Puerta Grande para Guillermo Hermoso de Mendoza en la cariñosa despedida de Madrid a su padre

Ha declarado Pedro Sánchez que no piensa suprimir la Tauromaquia en esta legislatura. Eso suscita en mí reacciones encontradas: 1/ Alivio: con su conocida habilidad estratégica, está reconociendo que los ataques de Urtasun no han tenido éxito sino que han suscitado una reacción contraria, por lo que le conviene desmarcarse de esa polémica. 2/ Preocupación: Sánchez ha limitado su negativa a «esta legislatura». ¿Lo deja para mejor ocasión, en las futuras legislaturas en las que quiere seguir gobernando este país que se llamaba España? 3/ Temor: conociendo la credibilidad de Pedro Sánchez, ¿quiere eso decir que dentro de nada intentará suprimir la Fiesta, alegando que ha cambiado de opinión? No sería la primera vez…

Después de las emociones desatadas por los toros de La Quinta, la maestría de Miguel Ángel Perera y el heroísmo de Emilio de Justo, cambia el decorado radicalmente, en el inicio del fin de semana, con la corrida de rejones: un nuevo público, un espectáculo diferente y un ambiente totalmente distinto.

Los toros de El Capea, de encaste Murube, han dado, en conjunto, un juego excelente, con una regularidad y nobleza fuera de lo común. ¡Enhorabuena, ganadero! Pablo Hermoso de Mendoza corta una oreja; en el último toro, Guillermo, su hijo, las dos y sale a hombros.

La noticia de la tarde es la despedida de Las Ventas de Pablo Hermoso de Mendoza, una primerísima figura del rejoneo durante casi tres décadas. No se puede resumir en unas líneas todo lo que ha aportado al toreo a caballo. En máxima síntesis: clasicismo, sabiduría y temple. Venció las dificultades de no proceder de una familia ganadera y de ser navarro, una zona con escasa tradición para este arte. Ha salido a hombros en Las Ventas nada menos que ocho veces. Fue el primer rejoneador de la historia que abrió en un solo año las puertas grandes de Sevilla, Madrid y México. (En Hispanoamérica también es un ídolo). «Cagancho», su caballo, ha sido quizá el más famoso de toda la historia del rejoneo. Es autor del libro El corazón de los caballos. Sus dos lunares: la irregularidad en la suerte suprema, que le ha restado muchos trofeos, y su negativa a competir con Diego Ventura, la figura que surgió después de él.

Con casaca grana y sombrero calañés, recoge Pablo, emocionado, el gran cariño del público, que abarrota el coso: se ha vuelto a poner el cartel de «No hay billetes». (Hace años que la Feria de San Isidro no suscitaba tal pasión: gracias, señores Urtasun y Puente, por la parte que les toca). Brinda el primer toro a Joao Moura, en representación de todos sus compañeros rejoneadores. Con Regaliz, clava dos rejones desiguales. Con Berlín, se luce templando a dos pistas y en la hermosina, una de sus creaciones. Clava el rejón de muerte en una banderilla; a la segunda, queda trasero y descabella, pie a tierra. El toro ha dado buen juego, algo aplomado, y el caballero ha lucido su sobria maestría.

Brinda al público su último toro en Madrid. Con Nómada, queda bajo el primer rejón; mejora en el segundo. Este toro es un poco incierto y Pablo ha de arriesgar, entrando en corto. Clava a la primera un rejón trasero que resulta eficaz. Final feliz: oreja.

En su reciente libro, Pases y pases, cuenta Simón Casas cómo conoció, en un vuelo hacia Madrid, a la joven alguacil de la Plaza de toros de Nimes. Después de haber terminado sus estudios de Biología, viajó a España para aprender el rejoneo con Ángel Peralta. Esa joven era Lea Vicens. Simón Casas se hizo su apoderado y resume así sus méritos: «Sin fortuna personal, ha tenido que domar a todos sus caballos pasando durante diez años más horas a caballo que a pie. De 2017 a 2020, Lea ha sido la primera en todas las clasificaciones y ha salido triunfante en todas las Plazas de toros».

Encela Lea con Guitarra al segundo, que sale suelto pero galopa con alegría y nobleza. Con Bético, lo lleva prendido a la cola, en una vuelta completa. Brinda a Pablo Hermoso. Clava banderillas cortas y se adorna con Greco. El toro ha sido bueno pero ha acusado un topetazo contra las tablas. Mata a la segunda.

Recibe a porta gayola al quinto, encastado, con mucha movilidad. Se luce más en los alardes ecuestres, de nuevo con Bético, que al clavar. Mata a la sexta.

Hereda ahora la antorcha de Pablo Hermoso de Mendoza y también hereda sus caballos su hijo Guillermo. A sus 24 años, ya ha abierto las puertas grandes de la Maestranza y de Las Ventas. No le falta escuela, ni práctica, ni juvenil entusiasmo.

Para bien al tercero con Alquimista pero un rejón cae bajo. Se luce en un quiebro espectacular con Ecuador pero pasa alguna vez sin clavar. Levanta el entusiasmo el par a dos manos, con Esencial. El toro ha sido excelente; la lidia, con altibajos. Tarda en matar.

En el último, Berlín, un gran caballo, que comparten padre e hijo, realiza un impecable quiebro por los adentros y brilla en las hermosinas. Esta vez sí contagia Guillermo su entusiasmo juvenil al público. Acierta en el par a dos manos y clava a la primera un rejón de muerte trasero, de rápido efecto: dos orejas y puerta grande.

Sale a hombros Guillermo Hermoso de Mendoza y sale feliz Pablo, su padre, en su despedida de Madrid.

POSTDATA. Casi sesenta años lleva en la enfermería de Las Ventas el doctor Máximo García Padrós: primero, desde 1964, junto a su padre, don Máximo García de la Torre; desde 1985, como cirujano jefe; ahora, con su hijo, Máximo García Leirado. Una trayectoria ejemplar. Acaba de publicar un libro documentadísimo, Reja de enfermería. Las Ventas, 1931-2021 (ed. Temple). Además de informar sobre la cirugía taurina y sobre la enfermería de Las Ventas, cuenta 75 cornadas muy graves con datos, fotos y parte facultativo: una documentación de gran interés. Usando la expresión de Lorca, ¡cuánta «sangre derramada»! Nunca queremos que eso suceda pero sabemos que contribuye a la grandeza de la Fiesta y a que se reconozca el heroísmo de los toreros. Ningún lector de este libro podrá no admirar y agradecer la impagable labor que realizan los cirujanos taurinos.