A hombros Pablo Hermoso de Mendoza, en su despedida de Bilbao
También corta oreja Juan Ortega, por su estética
La tarde comienza mal, accidentada: fresca y lluviosa; de nuevo, poco público; se devuelven dos toros, al lastimarse. Luego, las cosas se enderezan. Corta dos orejas Pablo Hermoso de Mendoza en su segundo toro: sale a hombros por séptima vez, en su despedida de esta Plaza.
Los toros de Valdefresno y El Puerto de San Lorenzo (2º y 5º) no dan opción alguna a Diego Urdiales. La nobleza de los La Ventana del Puerto (3º y 6º) permite que Juan Ortega, que se presenta en Bilbao, despliegue su estética, corte una oreja y deje muy buena impresión.
Otra jornada sentimental en el coso bilbaíno. Después de la despedida de Enrique Ponce, el adiós a Pablo Hermoso de Mendoza, otro ídolo de esta Plaza. No me gusta este invento de los festejos mixtos pero nadie discute la importancia de su aportación al toreo a caballo. Esta tarde, los murubes del Capea sacan su habitual nobleza y le permiten lucir su maestría.
El primero galopa con gran ritmo. Toda la faena de Pablo es pulcra, clásica: mejor al torear a caballo que al clavar, pero el toro se para pronto. Mata a la segunda.
Brinda a su hermano Juan Andrés el cuarto, su último toro en Bilbao, algo más parado. Esta vez, torea igual de bien pero acierta más, al clavar. Con Nairobi, se luce en los recortes por dentro, como si fueran un trincherazo, y en la hermosina, cambiando al toro de pitón, con la grupa. Con el tordo Malbec (el nombre de una variedad de uva), brilla en las piruetas, en la cara del toro. Con Generoso, acierta a la primera, en el rejón de muerte: dos orejas.
Vuelve después de algunos años a esta Plaza, donde ha tenido grandes actuaciones, el riojano Diego Urdiales. Lo reciben con una ovación. Viene con fractura de una costilla. El comienzo de su tarde es terrible: su primer toro, se frena al llegar al burladero y queda descordado. El sustituto se parte la mano en los primeros lances. El segundo tris, de Valdefresno, sale cuando llevamos cincuenta minutos de festejo. Embiste echando las manos por delante. Comienza Diego con excelentes muletazos clásicos, corriendo bien la mano, pero el toro en seguida se aflige: se ha rajado a tablas, en cuanto se ha visto sometido. Nada más que hacer. Mata a la segunda.
El quinto, de El Puerto, es un manso violento, que pega continuos gañafones, huye de lado: lo típico de un atanasio, cuando sale muy malo. Brinda a Pablo Hermoso pero el toro no le da ninguna opción y pasa un quinario, para matarlo. Ha tenido una suerte pésima, con su lote.
Se presenta en Bilbao el sevillano Juan Ortega. Con su singular personalidad, este año ha logrado entrar en los carteles de figuras. El tercero, de La Ventana, es noble pero tiene poca raza. Se luce Juan en dos verónicas y la media. Comienza la faena con muletazos de gran torería, aunque no todos salen limpios. Por la izquierda, el toro protesta y le desarma. Por la derecha, va bien y Ortega logra preciosos muletazos, con el toro a punto de rajarse. Concluye andándole y flexionando la muleta: un trasteo imperfecto pero de gran personalidad y belleza. Entra a matar muy recto: aunque la espada queda defectuosa, corta una oreja.
En el último, también muy noble pero justo de raza, dibuja excelentes verónicas de salida. Comienza la faena con clásicos ayudados a dos manos, por alto y por bajo; logra preciosos derechazos (por la izquierda, el toro va peor). Entra a matar muy bien, deja la estocada pero falla con el descabello. Ha conectado con el público de Bilbao, que sabe apreciar la torería de su estética sevillana.
Sacan a hombros a Pablo Hermoso de Mendoza, en medio de un grupo de jóvenes aficionados de Bilbao, con su pancarta. El público, feliz, por el merecido triunfo de su ídolo.
POSTDATA. Días atrás, me mandaba un mensaje Salvador Balil, un gran aficionado catalán (¡que los sigue habiendo, por muy difícil que se lo pongan los independentistas!). Se quejaba de que la Banda de Bilbao, una de las mejores, estaba tocando este año varias charangas y pasacalles, en vez de los clásicos pasodobles. Tiene razón mi amigo, en su lamento. Esta tarde, felizmente, se ha remediado, en parte. En el cuarto toro, el de la despedida de Pablo Hermoso, han tocado –¡por fin!– el precioso Agüero, seña de identidad de esta Plaza. En el tercero, ha ayudado mucho a la estética del toreo de Juan Ortega escuchar el bellísimo En er mundo (el mismo que baila Omero Antoniutti con una niña, en una escena de El Sur, la película de Erice). Añado yo: como cantaba Rocío Jurado, con música de Manuel Alejandro, ¡Viva el pasodoble! No debemos perder este tesoro de nuestra música popular.
FICHA
- BILBAO. Plaza de Toros de Vista Alegre. Corridas Generales. Sábado 24 de agosto. Corrida mixta. Pobre entrada. Toros, para rejones, de San Pelayo, de buen juego. En lidia de a pie, 2º, sobrero tris de Valdefresno, rajado; 5º, de El Puerto de San Lorenzo, muy manso; 3º y 6º, de La Ventana del Puerto, manejables.
- PABLO HERMOSO DE MENDOZA, con casaca azul y plata, pinchazo, rejón y 2 descabellos (silencio). En el cuarto, rejón (dos orejas y salida a hombros).
- DIEGO URDIALES, de negro y oro, pinchazo y estocada (ovación). En el quinto, 8 pinchazos y 5 descabellos (aviso, silencio).
- JUAN ORTEGA, de canela y oro, estocada perpendicular atravesada y descabello (oreja). En el sexto, buena estocada y descabello (escasa petición y ovación de despedida).