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El filósofo Julián Marías

El filósofo Julián MaríasGTRES

Cinco frases de Julián Marías, apartado por la derecha por negar a Franco y por la izquierda por ser cristiano

Se cumplen 110 años del nacimiento del filósofo y discípulo aventajado de Ortega y Gasset y padre del escritor Javier Marías

Julián Marías recibió el título de doctor en Filosofía casi 10 años después de presentar su tesis. Dos antes de presentarla había obtenido el premio de licenciatura, pero su relación brillante con la universidad nunca se consolidó por cuestiones ideológicas. A Marías le pilló la Guerra Civil en Madrid y fue reclutado por el bando republicano, aunque no combatió por su miopía. Se ocupó en aquel ejército de otras cuestiones, como la de traductor.

Los principios

Julián Marías en aquellos tiempos tuvo que navegar siempre entre dos aguas, no precisamente como Paco de Lucía, ni por conveniencia, ni mucho menos, sino por principios. Por principios especiales, personales, de los que la masa de uno y otro lado, de cualquiera, siempre sospechó. El filósofo, que vivió el conflicto en el Madrid republicano, apoyó al final del mismo al Consejo Nacional de Defensa, el gobierno provisional que se impuso tras el golpe militar contra Negrín que pretendía alcanzar un acuerdo de paz con el bando franquista y acabar con la II República.

No le querían muchos, pero sí le querían unos pocos que le salvaron de pasar más tiempo en la cárcel cuando fue denunciado al final de la guerra, Cela o su maestro Ortega y Gasset entre ellos. Pese a esto se negó a adherirse al Movimiento, lo que significó que Marías fuera un poco en aquella España el yanqui en la corte del rey Arturo, aunque nunca considerado un mago, sino un independiente desarraigado social e intelectual en una España dividida entre rojos y azules al que no aceptaron ninguno de los dos.

cinco frases de julián marías:

  • «España es un país formidable, con una historia maravillosa de creación, de innovación, de continuidad de proyecto… Es el país más inteligible de Europa, pero lo que pasa es que la gente se empeña en no entenderlo».
  • «España fue devuelta a los españoles hacia 1976 (…) Nos hemos encontrado con que el pueblo español estaba vivo, activo, en disponibilidad: ni enfermo ni envilecido ni lleno de odio. Esto ha sido posible porque no ha faltado la levadura o, si se prefiere otra imagen, la sal de la tierra, que ha evitado la corrupción. Y esta sal histórica es una combinación de verdad y libertad».
  • «No se debe intentar contentar a los que no se van a contentar».
  • «Las doctrinas falsas suelen buscar la imposición, las verdaderas prefieren justificarse».
  • «Castilla se hizo España».

La «visión responsable» de la realidad que fue la base de su obra y de su pensamiento era un principio demasiado honorable y poco interesado para ser aceptado como uno de los suyos, fueran los que fueran. Fue cuando la modernidad comenzó a introducirse en España a partir de los 50 cuando Marías encontró su ámbito más propicio y comenzó a dejar atrás el prejuicio de la derecha por no adherirse a ella sin condiciones, y el prejuicio de la izquierda por ser cristiano. Marías, el intelectual, el filósofo, el moderno, dejó atrás esas concepciones elementales (que perviven hoy en día estimuladas mayormente por los políticos) con su velocidad de crucero.

A partir de entonces, como un velero valeroso y valioso que lograra atravesar el Cabo de Hornos, Julián Marías navegó sin vientos sobre su filosofía, la religión, la persona, la metafísica, miembro de la RAE, senador por designación real por todo aquello por lo que había sido relegado en los primeros años de formación, de salida y de llegada al mundo. Todo un triunfo en sí mismo una vida y una carrera que nunca dejó de pensar en España.

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