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Crónica deAndrés Amorós

Gran entrada pero siete avisos en Las Ventas

Buenos novillos de Fuente Ymbro y gesto de Alejandro Chicharro, que torea a pesar de haber sufrido una cornada el día anterior

Más de 16.000 personas se dieron cita en la novillada de este jueves en Las Ventas@LasVentas (Plaza 1)

En el comienzo de la segunda semana de la Feria de Otoño madrileña, en un festejo sin estrellas, una simple novillada, más de dieciséis mil espectadores. ¿Qué diría el ministro Urtasun, el que afirma que esta Fiesta interesa a muy poca gente, si lo supiera? O, simplemente, si se informara. Pero está en otras cosas…

Me llama la atención que actúan dos novilleros, a pesar de haber sufrido hace poco percances importantes. ¿Sería posible algo así con jugadores de fútbol? Por supuesto que no, y eso que los futbolistas no se juegan la vida y los toreros, sí. Salir a una Plaza con una cornada reciente va contra la lógica y el sentido común pero demuestra, una vez más, que los toreros son héroes, aunque los ministros Urtasun y Óscar Puente sigan sin enterarse.

Esta tarde, los novillos de Fuente Ymbro, muy parejos, bien presentados, dan buen juego los cuatro primeros; mansea el quinto y es brusco el último. Lo malo es que los tres novilleros prolongan las faenas y, además, matan muy mal: suenan nada menos que siete avisos. Son demasiados.

Valentín Hoyos, de La Alberca (Salamanca), destacó por su firmeza, toreando al natural, en una novillada de «Cénate Las Ventas». El 17 de septiembre, sufrió una cornada en Azuqueca de Henares: torea hoy con los puntos puestos. Tiene ya 25 años y ha de aprovechar las ocasiones.

El primero, recibido con aplausos, enmorrillado, es un torito. Empuja en el caballo, como harán todos sus hermanos, pero protesta al final de cada muletazo, echando la cara arriba. El trasteo, sin brillo, se alarga y Hoyos mata mal: aviso.

Valentín Hoyos toreó con los puntos todavía puestos de una cornada reciente@LasVentas (Plaza 1)

Aprovecha la bondad del cuarto con muletazos firmes, de línea clásica. Destacan algunos naturales lentos pero prolonga demasiado y falla con la espada: otro aviso.

Se despide esta tarde como novillero el valenciano Nek Romero: tomará la alternativa en su tierra el día 9, en la corrida de despedida de Enrique Ponce (los dos comparten apoderado, Juan Ruiz Palomares hijo). No es diestro de exquisiteces sino de entrega.

El segundo es encastado, repite, va largo y humilla: ¡buen novillo! A las gaoneras de Chicharro replica Nek por chicuelinas. Llama al novillo de largo y éste acude con alegría, repite con emoción. Tarda el novillero en encontrar el sitio adecuado. La res acaba rajándose a tablas. Pincha dos veces con un feo salto, antes de media estocada y cuatro descabellos: dos avisos. (Aunque algunos matadores de toros hagan algo parecido, debe corregirlo. Santiago López, que lo apodera, era un gran matador, puede enseñarle la técnica).

El quinto sale huido, a tablas; derriba al caballo y lo levanta. Se luce con los palos Víctor del Pozo, que saluda. El novillo es un manso manejable, que pronto se para. Nek le saca algún natural suave y prolonga el trasteo. Vuelve a matar con el mismo feo estilo: esta vez no hay aviso porque, a la segunda, un bajonazo surte rápido efecto.

Nek Romero tomará la alternativa como matador la semana que viene@LasVentas (Plaza 1)

Si el gesto de Valentín Hoyos tiene mérito, el de Alejandro Chicharro parece realmente increíble: ha sufrido el día anterior, en Arnedo, una cornada en el muslo de dos trayectorias. Nació en Miraflores de la Sierra, ha sido alumno de la Escuela de Colmenar, ha triunfado ya en Madrid. Como detalle curioso, uno de sus apoderados es el futbolista Raúl de Tomás.

Muestra su disposición, toda la tarde, entrando a todos los quites. El tercero acude pronto al caballo pero lo pican mal; es encastado, alegre y repite. Alejandro logra algunos muletazos lucidos pero no lo cuaja: un desarme lo certifica. Mata muy mal: dos avisos.

Alejandro Chicharro toreó con una cornada de dos trayectorias sufrida ayer@LasVentas (Plaza 1)

En el sexto, gran tercio de banderillas a cargo de Juan Carlos Rey y de Tito, un excelente tercero. Brinda al público, se echa de rodillas, se entrega pero sufre un desarme. El novillo embiste con brusquedad y se suceden los enganchones. Esta vez acierta con la espada pero también suena un aviso. Deseo que se cure de su percance y que entrene mucho, con el carretón.

Las novilladas suelen reflejar lo que sucede también en las corridas: faenas que se prolongan demasiado, sin sentido de la medida, y mal uso de la espada. Ya sé que es una suerte difícil y peligrosa pero, para ser torero, hay que aprender a matar.

POSTDATA. Viendo los esfuerzos de estos novilleros, en la suerte suprema, insisto en mi propuesta: con la sensibilidad actual ante el sufrimiento de los animales, ver cómo pinchan a un toro una vez y otra es un feo espectáculo. Debería evitarse, porque puede alejar a los nuevos espectadores. Ahora mismo, los avisos tienen en cuenta sólo el tiempo que ha transcurrido en la faena de muleta. Creo que habría que limitar también el número de pinchazos y el de intentos de descabello. Más allá del número que se decidiera, se devolvería a los corrales a la res, para apuntillarla. Naturalmente, ya sé que nadie me hará caso.

FICHA

  • Madrid, 3 de octubre. Plaza de Toros de Las Ventas. Feria de Otoño. 16.274 espectadores.
  • Novillos de Fuente Ymbro, bien presentados, encastados; de buen juego los cuatro primeros, aplaudidos.
  • VALENTÍN HOYOS, de lila y oro, dos pinchazos, media perpendicular y cuatro descabellos (aviso, silencio). En el cuarto, pinchazo bajo y estocada (aviso, silencio).
  • NEK ROMERO, de azul marino y oro, dos pinchazos, media y cuatro descabellos (dos avisos, silencio). En el quinto, pinchazo y estocada caída (silencio).
  • ALEJANDRO CHICHARRO, de verde claro y oro, cuatro pinchazos y estocada corta (dos avisos, silencio). En el sexto, estocada y dos descabellos (aviso, silencio).