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Crónica deAndrés AmorósMadrid

Un heroico Emilio de Justo pierde las dos orejas por el descabello

Perera muestra su madurez lidiadora pero falla con la espada

Emilio de Justo, cogido por su segundo toro, de la ganadería la QuintaEFE

Una vez más, «No hay billetes» y enorme ambiente. (Gracias, señores Urtasun y Puente). Con gran interés acudimos a ver el juego de los toros de La Quinta, ilustre representante del encaste Santa Coloma. Los de esta tarde, ¿mantendrán su clase a pesar de haber aumentado los kilos, por la exigencia de Las Ventas? ¿Sacarán esa dulce embestida que recuerda a los toros mexicanos o esa aspereza que molesta a tantos diestros? La historia ofrece ejemplos de las dos cosas. Recuerdo yo que a Paco Camino, por su enorme capacidad, le encantaba este encaste; en cambio, a otro sabio, Antoñete, le hizo pasar tan mal rato un santacoloma que decidió evitarlo…

Los de esta tarde presentan no pocas dificultades, propias de su encaste. El descabello priva a Emilio de Justo de un gran triunfo: tenía ya la orejas en el bolsillo, después de un volteretón y una gran faena. Miguel Ángel Perera lidia magistralmente pero la espada le quita el trofeo; además, su brindis a Núñez Feijóo suscita una fuerte división de opiniones.

Miguel Ángel Perera mostró su gran solvencia –excepto al matar– con los flojos toros de El Parralejo. Con reses más encastadas y gran entrega, ofrece ahora una excelente imagen.

Recibe con una larga a porta gayola (algo infrecuente en su repertorio) al primero, incierto, que flaquea. Aguanta las encastadas embestidas con buenos muletazos. Cuando el toro se raja a tablas, lo conduce Miguel Ángel a terrenos del 3, su querencia, en un gesto que demuestra su inteligencia torera: allí, logra meritorios naturales de mano baja, en dos tandas sobresalientes. Para mí, una lección de lidia. Todo lo estropea con la espada: del merecido trofeo pasa a rozar los tres avisos.

Miguel Ángel Perera recibe a su primer toro a porta gayolaEFE

Perera dejó ante ese mismo astado bellos derechazos con la mano bajaEFE

Recibe con verónicas y delantales al cuarto, que sólo cumple en varas y embiste tobillero. Brinda a Núñez Feijóo, en una barrera, y se desata una fuerte polémica: mayoritariamente, la sombra aplaude el gesto y parte del sol, lo silba. ¿Otra vez las dos Españas? Es lo que han conseguido Zapatero y Pedro Sánchez. El toro va largo y humilla pero la gente, distraída con la controversia, atiende menos al mérito de la faena. Aguanta el diestro varios momentos de apuro, logra templados derechazos. La espada queda trasera y la petición de oreja no prospera. Con esa misma faena, si no hubiera brindado a Feijóo, ¿hubiera logrado la unanimidad para cortar un trofeo? Supongo que sí. Así está hoy de dividida España.

He visto a Emilio de Justo, esta temporada, yendo de nuevo hacia arriba. En la Feria de Abril estuvo francamente bien. Ha reconocido que ahora está superando las secuelas del terrible percance de hace más de un año, eso le permite torear sin rigidez y está matando francamente bien.

Planta cara en seguida al segundo, que acude bien al caballo, de lejos. Se luce el picador Juan Bernal. A sus chicuelinas vistosas responde Ginés Marín con otras chicuelinas: no se debe hacer, hay que quitar por otro palo. Banderillea bien El Algabeño. El toro va largo y humilla pero no repite, sale distraído, con la cara a media altura. La embestida es dulce pero hay que atacarle y transmite poco. Emilio da buenos muletazos pero uno a uno y eso apenas emociona. Entra a matar con decisión pero la espada queda baja.

Emilio de Justo, con el capote ante su primer toroEFE

En el quinto, un hermoso ejemplar, recibido con aplausos, vivimos lo más importante de la tarde. Lo recibe con una larga, en tablas; lidia bien con el capote, llevándolo hasta el platillo, y remata con una media: gran ovación. Deja al toro lejos del caballo, como los aficionados desean: el toro tardea pero sí que acude cuando Germán González mueve bien el caballo, ganándose una ovación. Es la emoción de un toro bravo y de una hermosa suerte de varas. Saluda, en banderillas, Morenito de Arles. Brinda de nuevo al público. El toro acude fuerte a la muleta: después de un acertado comienzo genuflexo, muy decidido, enlaza series de muletazos emocionantes , pero el bravo animal vuelve rápido y Emilio sufre un tremendo volteretón. No se comprende cómo ha logrado salir ileso y cómo vuelve al toro para dibujar naturales muy lentos y templados, que ponen al público en pie. Remata con más naturales, de frente, uno a uno, meciendo la muleta con primor. Todavía sube más el clamor cuando lo lleva al centro con preciosos doblones. Mata con decisión: las dos orejas son seguras. Pero el gran toro se resiste a morir, el diestro se precipita y cuatro descabellos le dejan sin trofeo. A pesar de esos fallos, yo le hubiera dado una oreja: el descabello es una suerte muy menor, al lado de lo que son unos naturales clásicos. En todo caso, Emilio de Justo ha vivido un felicísimo reencuentro con Madrid, en una de las tardes más emocionantes de toda su carrera.

Al lado de tanta épica, lo de Ginés Marín, esta tarde, palidece. Recibe al tercero a porta gayola, en un gesto insólito. (Escucho, detrás de mí, una voz: «Nene, ¿qué te ha pasao?). El toro derriba al picador, padre del torero. («¡Qué falta de respeto!»). La faena de muleta es fácil pero ligerita, sin auténtico compromiso. Eso se advierte también al matar, una suerte que Ginés domina. La entrega que mostró en la porta gayola no la ha mantenido luego.

Pase de pecho de Ginés Marín, esta tarde en Las VentasEFE

El sexto, con 627 kilos, recibe algunos pitos de salida. El toro se va del caballo, no se entrega. En la faena hay algún natural aceptable pero el toro duda y el diestro, también. Un pinchazo que hace guardia de modo escandaloso confirma la mala tarde.

Hay corridas en las que no sucede casi nada. Esta tarde, en cambio, nos deja muchas cosas para el recuerdo. Perera ha lidiado como un maestro y Emilio de Justo ha emocionado profundamente al público de Las Ventas. Ésa es la Fiesta bravía que cantó Manuel Machado y que tantas veces echamos de menos.

FICHA

  • Madrid, Feria de San Isidro. Viernes 17 de mayo. No hay billetes. Toros de La Quinta, cinqueños, cárdenos, encastados, de juego desigual; destaca el quinto, un gran toro.
  • MIGUEL ÁNGEL PERERA, de burdeos y azabache, dos pinchazos y tres descabellos (dos avisos, saludos). En el cuarto, estocada trasera (aviso, petición y vuelta).
  • EMILIO DE JUSTO, de blanco y azabache, estocada caída (saludos). En el quinto, buena estocada y 4 descabellos (dos avisos, petición y vuelta).
  • GINÉS MARÍN, de azul y oro, 3 pinchazos y descabello (aviso, silencio). En el sexto, dos pinchazos y estocada (silencio).