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Los escritores Rudyard Kiipling, Doris Lessing y Albert CamusGTRES

¿Quiénes han sido los tres Premios Nobel de literatura más jóvenes y los tres más mayores de la Historia?

El más viejo tenía más del doble de la edad que el más joven con una diferencia entre ambos galardones de un siglo exacto

El Premio Nobel es mayormente un reconocimiento a toda una carrera. Lo cual no significa que una determinada obra (u otras razones que no tienen por qué ser del todo claras, como en el caso de Bob Dylan) haya sido el impulso definitivo para concederle el premio a un autor que necesitara un empujón de última hora. Este fue el caso de Hemingway y El viejo y el mar, un gran libro que fue la excusa para coronar a la estrella acabada y enferma.

Hemingway no era muy mayor, ni mucho menos, aunque lo parecía a sus 60 años. De hecho, era joven para un premio que suelen obtener septuagenarios y octogenarios por costumbre, aunque no por norma y con casi numerosas excepciones. Rudyard Kipling es el Nobel más joven de siempre. Lo recibió a los 42 años en 1907 y 117 años después sigue ostentando ese récord. En 1956 Albert Camus se quedó cerca.

Tenía 44 años cuando le fue concedido el galardón, dos antes de morir en el acto en un accidente de tráfico. El tercer lugar en el podio de los Nobel de literatura más jóvenes lo obtuvo la poeta chilena Gabriela Mistral en 1945. Tenía 56 años y fue la primera mujer iberoamericana en recibirlo. La otra cara de esta moneda la gana la escritora británica Doris Lessing, que fue premiada en 2007 a los 88 años. Tres más que el historiador Theodor Mommsen en 1902, cuando este contaba con 85.

El tercer laureado más viejo fue la estadounidense Alice Munro, la gran cuentista fallecida el pasado mayo, que recibió el premio en 2013 a los 82 años. Doris Lessing tenía más del doble de la edad de Rudyard Kipling cuando la Academia sueca decidió concederle el premio más famoso del mundo, que demuestra, como escribió Scott Fitzgerald en su relato El curioso caso de Benjamin Button, que nunca es demasiado tarde, ni demasiado pronto:

«Si te sirve de algo, nunca es demasiado tarde o, en mi caso, demasiado pronto para ser quien quieres ser. No hay límite en el tiempo. Empieza cuando quieras. Puedes cambiar o no hacerlo. No hay normas al respecto. De todo podemos sacar una lectura positiva o negativa. Espero que tú saques la positiva. Espero que veas cosas que te sorprendan. Espero que sientas cosas que nunca hayas sentido. Espero que conozcas a personas con otro punto de vista. Espero que vivas una vida de la que te sientas orgullosa. Y si ves que no es así, espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo».