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Álvaro Burdiel, en El DebateThorun Piñeiro

Entrevista taurina

Álvaro Burdiel, horas antes de tomar la alternativa: «Dejar las cosas en manos de Dios me tranquiliza»

Tomar la alternativa, la relación entre el torero y Dios, el desprecio del Gobierno por la tauromaquia, el apoderamiento de Ortega Cano y mucho más

Álvaro Burdiel (3 de noviembre de 1998, Sevilla) es un novillero muy experimentado que ha firmado grandes faenas en algunas de las plazas más importantes de España, entre las que destacan su actuación en la Maestranza de Sevilla, una puerta grande en Valencia y otra en Las Ventas en el año 2019. Ahora, está a unas pocas horas de dar el salto más importante en la carrera de un torero: tomar la alternativa. Será en la plaza de toros de Las Rozas (Madrid) este sábado 5 de octubre y lo hará acompañado de dos grandísimas figuras del toreo, Sebastián Castella y Alejandro Talavante.

Está ante el momento más importante en la carrera de un torero. ¿Cómo se siente?

–Sí, bueno, es mucho tiempo que uno viene esperando esta fecha. Hay mucho trabajo detrás. Pero es verdad que los últimos días siempre la presión, los nervios, pues influyen un poquito más. Aunque también lo hace la ilusión con la que con la que llego, que es brutal.

Tras siete faenas en Las Ventas no hay ninguna duda de que es un novillero experimentado. ¿Qué sentimientos le despierta la corrida del sábado? ¿Qué cambia respecto a todo lo que ha vivido ya?

–Si lo miramos de un punto de vista objetivo, he matado animales probablemente más fuertes y más grandes que los que me voy a poner delante el sábado. Y he tenido momentos de mucha responsabilidad, aunque sea de novillero, en San Isidro, en la Maestranza de Sevilla, en Valencia, Nimes... Pero creo que es algo muy ilusionante lo de este sábado porque se materializa un sueño. La meta que tiene un torero es llegar a ser matador de toros. Luego es verdad que es el principio de la carrera y no el final, pero es materializar un sueño y por supuesto, un paso importantísimo que es verse en ese cartel junto a dos figuras del toreo.

–Hay un momento en 2021 cuando usted es finalista en el Circuito de Novilladas de la Comunidad de Madrid. Esto le abre muchas puertas y llega un momento clave en su carrera. ¿Cómo es tener de apoderado a Ortega Cano?

–En 2021, después de la pandemia, que es un momento muy complicado, aparece el circuito de la Fundación Toro de Lidia de novilladas, que me vuelve a situar después de la Puerta grande de Madrid. Con la pandemia se va todo, pero gracias al circuito pues me vuelve a dar mucho ambiente. La verdad que al principio es una ilusión tremenda, que mi primer apoderado fuera de la escuela sea un figurón histórico del toreo, como ha sido el maestro Ortega Cano y al que yo admiro tanto. Pues imagínate lo que significaba para mí. Fue una etapa muy bonita en la que aprendí muchísimo. Vi de cerca la grandeza del toreo. Guardo cosas muy bonitas y muchas experiencias y sobre todo mucho conocimiento.

Álvaro Burdiel, en la redacción de El DebateAlfonso Úcar

–Los últimos años ha tenido muchas novilladas pero este, hasta el momento, solo ha participado en dos.

–Así es. Es verdad que para los novilleros es un momento complicado el dar el paso a ser matador de toros. A pesar de mi puerta grande de Valencia, que me sirvió para volver a San Isidro, para volver en Fallas y haber dejado actuaciones destacadas en todas esas plazas, en muchos casos con vuelta al ruedo, peticiones de orejas... quizás me faltaba otro golpe grande. Te pegas dos vueltas a España durante dos temporadas, y después pues parece que la gente se olvida de ti. Hablo de mi caso, pero sé que sucede en muchos otros casos y yo era consciente de que este año iba a ser duro en ese aspecto, de que iba a torear poco, pero bueno, quería esperar para tomar una alternativa con la categoría que tiene este cartel y haciendo las cosas bien.

–Le quedan unas horas para tomar la alternativa. ¿Qué sentimiento se le viene cuando piensa en el paseíllo del sábado?

–Intento no pensarlo mucho porque si no, no duermo. Pero es verdad que se acuerda uno de muchas cosas y toda la gente que está alrededor de mí, mi familia, mis amigos que me han visto durante tantos años, tanto sacrificio y tanto esfuerzo, pues te hacen recordarlo y me hace sentir satisfecho y orgulloso de haber llegado hasta aquí, pero siempre con los pies en la tierra y siendo realista de que bueno, es un día para recordar, que ha sido muy difícil de conseguir, pero realmente en mi carrera es un punto y seguido y hay que dar la cara. Hay que mostrar un nivel en el que me vean capaz para competir en el escalafón de matadores.

–Castella, Talavante, su familia y sus amigos viéndole torear. ¿Qué se le puede pasar por la cabeza antes de salir a la plaza?

–Imagínate. Al lado de dos figurones del toreo como son el maestro Castella y el maestro Alejandro Talavante, pues eleva todavía más la responsabilidad. Yo la verdad que disfruto mucho cuando toreo para mis amigos, para mi familia y el hecho de saber que van a estar todos allí, porque es cierto que vienen muchos, pues me ilusiona tremendamente. Y añade un aliciente al propio día y a la fecha.

