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Crónica deAndrés Amorós

Perera cuaja por completo pero pincha un gran toro de La Quinta

Maestría lidiadora de Daniel Luque, con toros deslucidos

Miguel Ángel Perera da un pase de pecho en la última corrida de la Feria de Santiago (Santander)EFE

Sin trofeos, vivimos una tarde interesante pero menos brillante de lo que se esperaba. Varios toros de La Quinta embisten a media altura, con escasa transmisión. En el quinto, el mejor, Miguel Ángel Perera cuaja una faena completa, redonda, pero lo pincha, pierde las orejas que tenía cortadas. Sin trofeos y sin suerte en el sorteo, Daniel Luque da una verdadera lección lidiadora, aunque el público no llegue a apreciarla como merece.

Desde que se anunciaron los carteles de la Feria de Santander, me llamó la atención de modo especial el del festejo de cierre, original y atractivo: reses de una ganadería encastada, La Quinta, para dos de los diestros que ahora mismo tienen más capacidad, como lidiadores, Miguel Ángel Perera y Daniel Luque. Esto supone salirse del «sota, caballo y rey» de tantas Ferias, que repiten una y otra vez carteles muy semejantes. Éste de Santander, además, incluye dos elementos básicos de la Fiesta, que hoy están demasiado olvidados: la casta de las reses y la rivalidad de los diestros.

Los toros de La Quinta, de encaste Santa Coloma, se salen de lo que habitualmente vemos. Pueden sacar complicaciones: para eso están los maestros, para resolverlas. Pero también suelen mostrar una nobleza encastada, que aumenta el valor de los éxitos. La temporada pasada, Daniel Luque alcanzó su cumbre cuando mató seis toros de esta ganadería; este año, va a volver a hacerlo, también en Francia. (Por cierto, ¿por qué no se ha ofrecido a hacerlo en Sevilla o en Madrid? Ése sí hubiera sido un golpe rotundo).

Después de escuchar el Himno Nacional, como todas las tardes, se guarda un minuto de silencio por José Luis Vázquez Silva, el hijo del maestro Pepe Luis, que acaba de fallecer. Comentaré su trayectoria, en El Debate.

Con veinte años de matador, Miguel Ángel Perera posee una técnica y un oficio grandes. La espada y las faenas largas suelen ser sus puntos flacos: una vez más, lo comprobamos, esta tarde. El primero, al que miden el castigo, humilla poco; parece noble pero no es fácil acomodarse a esta forma de embestir, típica del encaste. Miguel Ángel se muestra muy firme, técnico, seguro. Sin que el toro esté bien cuadrado, deja una estocada trasera y caída.

Perera, de espaldas sobre la arena del coso de Cuatro CaminosEFE

En el tercero, se luce en verónicas, cargando la suerte, de salida y en el quite. El toro sale de los muletazos con la cara a media altura, desentendido. Perera, muy firme, le da distancia y manda, aguanta algún momento de apuro pero el toro se pone gazapón y la espada vuelve a caer baja.

Tiene la fortuna de que le toque el quinto, cárdeno, como sus hermanos, de preciosa estampa. Lo recibe con una larga de rodillas y verónicas. El toro embiste con gran clase. Miguel Ángel conduce largo y templado las nobles embestidas de este toro, que ha salvado esta tarde el honor de La Quinta. Lo cuaja por completo, disfruta en los muletazos al ralentí, que desembocan en invertidos, cambios de mano y bernadinas. Es una faena muy larga, como suele. Tiene en la mano las orejas pero vuelve a fallar con la espada: dicho con todo respeto, ¡para matarlo!, después de una faena así. Se queda con la satisfacción, por el trasteo, y con el berrinche, por la suerte suprema.

Los profesionales conocen de sobra la capacidad de Daniel Luque: estuvo en lo alto, cayó y ha logrado algo tan difícil como es volver a la primera fila. Si no atrae más al gran público, quizá es culpa suya, por no haber sabido «vender» mejor su imagen. Pero puede con los toros y domina todas las suertes: lo propio de los buenos lidiadores.

Conduce muy bien al segundo, acapachado, lidiando con el capote. El toro se arranca de largo al caballo pero el puyazo cae bajo. En banderillas, hace hilo, empala por el glúteo a Juan Contreras y le deshace la taleguilla. Comienza Luque con muletazos suaves, enseñándole a embestir; en seguida, corre la mano al natural con gran facilidad. Suena la música y Daniel manda pararla, sabe que el toro no da para una gran faena: me parece un buen detalle, todo lo contrario de los que mendigan aplausos. La faena es impecable, sin un solo fallo, propia de una maestro lidiador. ¿Sabe apreciar el público este tipo de faena? Me temo que no. Con este toro, no se me ocurre qué podía haberle hecho más.

Daniel Luque, con el capote en la última de la Feria de SantanderEFE

Sujeta bien con el capote al tercero, que sale huido; también, del caballo. Iván García y Arruga saludan, en banderillas. El toro embiste rebrincado, al final de cada muletazo. Esas dificultades sirven para que el público aprecie mejor el mérito del diestro. Luque muletea con gran técnica; por la derecha, acaba pudiéndole al toro por completo. Lo demuestra, al final, en los suaves muletazos a media altura y en las luquesinas, sin ayuda, un poco más arrebatado. Pincha en hueso, arriba, antes de la estocada: ha perdido el seguro trofeo.

Cuida mucho de salida al último, de menor trapío, algo protestado. Banderillea con riesgo Caricol. Brinda a Perera, después de su gran faena: un buen detalle. Pide calma al público: al natural, tira del toro, alarga la embestida, con maestría evidente. Ha graduado la exigencia pero el toro dice poquito y se para pronto. Todavía le arranca algunos naturales, que el toro toma a regañadientes. Como el trasteo ha sido largo, suena el aviso pero logra una buena estocada, en los medios.

Desplante de Luque a uno de sus toros de La QuintaEFE

No ha habido trofeos: esperábamos más de los toros de La Quinta. Los dos toreros han mostrado su gran capacidad. Recordará Perera su fallo con la espada, después de cuajar al toro. Un diestro de su experiencia debe remediar este lunar. Y Daniel Luque se ha mostrado como un gran lidiador. Debe seguir lidiando este tipo de toros, aunque los de esta tarde no hayan salido buenos: con las dificultades de la casta, Luque marca distancias, muestra lo gran lidiador que es.

Concluye así esta Feria de Santander, que deja tan gratos recuerdos. Al concluir, canturreo yo el final del entrañable bolero de Jorge Sepúlveda: «Yo también dejaré tu bahía / y un recuerdo, en mi vida, / que jamás borraré. / Santander, al marchar, te diré: / Guarda mi corazón / que por él volveré».

FICHA

  • SANTANDER. Viernes 26 de julio. Última corrida de Feria. Casi lleno. Toros de La Quinta, de escaso juego, salvo el 5º, muy bueno.
  • MIGUEL ÁNGEL PERERA, de berenjena y azabache, estocada trasera y caída (aviso, saludos). En el tercero, estocada trasera y caída (palmas). En el quinto, metisaca bajo, pinchazo y estocada (saludos).
  • DANIEL LUQUE, de verde y oro, buena estocada (leve petición y saludos). En el cuarto, pinchazo y estocada (aviso, saludos). En el sexto, buena estocada (aviso, saludos).