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Andrés Amorós
Crónica deAndrés AmorósPamplona

Continúa arrollando Roca Rey y disfruta toreando Pablo Aguado

Sale en hombros el peruano y corta oreja el sevillano, con toros mansos y muy manejables de Jandilla

Actualizada 22:36

Andrés Roca Rey sale a hombros por segunda vez en esta Feria de San Fermín, de nuevo ante una plaza llena

Andrés Roca Rey sale a hombros por segunda vez en esta Feria de San Fermín, de nuevo ante una plaza llenaEFE

Por la mañana, Jandilla recoge el trofeo a la ganadería triunfadora de la Feria, el año pasado. Por la tarde, los toros, desiguales de presentación, están justos de casta, fuerza y bravura pero son muy manejables: los toros que «se dejan», el ideal del toreo actual. Los aprovecha bien Roca Rey, con seguridad y ambición. En su segunda actuación en la Feria, vuelve a abrir la Puerta Grande, después de cortar un trofeo a cada uno de sus toros. Casi por sorpresa, Pablo Aguado se encuentra con un mansito que embiste con gran dulzura y eso le permite disfrutar toreando como hace tiempo yo no lo había visto.

Cayetano, muy querido en esta Plaza –fue el triunfador del año pasado– no tiene suerte, esta vez. El primer toro, serio, humilla pero muestra mucha querencia a la puerta de corrales. (Lo mismo repetirán sus hermanos). Lo dejan casi sin picar. Comienza Cayetano sentado en el estribo; pronto, muletea rodilla en tierra, con arrojo. El toro se desentiende, es deslucido, la faena no llega a tener relieve. Mata con su habitual estilo, con un salto.

Cayetano comenzó su faena sentado en el estribo

Cayetano comenzó su faena sentado en el estriboEFE

El cuarto se llama Zabra, como los barcos de vela que hacían la travesía a América. Es veleto, flaquea, sale muy suelto, mansea claramente en varas, va a su aire. Intenta sujetarlo Cayetano, rodilla en tierra. El toro embiste dormidito, se desentiende, se va. El trasteo es voluntarioso pero sin brillo. Esta vez, mata a la cuarta, entrando de muy lejos. No ha sido su tarde.

Viene Roca Rey Rey a revalidar su éxito de la tarde anterior. Lo muestra acudiendo a porta gayola en sus dos toros. El segundo flaquea varias veces, hace pobre pelea en varas pero resulta muy noble, en la muleta. Brinda Andrés por Perú, por España, por Su Majestad y por la Fiesta, «que no es de derechas ni de izquierdas». (Algo indiscutible, aunque algunos sectarios se empeñen en ignorarlo). Comienza de rodillas, intercalando espaldinas. Muy firme y asentado, logra buenos naturales de trazo largo. Luego, busca las vueltas al público con el repertorio habitual: espaldinas, muletazos invertidos y un arrimón, sacándose al toro por delante y por detrás. Mata con rotundidad pero el toro tarda en caer, suena un aviso. Hace bien el torero en aplaudir al bravo toro, todavía de pie, para que aprendan los ignorantes a los que eso molesta. Quizá esa tardanza en caer es la causa de que la Presidenta conceda sólo una oreja, aunque piden la segunda. (Si fuera así, sería un error: la tardanza en caer de un toro no debe disminuir el premio, cuando la faena lo haya merecido).

Pase de pecho de Roca Rey a su segundo toro, un jabonero sucio d nombre Omeya

Pase de pecho de Roca Rey a su segundo toro, un jabonero sucio de nombre OmeyaEFE

El quinto es un jabonero sucio; se llama Omeya, como los árabes que invadieron España y crearon el califato de Córdoba. Después de otra porta gayola, nos sorprende Andrés con verónicas de rodillas, en tablas, y dibujadas con gusto. Ya de pie, recurre a las chicuelinas; en el quite, a las gaoneras impávidas. ¡Lástima que no haya continuado con verónicas! El toro flaquea , le falta casta, se quiere ir, se apaga, pero es noble. Roca acierta al sujetarlo, dejándole la muleta en la cara: un buen gesto técnico. Vuelve a demostrar su seguridad con la espada: otra oreja y salida en hombros. Esta vez, no ha recurrido a las espaldinas.

