El Debate en Bruselas
Jorge García, historiador, sobre la influencia hispana: «La mayor contribución es la cristianización de los indios»
En una nueva edición de los Jueves Hispanófilos en Bruselas, desde El Debate hemos mantenido una charla con el Doctor en Estudios del Mundo Antiguo por la UCM, con el objetivo de analizar la última crisis diplomática entre España y México
Las relaciones entre México y España alcanzaban en las últimas horas una tensión políticas pocas veces vista entre ambas naciones. Un asunto que, lógicamente, merece ser analizado y cuestionado. En una nueva edición de los Jueves Hispanófilos en Bruselas, desde El Debate hemos mantenido una charla con Jorge Luis García Ruiz, Doctor en Estudios del Mundo Antiguo por la UCM, investigador, arqueólogo e historiador. Vive desde hace 6 años en San Antonio, Texas, Estados Unidos. Su conferencia se titula Del Atlántico al Pacífico: el legado hispánico en la conquista y civilización de EE.UU.
–La influencia hispana en Norteamérica a menudo ha quedado en segundo plano en los relatos históricos. Desde su perspectiva como historiador, arqueólogo e investigador, ¿cuáles diría que son las principales contribuciones de los exploradores y colonizadores españoles al desarrollo de los territorios que hoy conforman Estados Unidos?
–La contribución la hace la Corona hispánica en ese momento, como entidad administradora del territorio, porque los exploradores españoles aportaron mucho, pero la colonización se hace en base a la evangelización de los indios, encomendada a la Corona. La mayor contribución que yo he podido leer en los documentos originales es la que se produce con la cristianización de los indios. Esa es realmente la labor que se hace, la buena labor.
Los colonizadores llevaron a cabo un mestizaje con las poblaciones locales, no al principio, pero sí con el paso del tiempo. Y los exploradores, pues según determinan sus crónicas, son más como unos viajeros que pasan por el territorio americano y dejan poca huella.
Yo destacaría por tanto la contribución de la evangelización y de la administración de la Corona hispánica que, al promover la cristianización y la formación de pueblos de los indios, es la que deja la huella de civilización y el mestizaje, dando lugar a lo que son hoy esa parte de los Estados Unidos de América.
–En su conferencia menciona el legado hispano desde el Atlántico al Pacífico. ¿Cómo percibe que la herencia cultural y social de los colonos españoles ha influido en la identidad de regiones tan diversas como Florida, Texas o California, en comparación con otras áreas del país?
–La influencia es enorme, porque uno va viajando por los Estados Unidos y si tienes un «ojo entrenado» (digo entrenado porque desde hace 200 años se está intentando borrar esa huella por parte de no tanto de los norteamericanos, como de los hispanos de EE.UU.); si tienes un ojo entrenado realmente ves la influencia por todas partes, y es diversa, porque no es lo mismo la herencia que encontramos en Florida, que en Texas o que en California. Incluso hay otros estados importantes, como es Nuevo México o incluso Arizona, y Luisiana. La historia de Luisiana, por ejemplo, se dice que teóricamente fue francesa, pero eso es olvidar que durante 40 años estuvo en manos españolas y que aquellos fueron los 40 años más luminosos de ese estado. Como se oculta este dato, uno da por sentado que el legado visible es todo francés, pero no es así, lo que más encuentra es español, legado por España.
Texas es diferente, hay mucha influencia los franciscanos. Y el legado conlleva incluso las diferencias actuales con la zona de Florida, que es una zona más cosmopolita. Lo que he notado es que el legado español está mejor defendido en Florida, y los hispanos aprecian mucho más lo que lo que es España, lo que representa y su legado. En Texas es el estado bastante religioso, la presencia española allí fue sobre todo por las misiones. Y fíjate quizá ha sido donde se ha puesto más énfasis en borrar la huella española. Borrarla es casi imposible, pero es un trabajo que llevan haciendo 200 años, y que les llevará otros 200 años, pero es muy difícil que lo puedan borrar porque la huella de España en Texas está en todas partes.
Nuevo México es un estado en el que los descendientes hispanos, están muy orgullosos de su legado. Y es uno de los sitios donde más están presionando ahora grupos como el black lives matter, para borrar esa huella, pero es que allí en el Nuevo México, a pesar de que mantienen el nombre de México, ellos no se consideran mexicanos, se consideran descendientes de españoles. Y lo llevan con mucho orgullo y con mucha fuerza.
