Entrevista
Miguel Aranguren: «'Toros para antitaurinos' es para todos menos para los que se expresan desde la ignorancia»
El nuevo libro del autor madrileño es un verdadero Cossío del XXI, literario, gráfico y enciclopédico. Una gran obra sobre la tauromaquia para delicia de los taurinos y con la honesta intención de que también lo sea para los antitaurinos
El novelista Miguel Aranguren publica un libro singular: narrativa de calidad sobre la que flota una detalladísima explicación de cada uno de los elementos que componen la Fiesta. Uno tiene la impresión unas veces de que está leyendo una obra canónica, otras las aventuras de Tom Sawyer o incluso también un cuento de Astérix, lo que hace de extraordinaria amenidad su lectura de casi 800 páginas que no son nada para todo (y cuando se dice «todo» es «todo») lo que cuenta sobre la tauromaquia, para antitaurinos, taurinos, profanos y hasta sabios del asunto. «Se trata de una obra para todos los públicos, en el sentido de que va dirigida a quienes no saben nada de toros y a los abonados de las principales ferias», dice el autor. La obra, que va por su segunda edición y que cuenta con un prólogo del diestro Diego Urdiales, es valiosamente profusa en explicaciones y anécdotas y además está ilustrada por el propio autor con más de doscientos dibujos.
–¿Es un libro para taurinos o para antitaurinos?
–La lectura sosegada hace posible el diálogo entre quienes amamos la Fiesta y aquellos que sienten repulsión ante los festejos con toros, pues leer despierta nuestra capacidad de reflexión y nos revela el motivo de todo aquello que considerábamos con la estrechez de los apriorismos. En este sentido, mi libro no pretende imponer sino mostrar, para que cada lector saque sus propias conclusiones. De este modo, Toros para antitaurinos va dirigido a toda clase de lectores: aficionados, espectadores ocasionales y aquellos a quienes no les gusta ni les interesa la Fiesta, partiendo de que cualquier opinión es igualmente respetable, salvo aquellas que se manifiestan desde la ignorancia.
–¿Cuál es la sensación de quienes lo han leído desde la oposición a la tauromaquia?
–Por lo que me van contando, estas páginas provocan asombro, entre otras cosas porque no incitan a la pelea verbal. Son un retrato de todo lo que envuelve a este increíble espectáculo. Conviene tener en cuenta las graves descalificaciones por parte de los antitaurinos contra la Fiesta y sus protagonistas (algunos de ellos han sido penalizados por la Justicia, con sentencia firme), incluso la violencia que han ejercido contra los actuantes y los espectadores. Sin embargo, Toros para antitaurinos no busca revanchas, ni mucho menos, porque la plaza es un espacio alegre, de sana convivencia entre todo tipo de personas.
Lo que la tauromaquia precisa es didáctica, una explicación del por qué y el para qué(...) Solo así podemos desactivar los tópicos que tanto daño nos hacen
–¿Qué necesita la Fiesta para ser respetada?
–La tauromaquia no necesita defensa, en el sentido de que no es una actividad de minorías. La Fiesta es un referente principalísimo en casi todas las capitales de provincia de nuestro país, así como en cientos y cientos de pueblos. Y lo mismo ocurre en otras seis naciones. Además, está cuidadosamente reglamentada para garantizar el correcto desarrollo del espectáculo, el respeto y la integridad de los animales (toros y caballos), aunque a algunos pueda resultarles una contradicción –sería bueno que repasaran los artículos dedicados a este asunto, que son tajantes–. El legislador busca, en primer lugar, el respeto al toro, dirigido siempre a una muerte a estoque según los cánones de la lidia, el buen hacer de los actuantes y la seguridad del público. Por tanto, si no necesita defensa, lo que la tauromaquia precisa es didáctica, una explicación profusa del por qué y el para qué, tanto de la crianza y cuidado del bravo como de cada elemento que compone una tarde de toros. Solo así podemos desactivar los tópicos que tanto daño nos hacen. No olvidemos que el conocimiento nos hace libres para entender, y así poder optar por una decisión razonada.
A la tauromaquia le acompaña desde sus inicios un análisis ético y filosófico, como ocurre con cada una de las artes universalmente reconocidas
–Diego Urdiales prologa el libro.
