Trinidad y Tobago cae en el indigenismo y eliminará las carabelas de Colón de su escudo
El gobierno del archipiélago caribeño sustituirá los barcos del escudo por un tambor metálico propio de los carnavales locales
El indigenismo y el antiespañolismo sigue haciendo estragos en Hispanoamérica. El último país en sumarse al derribo de sus propios pilares como nación ha sido Trinidad y Tobago, cuyo primer ministro Keith Rowley anunció que eliminará las tres carabelas de Cristóbal Colón de su escudo.
Así, la Pinta, la Niña y la Santa María serán sustituidas por el ‘steelpan’, un instrumento de percusión típico de los carnavales de las islas inventado en el siglo XX.
«Vamos a sustituir las tres naves de Colón: la Niña, la Pinta y la Santa María por el ‘steelpan’», anunció Rowley durante la convención constitucional de su partido, el izquierdista Movimiento Nacional del Pueblo, celebrada en la capital Puerto España.
El ‘steelpan’, un tambor metálico que constituye la base para la interpretación del calipso, el género musical tradicional y propio del archipiélago, ocupará el lugar central del nuevo escudo nacional de Trinidad y Tobago en un proceso que llevará unos seis meses.
Según el exfiscal general Garvin Nicholas, en declaraciones recogidas por Afp, el proceso de sustitución podría salirle a las arcas públicas por «cientos de millones de dólares», pues obligará a cambiar el escudo nacional en todos los edificios del gobierno, así como en la papelería y cartelería de oficinas de todo el país: «No consiste en subirse al estrado y anunciarlo», ironizó.
El primer ministro Rowley, sin embargo, no considera el fasto un problema, y defendió la medida como congruente con su proyecto «de eliminar los vestigios coloniales que tenemos en nuestra constitución».
¿Implicará ese proyecto cambiar también el nombre a la capital, Puerto España? Por el momento, el proceso de borrar a España de la historia de la nación caribeña parece que se limita al escudo de armas, aunque por el modo en que realizó el anuncio, al más puro estilo chavista, cualquier cosa se puede esperar.
«¿Veis esos tres barcos de Colón en el escudo?: se irán», afirmó ante un público que irrumpió en aplausos y vítores ante el anuncio.
«Como tenemos votos suficientes en el Parlamento para hacerlo, puedo anunciar que en cuanto se realice el proceso legislativo, en un período de seis meses, sustituiremos los tres barcos de Colón –la Santa María, la Pinta y la Niña– por el ‘steelpan’», explicó.
El actual escudo de Trinidad y Tobago permaneció inalterado desde que declaró su independencia en 1962 del Reino Unido.
Los tres barcos representaban la herencia española del país, una herencia ya muy desvirtuada por la colonización británica a partir de comienzos del siglo XIX que sustituyó el idioma español y la cultura hispana que hermanaba al país con las demás naciones hispanomericanas, e impuso el inglés como idioma nacional.
El actual escudo del país, de hecho, es una reivindicación de las raíces hispanas tras la independencia en 1962 frente a la brutal colonización británica, que sometió al archipiélago a un proceso de sustitución de población y estableció un mercado de esclavos, hasta que se abolió la esclavitud en 1833.
Hasta ahora, el mismo Ministerio de Exteriores del país reivindicaba la presencia de las carabelas en su escudo como un símbolo de unión de los habitantes del archipiélago: «Los tres barcos de oro representan la Trinidad: el descubrimiento de las islas y los tres barcos de Colón, el mar que unió a nuestro pueblo, y el comercio y la riqueza de nuestro país», se detalla en el sitio web.
En el poder desde 2015, el primer ministro Keith Rowley ha alineado al país con la órbita del régimen chavista de Nicolás Maduro en Venezuela, estableciendo una dependencia del país de las importaciones de petróleo venezolano.
En febrero de 2022, su gobierno se puso en el ojo del huracán internacional al disparar la guardia costera contra un barco de refugiados venezolanos que huían de la miseria y represión de la Venezuela de Maduro. Como consecuencia, un bebé de nueve meses murió y su madre quedó gravemente herida.
El pasado mes de marzo, Trinidad y Tobago estrechó lazos con el régimen venezolano al aumentar la cooperación bilateral para la extracción de gas, una relación que, según el gobierno de Trinidad y Tobago, no se deteriorarán tras las elecciones venezolanas.
De hecho, el gobierno del archipiélago se ha negado a condenar el fraude electoral del chavismo en las elecciones del 28 de julio y se negó a votar el proyecto de resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) que exigía a Venezuela la publicación de las actas electorales.
Trinidad y Tobago obtuvo en diciembre del gobierno de Maduro una licencia de extracción y exportación de gas en el yacimiento de campo Dragón, en el estado venezolano de Sucre, que trata de salvaguardar a cualquier precio.