En California en cambio, el legado es primariamente hispano, no puedo decir que es español porque California actualmente está muy llena de mexicanos emigrados; es el lugar quizá donde más español se hable de toda la unión, pero está más enfocado a la influencia mexicana que española. Aunque, en definitiva, lo que yo defiendo, es que se debería pensar que España es el antecedente de México, una continuación, porque así fue realmente; porque cuando llega la independencia de México en 1821, lo único que se hace es bajar una bandera y subir otra. No hay cambio ni genético, ni cultural, de ningún tipo. Por presiones de los Estados Unidos ahora mismo, el borrado histórico lo están haciendo los descendientes de los mexicanos que viven allí.
Otro ejemplo de esta influencia está en Arizona: es un estado que estaba prácticamente desierto, y la penetración española no fue muy grande; curiosamente han perdido el español casi en su totalidad, pues tiene restos de la herencia incluso en su bandera. Digamos que no han entrado en la pelea de hacer un borrado de sus raíces y únicamente ha quedado el legado español como una visión retrospectiva de cómo era todo hasta que se independizaron. Y al perder México aquellos territorios pocos años más tarde de su independencia, tampoco ha habido una intervención moderna tan fuerte contra su historia como en otros estados. Por eso el escaso legado hispano en Arizona se mantiene y es un estado interesante.
–La narrativa histórica sobre la conquista y la colonización de EE.UU. a menudo ha estado dominada por visiones anglosajonas. ¿Cómo cree que podemos revalorizar la historia hispana en la construcción de los Estados Unidos en un contexto académico y social moderno?
–Soy pesimista en ese aspecto porque la maquinaria que tenemos enfrente es fuerte y lo arrasa todo, arrasa incluso el idioma. El mundo juega actualmente a borrar el pasado, hay que olvidar las raíces y ser todos iguales en una suerte de mestizaje mundial. Es lo que están promoviendo las elites, ¿no es así? Luchar contra eso uno solo es muy difícil; yo, lo que estoy tratando de hacer, es dejar mi granito de arena para que no se olvide todo.
La civilización está retrocediendo, por ejemplo, no se lee. Todo es muy rápido, se quiere tener las noticias en 140 caracteres y así es imposible. La Historia hay que explicarla. En mi último libro Presidio yo trato de hacer eso, trato de divulgar para todo el mundo. Mis libros, mis escritos no son eruditos, así lo he elegido porque siempre he pensado que de las universidades a la calle hay una distancia enorme. Por otra parte, siempre he dicho que lo importante es el mensaje, no el mensajero. La erudición puede llevarte a fomentar tu ego, pero no a tener conexión con el resto de las personas. En este libro he dejado que los protagonistas hablen. He utilizado unos 200 documentos originales evidentemente, que recogen los testimonios de la gente que hizo aquellas exploraciones, aquellas poblaciones. He reproducido partes importantes de esos documentos que ofrecen la visión de las personas que lo hicieron y no una opinión del autor. He visto que gusta al público y así van a continuar los sucesivos libros.
Para revalorizar el legado, hay que educarDoctor en Estudios del Mundo Antiguo por la UCM, investigador, arqueólogo e historiador
En cuanto a revalorizar la historia hispana, el principal problema que tenemos ahora mismo es un problema político. No es ni tan siquiera un problema entre ellos y nosotros, entre americanos y españoles. La batalla cultural entre anglosajones y españoles realmente no debería existir. Es cierto que durante gran parte de nuestra historia hemos sido rivales, ¡y aún hoy en día! Pero culturalmente, estadounidenses y españoles compartimos casi todo. La única diferencia es el idioma. De hecho, hay varias generaciones de españoles que crecieron como americanos hablando español.
La agresión cultural de cierta parte de los EE.UU. viene de los propios hispanos allí, y eso se está fomentado, y lo digo sin temor a problemas, desde la izquierda contra la derecha. Es un problema político. Ya sea a la izquierda de donde sea, de España, de México, de los Estados Unidos, todas comparten este mensaje negro-legendario, y lo trabajan. El conservadurismo quiere mantener los valores, las tradiciones, la cultura. Para revalorizar todo nuestro legado es necesario invertir en la educación, hay que enseñar la verdadera historia.
Hay que hacerlo desde una visión neutral, porque eso nos da credibilidad. Por ejemplo, centrándonos en la conquista de Norteamérica, es cierto que, algunos españoles no aplicaron las unas reglas que les había dado España, como la prohibición del maltrato a los indios. Hay que afrontarlo y asumirlo, pero eso es la excepcionalidad. La generalidad es que la labor fue beneficiosa. Al menos porque en el norte América, en la zona norte de México, el canibalismo era una cuestión habitual. Con España se produjo una labor civilizadora, que no podemos criticar desde una visión presentista, con la mentalidad actual. La realidad es la que es. Aquellas gentes dieron un salto cultural de milenios, eliminaron prácticas terribles para su propia supervivencia.
