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Crónica deAndrés AmorósMadrid

Sinfonía en gris mayor

La falta de casta de los toros y los fallos con la espada hunden la corrida del día de San Isidro

El diestro Paco Ureña, en la corrida del día de San Isidro en Las VentasEFE

La Tauromaquia debe ser como la pinta Manuel Machado:

«La hermosa fiesta bravía,
de terror y de alegría
de este viejo pueblo fiero…
¡Oro, seda, sangre y sol!»

En vez de eso, esta tarde de San Isidro, en Las Ventas, hemos vivido la Sinfonía en gris mayor que cantó Rubén Darío: «Un cielo de zinc… el fondo bruñido de pálido gris… un vidrio redondo y opaco…».

Como si, en vez de tener lugar en Las Ventas del Espíritu Santo, sucediera «en las orillas del Sar». Rosalía de Castro podría resumir así el festejo:

«Cenicientas las nubes, cenicientas
las flojas embestidas de los toros,
faenas largas, flojos espadazos…
Tan triste como una negra sombra»

Traducido a prosa vulgar y clara: la de esta tarde ha sido todo lo contrario de lo que debe ser una corrida de toros.

La ganadería de El Parralejo, de encaste Domecq, fue una de las grandes triunfadoras en la pasada Feria de Abril. Muchas veces he tenido ocasión de cantar sus alabanzas. Esta tarde, en cambio, ha dado un juego decepcionante. Por su parte, los tres diestros han alargado sin necesidad las faenas y han matado fatal. Un desastre.

Con veinte años de alternativa, Miguel Ángel Perera ha vivido la gloria de abrir la Puerta del Príncipe. Es un diestro poderoso, dominador. Para brillar, necesita toros con casta y fuerza: hoy, no los ha tenido.

El segundo protesta en el caballo, flaquea, se va, tiene querencia a chiqueros. Perera se muestra firme y mandón pero el toro no dice nada. Logra lucirse en algunos naturales limpios. Prolonga tanto la faena que suena el aviso antes de tomar la espada (un vicio actual). Entra a matar con decisión pero la espada cae baja.

Miguel Ángel Perera citó al segundo de su lote de rodillas y desde el centro del ruedoEFE

El cuarto, mal picado, mansea. Se luce Fini, con los palos. Brinda al público. De rodillas, en el centro del ruedo, llama al toro para un muletazo cambiado y seis derechazos, con mérito, porque el toro se queda muy corto. Perera está bien pero necesita más toro. Cuando la res se apaga, surge la división. Escucha de nuevo un aviso antes de coger la espada y pincha muy mal dos veces.

El clásico y valeroso Paco Ureña es muy querido en Las Ventas. Este año, en Fallas, dio los mejores naturales de la Feria. Cuidan al tercero en varas. Comienza bien, con ayudados cargando la suerte, por alto y por bajo. Se derrumban pronto el toro y la faena. Pincha dos veces sin convicción y el toro se echa.

En el quinto, se lucen Juan Melgar, a caballo, y Curro Vivas, con los palos. El toro ha salido huido del caballo y, en seguida, se queda muy corto. Ureña se justifica con un trasteo voluntarioso pero sin fruto y mata de un bajonazo.

Confirma la alternativa el cacereño Alejandro Fermín: para buena parte del público, es una incógnita. Lleva sólo dos años de alternativa, ha buscado su oportunidad en Perú.

Alejandro Fermín con el sexto toro de la tarde, brindado al empresario Juan José HidalgoEFE

El primero sale parado, tardea, se va del caballo. La lidia es lenta y mala. El trasteo es sólo correcto, sin especial relieve. Mata a la segunda, de un espadazo caído.

En el último, hundida ya la tarde, hace el esfuerzo para no irse de vacío. Brinda al empresario Hidalgo. El toro flaquea, le tropieza la muleta. Intenta justificarse con un arrimón que no cuaja. Sólo ha podido mostrar cierto oficio.

En una tarde plúmbea, el público se ha consolado dando vivas, coreando el chotis Madrid de Agustín Lara, haciendo chistes sobre si la corrida dependía del Ministro de Transportes o, en el brindis a Hidalgo, si tenía algo que ver con el desastre una tal Begoña… Repito, lo contrario de lo que debe ser una corrida de toros.

Conclusión escueta y sencilla: sin la emoción del toro bravo, encastado, la Fiesta se queda en nada.

POSTDATA. En el día del Santo Patrono de Madrid, releo El santo de la Isidra, el sainete con música de don Carlos Arniches, con unos versos de pie quebrado, adaptados a la actualidad:

«Alegre es la mañana
y hermoso el día,
hoy va a ser cosa buena
la romería.
¡Vamos allá,
y, el que no se divierta,
tonto será!
Quiera o no quiera Urtasun,
con Óscar Puente,
los toros apasionan
a mucha gente.
Lo digo y lo repito
con claridad:
¡vivan los toros, viva
la libertad!»

FICHA

  • Madrid. Feria de San Isidro. Miércoles 15 de mayo. Lleno. Toros de El Parralejo, con poca casta y fuerza, se apagan pronto.
  • MIGUEL ÁNGEL PERERA, de azul marino y oro, en el segundo, estocada baja (aviso, ovación). En el cuarto, dos feos pinchazos (aviso, silencio).
  • PACO UREÑA, de canela y oro, en el tercero, dos pinchazos (silencio). En el quinto, bajonazo (silencio).
  • ALEJANDRO FERMÍN, que confirma la alternativa, pinchazo, estocada caída y descabello (silencio). En el sexto, dos pinchazos y estocada (aviso, silencio).