso, algún precioso remate. El público sueña con ver a Morante pero el diestro ha estado todo el rato a medio gas. La realidad se patentiza a la hora de matar: huyendo, a distancia, pincha nueve veces. Sin acercarse al toro, es imposible matar. Ha dado el mitin y lo remata descabellando, sin haber clavado la espada: dos avisos y bronca.
¿Lo compensará en el cuarto, Tamborilero, con un nombre musical, tan prometedor en este hierro? Iturralde le pega, no le deja irse. José Antonio vuelve a inhibirse, con el capote. Se luce Ferreira asomándose al balcón de modo espectacular, con los palos, y da una lección lidiadora Curro Javier, con la capa. Parecen apuntar vientos de fronda pero los acalla Morante, al comienzo, con otros dos trincherazos de categoría. Lo lleva al centro y el toro se para, se aflige (no sé si hubiera embestido algo más cerca de tablas). El torero también se aflige: muy pocos muletazos y un sablazo caído. No lo ha compensado.
En toda la tarde, Morante no ha dado ni un capotazo lucido; sólo cuatro trincherazos magníficos, dos en cada toro, y algún natural sin rematar: demasiado poco. Y sus toros no han sido ilidiables. Está claro que se encuentra en horas bajas. Él sabrá qué debe hacer para salir de eso: la Fiesta lo necesita.
Lo mejor ha sido el tremendo ambiente. Ha comenzado la Feria con un cartel de «No hay billetes». Ya es seguro que se repetirá en una media docena de tardes. Me dice Simón Casas que esperan se coloque en unas 17 ó 18. Gracias a Urtasun, que nos ha llamado «torturadores» y «sádicos», y a Óscar Puente, que nos considera «irrelevantes», la Tauromaquia parece abrirse a una nueva etapa de gran éxito popular.
POSTDATA. Se multiplican ahora los anuncios de premios taurinos, para compensar el que el Ministro de Cultura ha suprimido. Por diferenciarse, ya han declarado que acudirán a Las Ventas, en esta Feria, Núñez Feijóo, el hábil García-Page, siempre en la astuta escuela de Bono, y Eneko Andueza, el socialista vizcaíno, autor del libro Los toros desde la izquierda. Hasta Salvador Illa, en vísperas electorales, ha declarado prudentemente que no comparte la estrategia de sus compañeros del Consejo de Ministros, reclama «un poco más de consenso y respeto»: ¡lo que hay que decir para no perder unos votos!… Daría risa, si no diera pena. Eso es lo que tenemos. Si todos los aficionados a los toros se comprometieran en firme a no votar a los partidos que atacan a la Fiesta, otro gallo nos cantaría.
FICHA
- Madrid. Plaza de Las Ventas. Viernes 10 de mayo. «No hay billetes». Toros de Alcurrucén, bien armados, salen manseando pero varios van a más y dan juego interesante
- MORANTE DE LA PUEBLA, de grana y oro, en el segundo, nueve pinchazos y descabello (dos avisos y bronca). En el cuarto, sablazo caído (pitos).
- DIEGO URDIALES, de rioja y oro, en el tercero, buena estocada (petición y vuelta). En el quinto, pinchazo y estocada (silencio).
- GARCÍA PULIDO, que confirma la alternativa, de celeste y plata, en el primero, estocada desprendida (petición y saludos). En el sexto, pinchazo y estocada (palmas de despedida).