Fundado en 1910

El presidente de Argentina Javier MileiGTRES

La cruzada de Milei para destruir el relato «progresista»

El presidente argentino es criticado por atacar la cultura eliminando subvenciones, pero, ¿y si lo que pretende es reconstruirla desde los cimientos no ideológicos?

El «Gramsci Kultural» dicen que Milei lo escribe con «k» por el kirchnerismo. «Desarmar el Gramsci kultural» es desarmar los principios y los finales que constituyen la sociedad argentina de las últimas décadas bajo la premisa protagonista de que el socialismo empobrece. La apuesta del presidente libertario es la economía, pero en la economía viaja la cultura donde, por ejemplo, habla del fundador del partido comunista de Italia: «Gramsci señalaba que para implantar el socialismo era necesario introducirlo desde la educación, la cultura y los medios de comunicación».

Y en esas está. Milei pretende eliminar el socialismo económico, arrancándolo de la educación, la cultura y los medios de comunicación a los que está adherido. La batalla cultural es una parte fundamental de la guerra que ha lanzado el presidente argentino, que empieza a obtener resultados macroeconómicos significativos como base para las «misiones culturales» que están por llegar.

En cuanto a la educación, Milei ha comenzado por recortar becas, financiaciones y presupuestos para universidades o investigación. Es como quitar para reinvertir de forma ordenada, aunque en el ínterin hay perjudicados y contrarios: es la guerra cultural en la educación, que en la cultura se recrudece con más recortes. Un adelgazamiento, una dieta para renacer mientras muestra las protestas de los artistas como ejemplo de cómo los políticos manipulan a la gente.

«Arquitectura cultural»

Milei habla de «arquitectura cultural» para definir el modelo cultural que sostiene a los políticos, como se puede ver en España o en Estados Unidos. Una «cultura» que se ofrece también en los medios de comunicación estatales en el mismo sentido, el del adoctrinamiento que denuncia el gobernante al que combate a través de las redes sociales, medios de expresión libres o al menos no sujetos a control editorial ni a la «propaganda política».

En el ataque a la inflación récord del mundo está implícita la guerra cultural, del mismo modo que en el otro bando. Unos empujan para mantener el sistema, la ideología y el relato que les sirve y otros, como Milei, empujan para derribarlos desde los cimientos. «Yo no solo pienso en la política desde lo que es la batalla política, sino que pienso también en la batalla cultural», dijo: la reducción del Estado al mínimo para hacer despegar la economía del país que es también la reducción de la cultura subvencionada (mayormente por ideología) para que la cultura, como la vida, se abra camino, por sí sola, sin ideología, y emprenda su propio vuelo.