–En sus redes destaca una frase de San Ignacio de Loyola: «Haz todo como si solo dependiera de ti, sabiendo que depende de Dios». ¿Cómo es la relación de un torero con Dios?

–Creo que es fundamental y muy profunda. No quiere decir que todos sean creyentes, pero creo que la mayoría lo somos. Al final es una vida de incertidumbre, por supuesto cercana a la muerte, donde el riesgo es evidente y nosotros hay muchas cosas que no podemos controlar. Entonces creo que esa fe en Dios y ese apoyo es fundamental para un torero. Y además, como es tan constante y se repite tantas veces, creo que se acaba profundizando mucho en ello.

–¿La fe ayuda a dejar el miedo a la muerte de lado y a centrarte en el toreo?

–Por supuesto que sí. Ese apoyo y dejar las cosas en manos de Dios en cierto modo a mí me tranquiliza, sabiendo que lo que no está en mi mano no lo controlo y lo que Dios quiera, pues bueno, será.

Álvaro Burdiel, ensangrentado tras un percance durante una novillada en Las VentasLas Ventas

–Su última visita a Las Ventas nos dejó una imagen suya, después de matar su segundo novillo, con la cara ensangrentada. ¿Qué ocurrió?

–Sí, ha sido este año. La última vez que toreé en Las Ventas, el 5 de mayo. Un novillo me pegó una voltereta fuerte, y la verdad que por fortuna no me hirió porque la cogida es muy fea. Pero bueno, pasó una cosa curiosa y es que yo tengo todos los vestidos bendecidos en la Macarena, los he pasado por el manto de la Macarena en Sevilla y este lo estrenaba ese día y no me dio tiempo. Entonces vino un sacerdote amigo de la familia y bendijo el vestido antes de torear, por la mañana, en el hotel. Y es curioso, porque de ese revolcón tengo todavía la señal en la pierna. Tengo el varetazo en el muslo, pero el vestido está como si no hubiese pasado absolutamente nada. No tiene ni un trazo, no tiene nada. A día de hoy, que han pasado ya cinco o seis meses, sigo teniendo la pierna marcada y el vestido quedó totalmente intacto.

–¿Cómo se presenta el futuro después de este fin de semana?

–Lo primero es el invierno. Tomo la alternativa y se acaba la temporada. Así que es tiempo de recogimiento, de entrenar, de profundizar, de avanzar. Y bueno, lo afronto con ilusión y con ganas. Y después pues espero poder participar en la Copa Chenel que organiza la Fundación Toro de Lidia. Otra cosa que me hace mucha ilusión sería presentarme como matador de toros en Sevilla y, más adelante, cuando tenga que llegar, pues confirmar en Madrid e ir avanzando poco a poco, ir creciendo como torero e ir construyendo una carrera sólida. Yo sé que eso lleva tiempo, trabajo y esfuerzo.

–Tiene una carrera lo suficientemente dilatada para ver cómo afecta el apoyo o desprecio de las instituciones a la tauromaquia. ¿En qué punto estamos ahora mismo?

–Bueno, depende. En Madrid, por ejemplo, gozamos de un momento extraordinario, social, cultural, institucional y político, en el que está todo a favor y se está notando. Hay mucha gente joven, mucha gente nueva. Es verdad que hay en sitios en los que es bastante más complicado y muchas veces pues nos sentimos desprestigiados por las instituciones. Pero bueno, es un tema complicado porque somos conscientes de que la mayoría de la gente que lo hace, lo hace por desconocimiento y sin el mínimo afán de ayudar ni de sacar algo positivo, simplemente quiere herir. Y es frustrante no poder hablar con esa gente. Que esa gente tenga la mente un poquito más abierta, porque los que amamos el toro somos conscientes de lo pura e importante que es esta profesión y entregamos nuestra vida a ella, y el sentirnos despreciados pues duele, obviamente. Además, el toreo siempre ha estado ligado a la cultura. Pero yo pienso que la historia es muy cíclica y que el toreo ha tenido momentos mejores y momentos peores, pero creo que ahora estamos en un momento hacia arriba. Venimos de un momento muy malo hace algunos años, pero estamos en un momento en el que vamos hacia arriba y yo creo que el toreo se situará otra vez de donde nunca se debió ir.

Álvaro Burdiel, durante la entrevista en El DebateThorun Piñeiro

–¿Y qué le diría a esta gente de mente cerrada que tiene poder de decisión si le dieran la oportunidad de hablar directamente con ellos y explicarles qué es la tauromaquia?

–Lo primero es que conozcan. Porque la ignorancia es muy atrevida y atacar desde el desconocimiento es algo muy dañino y erróneo, en mi opinión. Pero bueno, al final creo que es una cuestión de libertad, de sensibilidades. El toreo es un espectáculo crudo, es un espectáculo fuerte, por supuesto, pero hay gente que disfruta de él y gente que no. El hecho de que haya personas que su sensibilidad no les permita disfrutar del toreo no significa que esas personas sean mejor que las otras, ni deben tener derecho de imponer su moral sobre las otras personas. En el día a día nos servimos de los animales para todo, y bueno, creo que hay mucha, mucha hipocresía. Es un debate muy profundo, pero estaría encantado de tenerlo con cualquiera de ellos.