Al comienzo del cuarto toro, se produce un episodio lamentable que, no por sabido, debemos dejar de condenar: mientras la mitad de la Plaza entona el «¡Que viva España!», la otra mitad lo silba. Me parece tristísimo. En ninguna nación civilizada, democrática, se silba algo que pueda ser símbolo de esa patria. Así estamos, en esta disparatada España que nos ha tocado…

Pablo Aguado, que sustituye a Morante, se enfrenta al tercero, que clava los pitones en la arena y se desploma; mansea pero embiste con enorme dulzura, le deja estar muy a gusto. Pablo disfruta al correr la mano , en un bonito cambio de mano y, sobre todo, en los naturales, dibujados –perdonen la redundancia– con naturalidad, como debe ser, aunque no lo veamos con frecuencia. Acaba a pies juntos y con ayudados, rodilla en tierra. Logra la estocada y corta la oreja. Sonriente, feliz, aplaude al toro, mientras lo arrastran. Se ha encontrado al toro soñado, para él: mansito, justo de fuerzas, nobilísimo. Le ha permitido mostrar su mejor versión.

Pablo Aguado con el primero de su lote, al que cortó una oreja

Pablo Aguado con el primero de su lote, al que cortó una orejaEFE

El sexto, veleto, embiste sin clase, se quiere ir, no le deja estirarse, con el capote. Molesto por el viento, comienza rodilla en tierra, con torería. Logra una serie de naturales (el lado mejor del toro) pero sólo una. Como otras veces, deja detalles toreros, sin cuajar faena. Mata a la segunda.

Me ha gustado Roca Rey esta tarde, por su seguridad, su técnica y su ambición; más, por supuesto, cuando torea clásico que cuando recurre a los efectismos. Eso sí, me gustaría verlo con toros más encastados y con rivales que le apretaran más.

Viendo a Pablo Aguado torear, me he acordado del poema de José María Pemán: «¡Natural! – Escultural, - el brazo tenso , una cuerda – de violín, - haciendo la mano izquierda – (un jazmín) – lentamente, su camino – entre el cuerno y el destino…- ¡Natural!».

POSTDATA. Acaban de anunciarse los carteles de las Corridas Generales de Bilbao; una gran Feria, como corresponde a su historia. Me llama la atención que, el 20 de agosto, matarán toros de Fuente Ymbro, mano a mano, dos triunfadores de esta temporada, Daniel Luque y Borja Jiménez. También es una gran Feria la de Santander, que se cierra, el 26 de julio, con otro mano a mano: Perera y Luque, con reses de La Quinta. En los dos carteles, excelentes, con reses de ganaderías encastadas, echo de menos a un tercer torero, Roca Rey. Los aficionados, sin duda, lo agradecerían. (El día anterior, en Santander, alternará Andrés con Cayetano y Juan Ortega: un cartel muy parecido al de este viernes, en San Fermín). Pero el diestro peruano no está por la labor de asumir compromisos de ese tipo. Es lo contrario de lo que hacía Joselito el Gallo. Cuando le hablaban de algún torero que podía apretarlo, exigía: «¡Que me lo pongan!». Y solía darle un buen repaso. Por eso ha sido el indiscutible Rey de los Toreros.

  • Pamplona. Feria de San Fermín. Viernes 12 de julio. Lleno. Toros de Jandilla, desiguales de presentación, con poca casta, fuerza y bravura pero muy nobles.
  • CAYETANO, de blanco y plata, estocada desprendida con salto (silencio). En el cuarto, 3 pinchazos, estocada y descabello (aviso, silencio).
  • ROCA REY, de tabaco y oro, estocada trasera desprendida (aviso, oreja y petición de la segunda). En el quinto, buena estocada (oreja). Sale a hombros.
  • PABLO AGUADO, de grana y oro, estocada trasera y caída (oreja). En el sexto, pinchazo y estocada (palmas de despedida).
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