Anécdotas de una sesión parlamentaria
El Senado rechaza la supresión del Premio Nacional de Tauromaquia
El PP ha presentado en el Senado una Proposición no de Ley para recuperar el Premio Nacional de Tauromaquia, tras el anuncio del Ministro Urtasun de que pensaba suprimirlo. La ha defendido el senador Juan Ávila, presidente de la Comisión de Cultura. El éxito estaba asegurado, ya que el PP tiene mayoría en la Cámara Alta. Más allá de eso, importaba comprobar la actitud que mantenían ante ese tema los distintos grupos; especialmente, el PSOE, de cuyo Gobierno forma parte Urtasun.
He tenido la oportunidad de presenciar en directo ese debate. En la tribuna de invitados estaban destacados profesionales taurinos: los maestros Paco Ojeda (a quien se concedió ese Premio, en su primera convocatoria), Espartaco y Abellán, el rejoneador Fermín Bohórquez y el ganadero Victorino Martín, Presidente de la Fundación del Toro de Lidia. Han tenido que levantarse para agradecer la cerrada ovación que les han dedicado la mayoría de los senadores.
Comento sólo –sin dar nombres– algunos detalles anecdóticos pero que me parecen significativos. Una senadora ha afeado al PP que citara el testimonio a favor de la Fiesta de Federico García Lorca. Ha dicho que deberían limpiarse la boca antes de mencionar a Lorca. Por lo visto, sólo una persona de izquierdas puede leer, conocer y citar al poeta.
Una senadora por Pontevedra ha proclamado que nadie podrá imponer a su tierra gallega una Fiesta, la de las «touradas», que le es totalmente ajena. Por supuesto, nadie les quiere imponer nada, pero ella ignora, sin duda, el éxito popular grande que tiene todos los años la Feria taurina de la Peregrina.
Tampoco conoce la importante tradición taurina de La Coruña. La antigua Plaza se inauguró en 1885. En ella se doctoró Celita, el primer matador de toros gallego, y actuaron Rafael El Gallo, Ignacio Sánchez Mejías, Juan Belmonte…
Recuerdo bien que Luis Miguel Dominguín le tenía especial afecto a esa ciudad porque allí tomó la alternativa; de hecho, me hizo acompañarle allí, en una ocasión.
La Plaza nueva, cubierta, se inauguró en 1991 : en ella actuaron Espartaco y Miguel Abellán, que escuchaban con sorna el discurso…
No nos ahorró el representante del PSOE la referencia al manido «fango», ese comodín o bálsamo de Fierabrás que el Partido ha impuesto desde arriba para resolver cualquier problema incómodo que pueda planteársele.
Un senador socialista señaló que en varias Comunidades españolas se celebran pocas corridas. Entre ellas, citó a Extremadura, sin tener en cuenta el número de ganaderías y de festejos populares que allí existen.
Otra senadora de su Partido se apresuró a corregir el lapsus, proclamando demagógicamente que se trata de una Fiesta del pueblo extremeño, no de las élites. (¿Quiénes son esas élites? Lo ignoro).
Para demostrar sus conocimientos taurinos, mencionó esa senadora las reglas básicas de la lidia, en una curiosa adaptación: hay que «parar», pero no al toro, sino a la extrema derecha…
El representante del PSOE aclaró en seguida que ellos sí defienden la Fiesta, de acuerdo con la legalidad. No sacó la lógica conclusión de que un Ministro de un Gobierno de su Partido la está infringiendo.
En seguida, añadió que su grupo había presentado una enmienda para debatir más ampliamente el presente y el futuro de la Tauromaquia. Todos entendimos que se trataba, sencillamente, de marear la perdiz, aplazando sine die un problema que les resulta incómodo, porque les puede restar votos.
El senador Ávila le aclaró que se trataba de algo mucho más sencillo, una cuestión que cualquier persona del pueblo entendería: definir concretamente si apoyaban, sí o no, la recuperación del Premio Nacional de Tauromaquia. Naturalmente, no hubo respuesta.
Cerró las intervenciones Pío García Escudero, conocido aficionado, recordando datos numéricos irrebatibles, que demuestran la vigencia social de la Fiesta, aunque algunos Ministros se empeñen en ignorarlos.
Ante todo, que, como publicamos en El Debate, la disminución en el número de festejos taurinos que ha aducido Urtasun se debía a que se refería –sin decirlo, por supuesto– al año de la pandemia, en el que, por imperativo legal, hubo fuertes limitaciones para todos los espectáculos.
Además, ha recordado Pío García Escudero que el número de asistentes a cualquier novillada de escasa importancia, en Las Ventas, duplica el número de militantes socialistas, venidos de toda España, que acudieron a apoyar a Sánchez, en sus presuntas jornadas de reflexión.
El colofón
Comentaba yo con mis compañeros de la Tribuna de invitados que los taurinos debemos estar satisfechos por el bajísimo nivel con el que atacaban las corridas de toros. Suelo repetir que, si quisiera yo atacarlas –no es el caso– lo haría mucho mejor, porque las conozco de verdad.
Pero eso se compensa con una sensación desoladora, la de comprobar en manos de quiénes estamos. Ése es el nivel del actual Senado y del actual Gobierno de España.
El colofón que escuchamos, al final de la sesión, es que el Ministro Urtasun pasará y veremos qué recuerdo deja. En cambio, se ha dicho, nadie podrá oscurecer la gloria de Joselito, de Manolete, de Paco Camino y de tantos toreros. Entre otros, de Paco Ojeda y de Espartaco, que, en esa Tribuna, habían escuchado con paciencia todos esos discursos. ¿Hay alguien que pueda discutirlo? Me temo que no: ni siquiera Óscar Puente…