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Carlos Blanco como Víctor Morel en 'Síbaris'Teatros del Canal

Teatros del Canal acoge 'Sibaris', la obra póstuma de Domingo Villar con sello biográfico

Carlos Blanco, Belén Constenla, Oswaldo Digón y Pablo Novoa son los intérpretes de esta obra que podrá verse hasta el 27 de junio

El popular autor de novela negra Domingo Villar, fallecido a los 51 años, dejó inédita su primera obra teatral, Síbaris. Su familia la logró publicar tras su muerte hace dos años, y que ahora se sube al escenario de la Sala Negra de Teatros del Canal del 21 al 27 de junio.

Dirigida por Lois Blanco, se trata de un «comedia burguesa a la antigua usanza», con una investigación y un crimen con partes oscuras, donde se percibe un «Domingo nuevo para la gente, pero al mismo tiempo el de siempre porque es un gran escritor. Es como descubrir una faceta nueva de un amigo».

Blanco advierte que la obra no es una adaptación de sus novelas y asegura que el autor es capaz de hacer también una comedia, una oportunidad para conocer «más a Domingo sus mundos y sus facetas, y su personalidad creativa».

Con solo tres novelas, Villar estaba entre los autores destacados de novela policíaca, con la creación de uno de los detectives más populares de la narrativa negra hispana, Leo Caldas. Novelas, ambientadas en Galicia, de donde procedía el autor vigués.

Carlos Blanco, Belén Constenla, Oswaldo Digón y Pablo Novoa son los intérpretes de Síbaris, que presenta un trasfondo biográfico. La historia se concentra en un escritor bloqueado e incapaz de escribir una nueva novela, una situación que el propio Villar experimentó y que confesó haber sufrido tras la publicación de su segunda ficción La playa de los ahogados. Diez años tuvieron que pasar hasta volver con la obra titulada El último barco.

A partir de esta circunstancia personal, Villar imaginó en Síbaris a un escritor que recibe una invitación de la Universidad de la Sorbona, dispuesta a pagar generosamente por una lección magistral, pero la primera aparición pública del autor en años acaba en un ataque de pánico y una huida.

Blanco subraya que el texto pone mucho el acento en «reírse de uno mismo», además de en el mundo literario «que no sale bien parado. Habla de la presión que se siente, hay ironía y crítica a determinadas esferas» y apuna que para Villar parece un «acto de liberación, de rebeldía, de quitarse etiquetas».