De modo que, para revalorizar el legado, hay que educar.
–El impacto del legado hispano en tierras norteamericanas no solo fue en términos de conquista y extensión de derechos, sino también en la integración de diferentes culturas. ¿De qué manera cree que el mestizaje cultural promovido por los españoles en Norteamérica ha influido en la evolución social y política de los Estados Unidos?
–En mi opinión, los Estados Unidos no son herederos del imperio británico, son herederos de España, y eso va desde el Derecho romano precisamente; España es quien lleva Roma a los Estados Unidos, y lo pone en práctica. La administración es la misma, una misión, un pueblo de indios mantiene la misma administración que tenía cualquier pueblo de la península ibérica: ellos elegían su alcalde y luego elegían sus regidores, sus alguaciles, todo, así se ha recogido en los documentos. Hay una reproducción total de la administración española, sin diferencias. Una vez que los indios se bautizaban ya tenían todos los derechos igual que cualquier español y por supuesto el derecho a autogobernarse, la base de la administración en aquel momento era el cabildo, el ayuntamiento.
En el imperio español pasaba como en el Imperio romano, al Rey solo se le veía en una moneda, el gobierno local era el que más influía sobre las vidas de los americanos. Socialmente, los indios estaban en diferentes niveles culturales: por ejemplo, al igual que los aztecas tenían un nivel más elevado, tenían incluso escuelas, una administración, lo que tenemos un poco más al norte pues son gente que está culturalmente hablando, en el Paleolítico. A todos ellos, de alguna forma se les da una civilización; en algunos casos costó más, en otros casos costó menos, pero en definitiva, se les dio una civilización que los llevó al siglo XV y que hizo de ellos en una nación occidental como las que conocemos hoy en día, como los Estados Unidos o como pueda ser México también.
En cuanto a la posible influencia en la formación política es algo más complicado, porque es algo más de creación propia. En los Estados Unidos no tienen reyes, tienen su oligarquía de personas que han hecho dinero, pero en el fondo es un país hecho de trabajadores. En el sistema político español hay siempre una figura superior, como que educa a la población, ¿no? Puede ser el rey, la nobleza, en cambio, el sistema político norteamericano es distinto. ¡No creo que sea malo del todo! Cada uno tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero el sistema político español podría aprender algunas cosas del sistema político estadounidense. Allí votamos a las personas, no votamos a los partidos políticos. Si alguien no te gusta, no le votas.
–Desde su experiencia como historiador y con su amplia trayectoria investigando la historia de España en el mundo, ¿cómo ve usted el papel de España en el panorama global actual, tanto en términos culturales como políticos, y qué cree que puede aportar al mundo en este momento?
–Pues, España puede aportar muchísimo, de hecho, yo defiendo que España es la generadora, la creadora del Occidente que conocemos. En todos los procesos históricos, tanto en los europeos como en los americanos, está presente España como principal interviniente. El problema es que llevamos varias décadas en las que lo que se ha buscado es que España sea absolutamente irrelevante en el contexto internacional. Y ahora realmente parece que no tenemos mucho que aportar, pero habría que retomar ese trabajo porque como digo España es la creadora de Occidente y tendría mucho que decir en el futuro.
España podría aportar muchísimo en valores, en cultura y por qué no decirlo, en la fe cristianaDoctor en Estudios del Mundo Antiguo por la UCM, investigador, arqueólogo e historiador
Las dificultades son evidentes: se intenta borrar su legado lo primero, y después, se trata de que no tenga ninguna influencia internacional. Además, esto se está intentando desde dentro, más que desde fuera. Los Estados Unidos son más españoles que británicos, la influencia de España podría ser inmensa, pero antes debemos solucionar los problemas internos. Y allí también sucede esto. Voy a darte un ejemplo: precisamente a los que más les gusta España allí son de herencia anglosajona. Nuestros principales enemigos son precisamente los hispanos, que han comprado esa leyenda negra que tenemos asignada.
España podría aportar muchísimo en valores, en cultura y por qué no decirlo, en la fe cristiana. Todavía hay muchos creyentes en toda en toda América, desde el punto de vista religioso también, podrían aportar muchísimo con las virtudes y los ideales que trae la fe. Además, pienso ya en algo personal, que he vivido yo y he visto en otros: el español que sale de su país, de una forma o de otra, triunfa. Por cómo hacemos las cosas y por todos los valores que llevamos, eso es muy apreciado por el estadounidense. Nuestra forma de trabajar, nuestra forma de comportarnos, es algo que gusta y mucho. Los españoles podríamos tener mucho decir.