Cinco expresiones coloquiales que indican que eres de otro mundo
La lengua pervive, pero sujeta a las variaciones propias de la nueva época. Existen nuevas palabras pertenecientes a nuevos objetos, usos y costumbres que sustituyen a otros
Que el tiempo pasa deprisa lo sabe casi todo el mundo. El lenguaje viaja con él hacia confines desconocidos, en su viaje precisamente a través del tiempo. La lengua pervive, pero sujeta a las variaciones propias de la nueva época. Existen nuevas palabras pertenecientes a nuevos objetos, usos y costumbres. El mundo es el mismo hasta que un día de repente uno se da cuenta de que ya no lo es.
Unas veces porque los años no pasan en balde y se toma conciencia física y psíquica de ello por diferentes motivos. Las distintas etapas de la vida van sucediéndose y, aunque se tiene conciencia del paso del tiempo, no del todo se tiene de la realidad que encierra hasta que algo sucede. Puede ser un instante, o una visión, o un recuerdo.
Puede ser algo que alguien diga o puede ser algo que uno mismo diga y que el oyente perciba extraño, mientras uno mismo cree que es perfectamente natural y corriente. Esa ignorancia y su correspondiente descubrimiento ajeno y al mismo tiempo personal, casi un apercibimiento, es una luz luminosa, pero no tanto, en cuanto que muestra la verdad de que tus palabras, tus expresiones (en definitiva uno mismo), se ha pasado de moda sin darse cuenta, y el mundo que se creía que era el mismo ya no lo es, no de un modo triste, sino inevitablemente gracioso.
«Flipar en colores»
«Flipar en colores» es la sublimación de «flipar». Según la primera acepción de la RAE es «Estar bajo los efectos de una droga», o sea, drogarse. Su segunda acepción es «Estar o quedar maravillado o admirado. La gente flipaba con la música». La tercera es «Estar o quedar asombrado o extrañado. Flipamos al saber que fue monja». Y la cuarta es «Agradar o gustar mucho a alguien. Me flipan las motos». Así que, después de esto, «flipar en colores» es todo aquello, pero mucho más. Hoy ya, mucho menos.
«Guay del Paraguay»
Casi da reparo escribirlo. El Guay continúa siendo de común uso y de más o menos común aceptación, pero el del Paraguay no resiste el paso del tiempo e incluso se acerca peligrosamente a los límites donde alguien podría faltar al respeto después de escuchar la frase completa. La RAE define «guay» como «muy bueno» y «estupendo» y como sinónimo de genial, estupendo, chulo o chachi, otra palabra, esta última, que ya no es la misma de siempre.
«Okey, makey»
El makey es la palabra acompañante añadida con la intención de rimar. «OK» está aceptada por la RAE, igual que «okey» y «oká», esta última forma más propia de Hispanoamérica. Significa «de acuerdo» o «vale». «Okey, makey» es en coloquial «de acuerdo, chaval», el vocativo siempre con coma que no se refleja en su pronunciación. El signo ortográfico que en la expresión hablada desaparece, casi como la misma frase está desapareciendo como en la foto iba desapareciendo la familia de Marty McFly en Regreso al futuro.
«Efectiviguonder»
En esta ocasión puede hasta dar apuro a más de uno. Posiblemente sea una de las expresiones más populares en su tiempo que peor ha envejecido. Alguien que diga «efectiviguonder» en 2024 podría decirse no que no sea de esta época, sino más bien de este planeta. Algo así como si el hablante hubiera viajado en el tiempo y se presentara vestido de romano.
«No te enrolles, Charles Boyer»
Muy pocos saben hoy quien es Charles Boyer. Así que es una frase limitada apenas a una generación que resistió lo justo e incluso algo más. Por cierto, Charles Boyer fue un actor francés que actuó en Hollywood y fue mundialmente famoso en un mundo que ya no es el suyo ni el de quienes un día le mentaron o le siguen mentando como si estuviese de plena actualidad.