Fundado en 1910

La comparsa de gigantes y cabezudos de Alcalá de Henares cumplirá 500 años en 2025, contados desde la primera referencia documental de la que se tiene constancia, un tiempo en el que con cambios en las normativas y las costumbres sociales han representado a los más personajes de la ciudad complutense.

«Tenemos un primer documento que aparece por el pago de algunas cuestiones en 1525 y que remite a los gigantes, lo que no significa que sean de esa fecha», asegura Vicente Sánchez Moltó, cronista oficial de Alcalá e historiador.

En todo caso, la comparsa alcalaína es la tercera más antigua de España, tan sólo por detrás de la de Toledo, de 1490, y la de Sevilla, de 1500.

En los inicios del siglo XVI, los gigantes solían presentarse por parejas de personas de diferentes razas: «Los blancos representaban a los europeos, los negros a África y los turcos a Asia. Cuando llegamos a América, en algunos lugares se incorporó otra pareja de indios americanos. A priori, siempre iban de a dos, a cuatro o a seis, y salían en la celebración del Corpus Christi, como una forma de señalar que todos los credos reconocían el misterio del cuerpo de Cristo», explica el cronista.

Fue el caso de Alcalá, que en 1658 tuvo su comparsa integrada por una pareja de reyes españoles, otra de turcos y una tercera de negros, todos ellos realizados por el maestro carpintero Francisco González Bravo.

Llegado 1780, Carlos III decidió prohibir la presencia de estos elementos durante las procesiones religiosas en toda España, de modo que en la mayoría de los sitios desaparecieron.

No sería hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando los gigantes empezaron a formar parte de las fiestas mayores o patronales de los municipios, siempre ya como elemento lúdico y festivo y sin significado religioso.

Alcalá reinventó su comparsa en 1902. Apenas tres años antes de la celebración del III Centenario de la publicación del Quijote, apostaron por replicar sus personajes literarios más conocidos: Don Quijote de la Mancha y Sancho Panza.

«Además, añadieron el conocido como ‘el negrazo’, lo que sí remite a esa cultura pasada de siglos anteriores», apostilla Sánchez. Desde entonces, los gigantes en Alcalá de Henares no han dejado de desfilar durante sus ferias.

De esta forma, poco a poco se fue creando la conocida como comparsa cervantina, actualmente formada por los dos gigantes que representan a los protagonistas del Quijote (desde 1902), Cervantes (2005), Dulcinea, el Bachiller o cura y los duques, confeccionados en 1974.

Actualmente, la comparsa alcalaína está formada por unos 20 gigantes, algunos creados tras haber sido cabezudos anteriormente.

A los ya mencionados, se suman el «gordo» y el «flaco» (1986), el indio, el moro, la bruja (años 60 del siglo XX), el «gitano» y la «gitana» (años 40), Geppeto (mediados de los años 50), la doctora de Alcalá (1998), el pirata (1997), el vikingo, y el tuno (2011).

A todos ellos los acompañan los cabezudos: «el Aragonés», al proceder de esa región; «María» y «Napoléon», llamado así por el bicornio que luce, muy parecido al que utilizaba el emperador francés. Además, hay dos caballitos, incorporados a la comparsa en 1990.

«Los gigantes y cabezudos salen todos los días de ferias en Alcalá por la mañana, y el día de la cabalgata también a la tarde. También lo hacen en otras festividades. Yo apostaría por mejorar los gigantes que tenemos ahora y no seguir ampliando su número», opina el cronista de la ciudad ante las dos decenas de gigantes expuestos uno al lado del otro.

El año que viene se cumplen 500 años desde la primera referencia documental de esta comparsa, «y la verdad es que algunos necesitan una restauración. Esperemos que la ciudad esté a la altura de la efeméride», concluye Sánchez.