–Y me siento honradísimo. Ese prólogo es uno de los pasajes más importantes de Toros para antitaurinos, ya que Urdiales no solo nos desvela cómo fue el asombroso nacimiento de su vocación, sino que brinda ejemplos, muy bien explicados, de su experiencia con personas a las que no les gustan los toros. Urdiales es un torero de culto, maestro de toreros, de una profundidad y una sensibilidad fuera de lo normal.
–En varios pasajes de la obra se refiere a la tauromaquia como una más de las Bellas Artes.
–Estoy plenamente convencido de que es así. El toreo se rige por la armonía, por la estética, por el sentimiento que provoca en el diestro y en el público que lo contempla durante su ejecución. Además, a la tauromaquia le acompaña desde sus inicios un análisis ético y filosófico, como ocurre con cada una de las artes universalmente reconocidas, que también han indagado en todos los aspectos ligados a la Fiesta. ¿Qué hubiese ocurrido si los Estados Unidos de Norteamérica se hubieran apropiado de este legado que los españoles dejamos en México? ¿Y si los toros fueran seña de identidad de todo Francia, de Alemania, Gran Bretaña o Italia?... Por eso es tan grave el silencio de la UNESCO, que se ampara en una reducción ideológica para no declararla Patrimonio de la Humanidad.
He recogido el testimonio sobre los toros de muchas personalidades, desde James Dean a Elvis Presley, o de Alfonso X El Sabio a Hergé
–Toros para antitaurinos no es un libro al uso. Cinco relatos envueltos por completos análisis del toro bravo, de la lidia a pie y a caballo, y de los festejos populares. Finaliza con unos cuantos anexos, entre los que ha incluido una crónica de Alejandro Dumas, el autor de Los tres mosqueteros.
–Así es. Y comienzo por el final: he encontrado documentos sorprendentes, como dicha crónica firmada por Dumas después de asistir a una corrida en Madrid. El novelista francés se quedó prendado de lo que sucedió aquella tarde y fue capaz de relatarlo. Se trató de un festejo a la antigua usanza, antes de que se reglamentara la lidia que hoy conocemos. En otro orden de cosas, he recogido el testimonio de cientos de personalidades que han manifestado su opinión acerca de los toros, desde James Dean a Elvis Presley, de Alfonso X El Sabio a Hergé, de Francis Bacon al premio Nobel Albert Camus.
Desde hacía muchos años quería narrar acerca de todo lo que se mueve alrededor de la Fiesta, pero sin caer en lugares comunes
–¿Y los relatos?
–Soy novelista. Mi oficio consiste en escribir historias acerca de personajes ficticios que podrían vivir a nuestro lado. Dada mi afición taurina, desde hacía muchos años quería narrar acerca de todo lo que se mueve alrededor de la Fiesta, pero sin caer en lugares comunes. Tras mucho esfuerzo y mucha observación, he logrado contar la historia de un toro indultado y de su ganadero; la de un torero modesto y su mujer; la de un joven universitario sin tradición taurina que, para sorpresa de su familia, siente la vocación a convertirse en matador de toros; la de un coleta español que «hace las américas» en su versión más dura, y la de una mujer que trabaja en un partido político animalista. Con estos cinco relatos, considero que he completado el recorrido que buscaba.
–Llaman la atención las ilustraciones que acompañan al texto.
–En el salón de mis abuelos lucían algunos cuadros y apuntes de Roberto Domingo, el mejor artista de todos los tiempos que ha trabajado esta temática. Me pasaba las horas contemplándolos, incluso envidiándolos por la soltura de sus trazos y la magistral captación del movimiento. Y como siempre me ha gustado dibujar, pintar y esculpir (son otras de mis dedicaciones profesionales), desde niño he acudido a la plaza con un cuaderno y un lápiz. De la portada a la última de las casi doscientas ilustraciones, he pretendido que el lector pueda completar con imágenes cada pasaje del texto.
–¿Volverá a escribir de toros?
–Toros para antitaurinos me ha exigido cuatro años de intensísima y exclusiva dedicación. Reconozco que cuando empecé a escribirlo no podía imaginar que sería una obra tan completa. Por tanto, creo haberlo escrito todo. O casi todo. Así que confío en que pronto me asaltarán nuevas inquietudes literarias que, imagino, serán distintas. Así ha sido mi carrera desde que publiqué mi primera novela.